El viaje...
Luego de mi pequeña y no muy divertida visita al reclusorio, di por finalizado mi experimento; por así decirlo.
Esa pequeña charla que tuve con mi adorable primo, me ayudó a dejar muchas cosas en claro; una de ellas fue a no tener fe en las personas.
No sé cómo llegué a pensar que podía redimirse, que podría cambiar; pero estuve realmente equivocada.
Me alegra saber que siempre nos odiaron por nuestro dinero y no por un conflicto de hermanos, para ser sincera, en algún momento pensé que tal vez mi padre había sido promotor de estos conflictos; pero esa idea desapareció en cuanto Paul me confesó la verdad.
Luego de mi charla, salí del reclusorio con mis pensamientos aclarados, subí a mi Camaro SS 1969 descapotable de color azul, si comenzaba a creerme una amante de los vehículos antiguos, 378 caballos de fuerza; con una velocidad máxima de 200Km/h.
Un auto diseñado especialmente para mi, a mi medida; me había sentido muy identificada con este auto a la hora de comprarlo.
Conduje a toda velocidad, por la carretera hasta llegar a mi ciudad, las personas disfrutaban del agradable día; entre risas y buenos momentos.
En eso pude divisar a una familia que a simple vista era hermosa, una mujer que aparentaba ser de treinta años de edad, junto a su esposo y dos pequeños niños, simplemente había quedado maravillada ante esa familia; pero sonreí mucho más al ver como la mujer cargaba en sus brazos a una pequeña bebé.
Luego de tal escena conduje a una velocidad menor a la de antes hasta mi hogar donde me esperaba mi novio.
Estacione mi vehículo enfrente de mi casa, entre y lo busque con la mirada; en eso mi nariz captó un aroma peculiar proveniente de la cocina.
Caminé hasta aquella habitación y efectivamente Daniel se encontraba cocinando él desayuno, traía un mandil azul, que lo hacía lucir muy bien; junto a una música tenue en el ambiente.
Cuando me encontré más cerca de él; me aferre a su cintura y con una sonrisa conecté miradas.
-¿Pudiste aclarar tus dudas amor?-dijo él para darse la vuelta y tomarme de la cintura para proporcionarme un beso
-Si amor, creo que ahora podremos planear ese tan esperado viaje-dije
-Me parece bien, pero primero hay que desayunar-dijo
-Está bien-dije sentandome en el comedor
Comimos todo lo que Daniel había preparado entre risas y alguna que otra broma.
Hablamos sobre distintos lugares al azar; pero ninguno definitivo.
-¿Qué te parece Europa?-dijo
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Pesadilla sin retorno
RandomTodo lo que comienza hermoso, puede llegar a ser tu peor pesadilla, de la cual nunca podrás salir sin ver la luz al final del tunel o la mano que salvo mi vida... |𝐏𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐭𝐫𝐢𝐥𝐨𝐠𝐢́𝐚: 𝐒𝐡𝐚𝐝𝐨𝐰|