CAPÍTULO 18

7 4 0
                                    

Las horas habían pasado y Daniel no regresaba a casa, comenzaba a preocuparte y la leve idea de que probablemente lo hubiera intentado otra vez; me aterraba.

Daniel se había vuelto muy importante para mí, era mí amigo y en ocaciones lo trataba como mí propio hijo; podría decirse que ahora era mí nueva responsabilidad.

-Deberiamos de haberlo acompañado-le dije a Cameron y Alyssa

-Tal vez, pero ahora es tarde para arrepentirse-dijo Alyssa

-¿Y si lo buscamos?-dijo Cameron

-Esa es una buena idea-dije

Y nos levantamos de nuestros asientos; nos colocamos nuestros abrigos ya que era invierno y por las noches las temperaturas bajaban mucho.

Caminamos hasta la puerta y en cuánto Cameron quiso tomar el cerrojo; este se abrió por si solo.

Sorpresa era todo lo que sentía en ese momento, mis ojos en un principio captaron a Daniel, él cual gracias a Dios estaba sano y salvo, pero alguien venía con él, cabellera algo oscura; tez blanca y esos adorables ojos.

Lloré mucho en cuanto la vi y ni hablar de Cameron; ninguno de los dos podíamos procesar el simple hecho de ver a Amber delante de nosotros.




●●●




Luego de salir vivo de ese centro comercial; podría decirse mi vida se había vuelto algo complicada.

¿Por qué? Por el simple hecho de que James había comenzado una búsqueda intensa, sobre mis secretos; mí pasado y todas las consecuencias que tendría en el presente.

Su amigo había sido de gran ayuda, si aquel chico que apareció de manera repentina en el centro comercial, él mismo que le salvó el pellejo a Dickson; era el que me iba a hundir junto con la ayuda de su amiguita.

Lo primero que tenía que hacer era descubrir cómo se llamaban aquellas personas; que impulsaban esta especie de proyecto.

-Inútil ¿Ya conseguiste lo qué te pedí?-dije con algo de impaciencia

-Si señor, el joven se llama Cameron Russell y la jovencita Alyssa Sparks, ambos parecen conocerse de años, él es un gran empresario e hijo heredero de una de las empresas más importantes del país, en cuanto a ella es una fiscal muy reconocida por su trabajo, la mejor de su departamento-dijo ése hombre él cual no recordaba su nombré

Y me mostró su historial; desde la computadora.

Debía poner todo lo mejor de mí y deshacerme de ambos; era muy peligroso que llevaran mí caso.

Sabía que lo ganarían sin duda, pero yo no terminaría detrás de las rejas; jamás.

No debía de tener testigos, hasta que me di cuenta que aquel hombre que me había sido de gran ayuda sabía o tenía una leve idea de mis planes; saqué de mí espalda la pistola que siempre cargaba conmigo y sin pensarlo dos segundos disparé en su cabeza.

No debía dejar evidencia; entonces rocíe gasolina sobre él hombre que aneriormente había matado y lancé un encendedor sobre él.

Las computadoras y ese hombre en minutos se había vuelto cenizas.

Subí a mí vehículo y salí rápidamente del lugar, debía actuar rápido, no podía explicar cómo me sentía; pero tenía una corazonada que me decía que mi querida primita Amber no estaba muerta.




Pesadilla sin retorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora