CAPÍTULO 21

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Mi primer mañana en paz, sin pensar en que peligros me esperan durante el día; sin esperar un posible final.

La mañana era soleada y el clima era más que agradable; probablemente seria porque ya estábamos en época de verano.

Las vacaciones habían llegado, la escuela habia terminado; aunque para ser sinceros no pude asistir mucho.

Mi jardín estaba resplandeciente, parecía un sueño; recoste mi cuerpo sobre el césped y me dediqué a observar cada pequeño detalle de aquel cielo azul.

Exactamente no sabia cuánto tiempo había pasado desde que me recoste hasta que me había dado cuenta de que tenía compañía.

-¿Cuándo llegaste?-dije volteando mi rostro

-Solo hace unos minutos ¿En qué pensabas?-dijo James

-En mis padres, en mi familia, en nosotros y más exactamente en Paul-dije

-¿Por qué en Paul?-dijo

-No lo sé, creo que es el simple hecho de que no terminó de darme cuenta que todo terminó-dije

-Creo que estoy igual, por eso venía a decirte que saldré por unos días, solo unas pequeñas vacaciones para poder despejar mi mente, Daniel y tu deberían de hacer lo mismo, alejarse de esta ciudad aunque sea por unos días-dijo

-No lo sé, tal vez tengas razón, necesito despejar mi mente, aunque no estoy convencida del todo, quiero pensar muchas cosas que aún rondan por mi cabeza sin razón-dije

-Te entiendo, pero divertirte un poco tal vez no te haga daño-dijo para reír

Y el resto del día continuó así, James preparando sus maletas ya que al día siguiente se iba a Londres; un aficionado de los lugares fríos.

Por mi parte ni siquiera le había comentado a Daniel lo que James me dijo, no lo sé creo que hay algo extraño en mi, siempre fui muy fuerte y valiente, pero ahora me había vuelto vulnerable e incapaz de poder tocar un arma.

No sabía si era miedo; angustia o la simple idea de no querer convertirme en alguien como Paul.

Necesitaba salir; poder tomar aire y caminar solo para pensar.

A Daniel no le había molestado la idea, solo se quedaría a leer un rato en la biblioteca, creo que en ese aspecto éramos muy aficionados a los libros; todos unos intelectuales.

Caminé hasta la salida de mi hogar, el barrio se mantenía con muy poco movimiento, tal vez todos estaban de vacaciones ahora, la escuela de mi niñez se encontraba delante de mi; no lo sé creí que sería buena idea volver a entrar luego de tantos años.

Las instalaciones no habían cambiado en lo absoluto y los maestros tampoco, todos me había recibido con una sonrisa encuanto se dieron cuenta de quien era, yo solo les sonreí y les dedicaba un "Hola, cuanto tiempo" por cortesía.

El director no había cambiado, se mantenía como lo fue siempre, lleno de trabajo; preocupándose por todos y siempre reciviendome con una sonrisa.

-Amber, cuanto tiempo, hace mucho que no te veía, cuanto has crecido, eres muy bella tal como solía decir tu padre que serías de grande-dijo el director

-Se lo agradezco Sr. Director ¿Cómo fueron estos años sin mi presencia en este lugar?-dije para tomar asiento frente a él

-Algo duros, eras muy buena alumna y me ayudabas en mucho ,los niños de hoy en día ya no tienen respeto por sus mayores, solo les importa su estatus social y eso que solo son niños pequeños, ni siquiera puedo mencionar a los adolescentes, ellos ya rebasaron todas las leyes de la fisica-dijo para luego reír

Pesadilla sin retorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora