CAPÍTULO 22

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Los días habían pasado; sinceramente no sé cuanto tiempo paso desde que me encerraron aquí.

La instalación es un desastre pero no esperaba más de un lugar como este; los reclusos tampoco son de mi agrado.

Al comienzo simplemente muchos quisieron pasarse de listos conmigo; pero estuvieron muy equivocados.

Muchos de ellos terminaron con heridas de gravedad y puede que tal vez también en terapia intensiva; como me había informado mi compañero de celda.


Flashback

Luego del juicio me subieron a una camioneta de alta seguridad con muchos oficiales a mi cargo; hasta que oí por los susurros de un guardia carcel que había llegado a mi destino.

Algunos de los reclusos me miraban con temor y otros con ansias de conocerme, me indicaron cual seria mi celda y me presentaron a mi compañero, parecía algo tranquilo; hasta callado por así decirlo.

Durante todo esa noche no pude conciliar el sueño, ya que mi agradable compañero no dejaba de tener ataques esquizofrénicos; así que muchos guardias entraban y salían de la celda.

Por lo que escuché a la mañana siguiente; el terminó en este lugar ya que robaba droga y no podía controlarse por si solo.

También escuché que ya se había recuperado de esa faceta de su vida; así que por buen comportamiento saldría antes de lo pensado.

-Bienvenido a mi hogar pequeña escoria-dijo un hombre algo robusto y con una cantidad excesiva de tatuajes

-Primero que nada no soy para nada pequeño y mucho menos una escoria, pero mejor no mencionó lo que pienso de ti ¿Verdad?-dije para sonreír cínicamente parándome delante de aquel tipo

-Cuidadito como me hablas nuevo, no sabes las pesadillas que te esperan aquí adentro y yo seré quién cumpla cada una de ellas, estas avisado, no intentes nada en mi contra si aprecias tu vida-dijo el hombre para irse, junto con su grupo

Estaba concentrado en quien sabe que cuando alguien tocó mi hombro captando mi atención rápidamente, al girar; mis ojos se encontraron con aquel compañero de cuarto esquizofrénico que para mi mala suerte me había tocado.

-¿Qué quieres?-dije sin mirarlo

-Solo quería disculparme contigo por no permitirte descansar, no me ocurren muy seguido estos ataques, pero ayer recibí una noticia no muy grata-dijo mirándome

-No te preocupes, solo procura controlarte y no meterte en mis asuntos de lo contrario no vivirás para contarlo ¿Entendido?-dije finalmente mirándolo

-Está bien ¿Cómo te llamas?-dijo este

-No es de tu incumbencia, pero aún así te lo diré para que luego te vayas y me dejes en paz, mi nombre es Paul Baker-dije para ver su rostro palidecer rápidamente ante mis palabras

Se levantó rápidamente de su lugar y me dejó solo; aunque me sorprendió el verlo escapar tan rápido no le di importancia alguna.

Mi día continuó lleno de miradas casi indescifrables, hoy me tocaba lavar la ropa de las ratas que vivían en este lugar; tarea que me resultaba sumamente repugnante.

Cuando le heche a andar a las lavadoras; pude escuchar las pisadas de un grupo de personas.

Y si por poco fueran mis sospechas, era ese hombre robusto que conocí hoy por la tarde; junto con sus perras.

-¿Se te ofrece algo?-dije dándome la vuelta

-Puede ser-dijo este

-Dime ¿En qué puedo ayudarte?-dije burlándome de el

Pesadilla sin retorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora