CAPITULO 5

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Nos separamos por falta de aire, me pareció el beso más sincero; ya que nunca había recibido uno así.

Pero de verdad sabia que podría arrepentir de esto y lo sabía perfectamente; lo quite de mi encima y salí corriendo sin mirar atrás.

El quiere protegerme; tengo muchas preguntas y conseguiré respuestas.

Tomé mi auto y me dirigí a mi casa, tome una mochila que había encontrado por ahí, colocando solo lo que creyera necesario; baje rápidamente las escaleras.

Al salir vi Daniel acercarse, subí a mi auto y puse marcha; él por su parte bajo del taxi en el que venía y corrió detrás de mí sin lograr alcanzarme.

Una lagrima salió de mi ojo, la cual decidí quitar rápidamente, esta vez si buscaría justicia, tendría mi venganza; me convertiría en una sombra que los asecha y destruye.




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Había quedado solo, no pude detenerla; que estupido fui en no reaccionar más rápido.

Pero ¿Por qué se fue y me abandonó? ¿Fue por el beso? ¿Qué hice mal?

Entre a la casa y gran parte de esta estaba revuelta, la habitación de Amber igual, faltaba ropa y me aterraba saber que tal vez nunca más la volveria a ver; ya la perdí una vez no volveré a hacerlo.

Hace 12 años atrás comenzó esta pesadilla y seré yo quien te salve; muchas años investigué tu paradero y volveré a encontrarte.

Saque todo mi equipo de rastreo y comencé a buscar señales satelitales, se lo que harás y no te lo permitiré, no Amber; no de nuevo.



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Sabia que me podrían rastrear por mi celular, es por eso que lo tiré en un parque y compré uno desechable, me hospede en un hotel; en el cual nunca podrían encontrarme.

Conserve su número, compre laptops de manera clandestina; de esa forma no podrían rastrear mi compra.

Ingresando su número telefónico en mi base de datos y con un cambio de voz estaba lista para comenzar mi plan.

Se preguntaran como se tantas cosas, se los explicare brevemente, con diez años de edad asisti a una academia de Karate y defensa personal, con quince años me gradué como la mejor y estudié tecnología avanzada, podría robar un banco desactivando las alarmas y nadie se daría cuenta que entre y salí del lugar, ya con diecinueve años y siendo mayor de edad, empeze a trabajar en la práctica de armas de fuego, se utilizar todo tipo de armas, pero mis favoritas son la Ithaca de repetición y la pistola diseñada para ser apuntada con una sola mano.

Básicamente podría ser una asesina en serie si así lo quisiera.

Marque el número y espere hasta que esté fuera contestado; para mi suerte así fue.

-¿Hola quién esta ahí?-.

-Tu peor pesadilla, sabes nunca creí que volverían pero lo hicieron, los mataré uno por uno, derramare sangre, nunca sabrán cuando ni donde; los destruir como me destruyeron a mí-.

-¿No sabes con quién hablas cierto? No se quién seas pero ten por seguro que no eres fuerte; no eres nada comparado a nosotros-.

-No sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es la única opción que te queda ¿Quieres que sea la villana? Bien seré la villana; nunca sabrán lo que les pasó-.

Y corte la llamada, mientras hablaba con ellos localice su paradero; cargué mis armas y salí en su búsqueda.

Realmente no me sorprendió su escondite, un modega; el clásico.

Me escondí detrás de un camión de carga solo para observar, entraban y salían enormes camiones con todo tipo de armas, además de droga y otros artefactos para la venta ilegal; dejando ahí mi arma secreta.

Subí a un edificio cercano y abandonado; lo más gracioso de mí plan es que no se quienes son los culpables pero si se lo que hicieron.

El primero fue un disparo de advertencia, pero los siguientes no, logré darle a 4 hombres; ya con tan solo eso había obtenido su atención.

Decidí llamar nuevamente.

-¿Ahora tengo su atención?-.

-¿Crees que matar a cuatro de mis hombres será suficiente para llamar mi atención? Realmente creí que con el nivel de tus amenazas el ataque sería no lo se, más llamativo-.

-¿Y tú creíste que sería solo eso?-.

-¿Qué?-.

Aún estando en la llamada, dispare hacía el camión en el que había estado anteriormente; logrando que este explote quemando gran parte de su mercancía.

-Hija de perra-.

-¿Pudiste observar que tan rápido puedo quitarte algo? Igual de rápido que tu me quitaste a mi familia-.

-Te mataré-.

-Quiero ver qué lo intentes-.

Dispare reiteradas veces llevándome la vida de varios hombres, sabía que moverían su "Campamento" a otro lugar así que decidí colocar chips rastreadores en las computadoras de esa forma sabría su ubicación y tendría acceso a su base de datos, hackeando todo desde el sistema; saliendo de ese lugar sin dejar rastro.

No saben cuando llegué ni cuando me fui; una maestra del escape.

Llegue al hotel y comencé a buscar en su base de datos, era impresionante todo lo que encontré desde sus primeros ataques a personas inocentes; hasta los futuros.

Pero seguía sin entender ¿Qué hizo mi padre para meterse con éstas personas?¿Qué les debía? ¿Por qué tuvo que pagar con su vida? Estas y más preguntas se generaban al leer el historial de los ataques; debía averiguar el pasado que me fue ocultado.

Al introducir el nombre de mi padre, fotos, ubicaciones, vídeos, reportes de la empresa; nombres de socios y amigos de la familia.

Un nombre llamó mi atención pero no podía descifrar quién era o su rostro.

Enric Callahan, hasta que lo pensé más detenidamente y supe a quien le pertenecía aquel apellido; a Daniel ¿Por eso ya me conocía de antes?

Busque el historial de Enric y afirmativamente tenía un hijo de 8 años; esa era la edad que tenia el niño cuando ocurrió el accidente de mi familia.

No puede ser ¿Daniel por qué me ocultarte la verdad tanto tiempo? Tu sabias todo y nunca me dijiste, ahora entiendo su empeño en protegerme o eso creo, con él obtendre todas mis respuestas, pero no aún, todavía no; podía conseguir la información de otra forma.

Ya que solo con él lograría arrepentirme de mi venganza y eso no iba a ocurrir.

Pesadilla sin retorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora