capitulo 15

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Patsy estaba sola, sentada en la punta de la mesa, ya vestida y bebiendo a sorbos un café flojo con leche con su habitual elegancia. Era probablemente la primera vez que ________ veía a la hermana pequeña de Sally antes de las once de la mañana, y la única que hubiera preferido no encontrarse con ella.
—¿Qué te ha pasado? —Patsy sonaba más quisquillosa que preocupada—. Cualquiera diría que has luchado a muerte contra un cocodrilo. —Incluso hablaba con mayor claridad de lo que acostumbraba, claro que no llevaba en pie el suficiente tiempo como para haber empezado su dosis diaria de alcohol.
—He salido a dar un paseo y he tropezado. —Hasta que pronunció las palabras ________ no sabía que iba a mentir. De haber tenido un poco de sentido común, habría llamado a la policía para que inspeccionaran el bosque.
Salvo que sabía, instintivamente, que no encontrarían nada. No pensarían que ella mentía, por supuesto, pero dudarían acerca de lo que les contara. Y se lo dirían a Sally, que no estaba en condiciones de tomar las riendas del asunto.
—¡Me parece extraordinario! —exclamó Patsy.
—¿Que me haya caído?
—No, que te hayas ido a dar un paseo. —Se estremeció visible mente—. Supongo que estarás de acuerdo conmigo en que se concede excesivo valor al hecho de estar en comunión con la naturaleza. ¿Quieres tomar un café o prefieres irte a cambiar primero?
Lo que Patsy prefería estaba muy claro a juzgar por la expresión de su cara, pero a ________ le apetecía más lo contrario.
—Un café, por favor —respondió, sentándose cerca de Patsy y en parte lamentando no haberse tropezado con excrementos de vaca para acabarle de alegrar el día a su tía.
Patsy arrugó la nariz pero le sirvió un café a ________, pasándole la taza y dejando ver una mano impecablemente cuidada con un pulso perfecto.
—¡Aquí tienes, querida!
—Hoy has madrugado mucho —comentó ________ con ligereza.
—No podía dormir. De vez en cuando me despierto al amanecer, y me es imposible volver a coger el sueño. Me he dado cuenta de que lo único que puedo hacer es levantarme e imaginarme que aún es de noche y actuar como una loca decadente. —Bostezó de manera exagerada.
—¿Hay alguien más despierto? —________ trató de sonar natural, y Patsy estaba demasiado concentrada en algún ambiguo proceso mental interno como para captar la tendenciosa pregunta.
—Antes me ha parecido ver a Harry —respondió alegremente—. Tenía pinta de estar a punto de salir. Me extraña que no te lo hayas encontrado mientras paseabas.
________ puso la taza con cuidado sobre la mesa. Patsy seguía absorta y no notó el efecto que sus palabras habían tenido, pero ________ ya estaba acostumbrada a protegerse contra todo.
«¿Quién más podía haber sido?», se preguntó ________. Le había pillado mintiendo; sabía que era, sin duda, un fraude, un impostor, un farsante. Aún no tenía pruebas que lo demostraran; sólo su palabra contra la de Harry. Y contra la de Warren.
________ no podía detenerles, pero sí obstaculizarles el trabajo, de modo que un disparo accidentado sería una buena solución para el problema.
No podía creer que pretendieran salir impunes de ésta, algo discutible si ella hubiera pasado ya a mejor vida. No era su intención vindicarse desde la tumba.
—¿sabes dónde está ahora? —preguntó ________, cogiendo un croissant y procediendo a desmigajarlo.
—Supongo que estará con Sally. —Clavó su límpida mirada en ________, la piel que rodeaba sus ojos, de mas de 45, era firme, suave y perfecta—. ¿Aún no le has olvidado?
—¡Cómo dices?
—¿No eres ya mayor para seguir enamorada de él? Hace tiempo que deberías haberlo superado.
—No estoy enamorada de él.
—Pues de pequeña sí lo estabas.
—Ya no soy una niña.
—Es cierto. Es sólo que me da miedo que Harry también se haya dado cuenta de eso. Recuerdo que entonces nos tenía preocupados que Harry te convirtiera en el objetivo de sus fastidiosas proclividades. No lo hizo, ¿no?
—No hizo, ¿qué?
—Molestarte cuando tenías trece años —dijo Patsy sin rodeos.
Hubo un beso que había recordado durante todos esos años. El cuerpo de Harry, fuerte y tierno, apretado contra el suyo. Por más que intentara disimularlo, él también era un niño en aquella época.
—No —contestó ________.
—Es que es algo que siempre me he preguntado. Te pusiste muy enferma tras su desaparición, y te volviste más introvertida aún que antes. Tenía miedo de que Harry hubiera hecho o... dicho algo aquella noche antes de irse. Le viste antes de marcharse, ¿verdad?
________ llevaba dieciocho años mintiendo, ya era un mecanismo automático.
—No —respondió—. Le vi por última vez aquella misma tarde en la playa.
La mirada de Patsy era extraordinariamente nítida.
—¿Recuerdas el espantoso número que se montó durante la cena?
________ sacudió la cabeza en señal de negación.
—Ni siquiera recordaba que tú estuvieras también.
—Pues estaba. —Patsy se recostó en la silla, jugueteando con la taza de café—. He estado pensando. ¿Por qué no te vas de aquí, cariño?
—¿Perdón?

—Lo digo en serio. Nadie duda que has consagrado tu vida entera a mi hermana. Pero ¿no crees que es hora de que tengas la tuya propia? El hijo de Sally ha vuelto, ella ya no te necesita a su lado. Te con vendría tomarte un respiro.
—No creo que todo esto dure mucho más, Patsy —le recordó ________ amablemente. Patsy no había sido nunca muy cariñosa con su hermana mayor, ni se la había visto muy triste por el estado en que ésta se encontraba, pero ________ siempre supuso que era simplemente una forma de negación.
—Tienes razón —reconoció Patsy con indiferencia, jugando con uno de los pesados tenedores de plata—. Es sólo que pensé que así te sería más fácil.
—Es todo un detalle por tu parte que te preocupes por mí.
Los ojos de ________ y Patsy se encontraron.
—Ya sé lo que piensas de mí, ________ —afirmó en voz más baja—. Crees que soy una tonta y una frívola a quien no le interesa nada más que sí misma. Pero tú eres casi como de la familia, te conozco desde que tienes dos años y me preocupo por ti.
Casi como de la familia. ________ apuró el café templado de la taza y obsequió a Patsy con su mejor sonrisa.
—Me da igual que Sally no me necesite. Yo necesito estar aquí.
Patsy sonrió.
—Lo entiendo, cariño. Todos necesitamos estar juntos en tan tristes momentos. Pero... —Su voz se apagó.
—¿Pero qué...? —la instó ________.
—Vete... con cuidado.
________ se quedó helada.
—¿A qué te refieres?
Patsy agitó la mano despreocupadamente.
—¡Oh, cielos, y yo qué sé! Supongo que lo primero que me sale es el instinto maternal. Sencillamente me preocupo por todos.
Por lo que a ________ se refería, el instinto maternal de Patsy sólo afloraba con George, y toda su atención se centraba siempre en sí misma. O Patsy sabía algo, o lo sospechaba. Y era demasiado precavida para confesarlo.
Por alguna razón, ________ no se esperaba que Harry Styles, o el hombre que fingía ser, entrara en el office y se sentara a la mesa con la naturalidad de alguien que realmente perteneciera a ese lugar.
—Precisamente estábamos hablando de ti —le dijo Patsy con voz aterciopelada.
—¿Ah, sí? —Su preciosa y generosa boca sonrió abiertamente, y si
había algún indicio de reserva en sus ojos azules, ________ no lo percibió. Parecía totalmente relajado, y a ________ le fue imposible desmontar su farsa—. ¿Y qué decían? —Cogió la taza de café que le tendió Patsy y empezó a meter en ella una cantidad indecente de cucharadas de azúcar.
—Me estaba advirtiendo que fuese con cuidado —explicó _______
Sus ojos se encontraron con los de Harry, burlones y desafiantes.
—¿Y con qué cree Patsy que debes ir con cuidado? Desde luego, no lo dirá por mí. Soy totalmente inofensivo, ¿verdad, tía Patsy?
—Desde luego —respondió Patsy sin rastro de ironía—. En realidad, lo que le estaba diciendo a ________ no tenía nada que ver contigo, por supuesto. Se ha caído antes dando un paseo y se ha hecho daño. Le he advertido que mire bien por dónde va. Sólo nos faltaba tener que cuidarla a ella también.
Los ojos de Harry se entornaron, ahora sin pizca de diversión.
—¿Qué ha pasado?
«Sabes de sobra lo que ha pasado», quiso gritarle ________. «Has intentado matarme, o asustarme. »
—He tropezado con algo y me he caído —dijo ________—. Ha sido un despiste. No volverá a ocurrir.
Si su mirada burlona ya era inquietante, más lo era aún la extraña expresión de sus ojos.
—Patsy tiene razón —afirmó Harry de repente—. No es el mejor momento para que ocurra una desgracia.
—Y no ocurrirá —insistió ________, incapaz de ocultar su nerviosismo.
—De hecho —prosiguió Patsy—, le estaba sugiriendo a ________ que ahora que estás aquí, debería tomarse un respiro. Debería irse por un tiempo, lejos de responsabilidades y muertes. Al fin y al cabo, Sally tiene de nuevo a su hijo. Ya no la necesita.
________ podría haber pensado que Patsy había pronunciado esa última frase con intencionada malicia, pero era demasiado obtusa para hacer algo semejante.
—Me encanta saber que me consideras tan importante, tía Patsy —comentó Harry recalcando las palabras—. Pero me temo que mi llegada no debe excluir a nadie, especialmente a ________, que ha sido mucho mejor hija que yo.
—Sí, pero el que un hijo sea más obediente y respetuoso no tiene nada que ver con el amor que le profesen sus padres. De todos mis hijos, Grace es la más simpática, la más generosa y la que tiene el carácter más dulce. Y me aburre a morir. En cambio a George, que es tan egoísta como yo, le adoro. —Patsy bostezó, complacida, y después sonrió con indiferencia mientras se ponía de pie—. Una cosa más, me encantaría que se llevaran bien, nunca lo han hecho, ni siquiera de pequeños. Sería todo un poco más llevadero si pudieran aparcar vuestras discusiones por el momento. O eso, o uno de los dos tendrá que marcharse.
Lo que menos le apetecía del mundo a ________ era estar a solas con Harry, pero si salía corriendo detrás de Patsy generaría más preguntas indeseadas. Y tampoco quería que Harry supiera lo nerviosa que le ponía su presencia. Aunque seguramente lo intuía y estaba haciendo todo lo posible para incomodarla. Pero ni por asomo pensaba hacer o decir nada que le sirviera como prueba del poder que ejercía sobre ella.
—¿Por qué Patsy tiene tanto interés en deshacerse de ti? —murmuró Harry perezosamente.
—¿Y qué te hace pensar que no es de ti de quien quiere librarse? Únicamente ha dicho que tendrá que irse uno de los dos.
—Ella ya sabe que yo no me iré. Sólo quedas tú.
—Me ha estado preguntando sobre la noche de la muerte del verdadero Harry. —Cambió de tercio deliberadamente.
Harry hizo una mueca de fastidio.
—¿Te importaría no ir contando a los cuatro vientos el rollo ése del «verdadero Harry»? Nunca se sabe quién puede estar escuchando.
________ sonrió con dulzura.
—No, nunca se sabe, ¿verdad? ¿Vas a decirle a tu cómplice que sé la verdad?
—¿A cuál? ¡Ah! ¿Te refieres a Warren? No, confío en tu discreción. Yo en tu lugar mantendría a Warren completamente al margen y hablaría del tema sólo conmigo.
—¿Acaso tú eres menos peligroso?
—Sin duda alguna.
________ le miró fijamente desde el otro lado de la amplia mesa, dejando que sus ojos escudriñaran al hombre que se había burlado de ella, que la había engañado y seducido. ¿Sería el mismo hombre que había intentado matarla porque sabía demasiado?

Harry era indecentemente guapo, con sus rasgos Ingleses y su erótica boca. Llevaba el pelo, castaño, des-peinado hacia un lado y aún húmedo de la ducha matutina; parecía un príncipe ruso extraviado que viniera a reclamar su corona.
Excepto que era un impostor, y no sólo en un aspecto.
—¿Te vas a ir? —Cogió el termo y se sirvió otra taza de café, proporcionándole a ________ el dudoso privilegio de admirar su cuerpo esbelto y elegantemente musculado mientras estiraba el brazo. Recordaba más cosas; la falsa cicatriz, en la parte inferior de su cadera. Su piel, caliente y suave...
________ despertó bruscamente de su sueño erótico:
—Eso es lo que querrías, ¿no?
—Probablemente facilitar las cosas. Pero no es mi intención presionarte. Lo pregunto por pura curiosidad.
—Nada me moverá de aquí hasta que Sally se haya muerto —le espetó—. Hagas lo que hagas.
—¿Y qué crees que haré? —replicó Harry—. Ya me has dicho que llamarás a la policía si vuelvo a tocarte sin que tú me lo hayas pedido.
—Y yo te he dicho que eso será cuando las ranas críen pelo...
—Chicos, chicos. —Warren entró en la habitación, parecía asquerosamente contento para estar involucrado en una conspiración criminal que tenía como objetivo estafar a su hermana moribunda—. ¿Ya se están peleando otra vez? Llevan toda la vida igual. Le he comentado a Patsy que siguen discutiendo tanto como siempre, pero espero, por el bien de todos, que durante algún tiempo sepan mantener sus diferencias al margen.
—No. —Fue la respuesta de ________, que se levantó de la mesa.
—¿Ni siquiera le das los «buenos días» a tu tío Warren? —preguntó apesadumbrado, él, que era el ser menos sociable de la faz de la Tierra.
—Habla con tu «sobrino» —dijo ella deliberadamente, y abandonó la habitación, sin importarle ya si daba o no la impresión de estar huyendo.
En efecto, estaba huyendo.

—¿A qué ha venido todo esto? —inquirió Warren, ocupando el asiento que Patsy había dejado libre en el extremo de la mesa y sirviéndose un café.
Harry se limitó a encogerse de hombros.
—Ya conoces a ________, tiende a exaltarse por tonterías.
—Pues ésa no es la ________ que yo conozco. En realidad siempre ha sido un jovencita callada y reservada, una perfecta Styles.
—Había en su voz un leve indicio de soberbia que Harry no lograba comprender.
—Es curioso que la perfecta Styles no sea para nada una Styles —comentó perezosamente, expectante ante la respuesta de Warren.
Pero Warren ya estaba de vuelta, era un viejo zorro con el alma de un político y la moral de un hombre de negocios. No contaría nada que no le interesara revelar.
—La vida está llena de rarezas —dijo——. ________ está mucho más alterada que la última vez que la vi. Me imaginé que era debido al estrés por la inminente muerte de Sally. Siempre ha estado muy unida a ella. Pero ahora se me ocurre que puede que seas tú la causa de su reciente irritabilidad.
—A lo mejor conmigo saca a relucir su parte más oscura —sugirió Harry.
—Pues que no lo haga. No podemos permitirnos el lujo de crear nos enemigos innecesarios. Puede complicar mucho las cosas que ________ sospeche de tu identidad. Nada que no pudiéramos arreglar, por supuesto, pero hasta donde sea posible, quiero que todo vaya como la seda.
A Harry le rondaba por la cabeza una desagradable sospecha formada a raíz de las palabras, a primera vista casuales, de Patsy y el estado un tanto penoso en que se encontraba la ropa de ________.
—¿Y cómo lo arreglarías?
—Yo he hablado de «nosotros», ¿no es cierto? Porque estamos juntos en este asunto —especificó Warren con brusquedad.
—Evidentemente.
—Si no consigues seducir a ________ para que esté calladita, siempre podemos probar con el soborno.
—No creo que eso diera mejor resultado que la seducción.
—Es posible —afirmó Warren desatentado—. Bueno, si empieza a sospechar, podríamos provocar un pequeño accidente.
Harry se quedó petrificado.
—¿Qué clase de accidente?
—¿Oh, nada serio! Ya se nos ocurriría algo. Un accidente que la mantuviera unos cuantos días en el hospital lejos de toda esta historia. O alguna cosa relacionada con el talonario de Sally, que ________ ha estado controlando; podría provocar una especie de incómoda discusión en la que me viera obligado a tener que informar a Sally.
—Realmente, Warren, eres un auténtico encanto —comentó Harry con ironía, ocultando el asco que sentía.
—Somos de la misma calaña, chaval. De hecho, el verdadero Harry era un *beep*. Si viviera, no me extrañaría que fuera peor que nosotros dos juntos.
Harry dio un pequeño sorbo de su café azucarado.
—¿Qué te hace pensar que está muerto?
—¡Pero es obvio! Si estuviera aún con vida habría vuelto en busca del dinero —aclaró Warren tranquilamente.
—Me ha parecido que lo decías con mucha seguridad, querido tío —replicó—. Como si tuvieras conocimiento de lo que le pasó exacta mente al hijo de Sally.
Warren se echó a reír.
—¡Menuda imaginación! No me toques las narices, muchacho. Ya estamos en la recta final. Sally está con respiración asistida y no creo que dure mucho. Si no perdemos los nervios llegaremos a buen puerto, siempre y cuando ________ no nos sorprenda con alguna idea brillante. No pienso tirar la toalla a estas alturas del partido.
—¿________ es la única que te preocupa?
—Desde luego. Has hecho un trabajo estupendo congraciándote con George y Tessa y, en cuanto a Patsy, es incapaz de ver más allá de sus narices. Pero si lo hiciera, le traería sin cuidado mientras pudiera seguir con su tren de vida. ________ es peligrosa porque no tiene nada que perder. Y porque tiene una jodida vena puritana capaz de arruinarlo todo en virtud de su *beep* sentido de la moral.
—Un concepto con el que no estás muy familiarizado, tío Warren.
—No me provoques. No estoy de humor para bromas.
—Si ________ es la quintaesencia de los Styles, ¿cómo es posible que cargue con defectos tales como la honradez y la decencia?
Warren le miró fijamente.
—No creo que tú tengas nada de lo que enorgullecerte después de haber venido a proponerme esta farsa.
—Y no olvides que tú accediste a ella sin pensártelo dos veces —le recordó Harry con frialdad.
—Por eso somos dos bichos despiadados con una noción del bien y el mal que brilla por su ausencia. Nadie se ha hecho millonario siendo ético.
—Nunca pensé que tuvieras que preocuparte por hacerte rico. ¿Acaso no eres un Styles?
—Ya sabes que nunca se es lo bastante rico. En este mercado impredecible lo más inteligente es custodiar el activo lo mejor que uno sepa.
—Aunque no sea tuyo —observó Harry irónicamente.
—¿Es que de repente tienes conciencia? ¿No te parece un poco tarde? Recuerda que todo esto fue idea tuya.
—Ya me lo has recordado antes. —Clavó la vista en su tío—. Y estate tranquilo, mi conciencia está bajo control, mientras dejemos una cosa aclarada.
—¿Me estás dando órdenes? ¿A mí?
—Ni ________, ni nadie, tendrá un pequeño accidente. ¿Entendido? Soy un impostor, no un asesino. —Podía sentirse ufano de su seguridad al hablar. De hecho, era la verdad. Les estaba engañando a todos, aunque no del modo que creían.
Warren se encogió de hombros.
—Dejaré a ________ en tus manos. Asegúrate de que no empiece a sospechar nada, de lo contrario me veré obligado a meter la mano.
—Si metes la mano, te la cortaré.
Warren le miró con cara de extraterrestre.
—Para no ser partidario de la violencia, ¡eres bastante cruel! ¿Insinúas que debería preocuparme por mi seguridad?
Harry esbozó una plácida sonrisa, únicamente para atemorizar a Warren.
—Nunca está de más ser precavido, tío Warren. La vida está llena de pequeñas sorpresas.
Warren clavó los ojos en él, completamente consternado.
—No resulta fácil sorprender a un veterano como yo. Dudo mucho que nada de lo que digas pueda escandalizarme.
Harry apuró el café y, en silencio, dejó la taza en el platillo.
—Te sorprenderías, tío Warren. —Y sonrió perversamente.

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