CAPÍTULO 16

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Cuatro meses y el dolor se volvía cada vez más insoportable; seguía sumergido en mis pensamientos desde su partida.

James no me comentaba mucho al respecto sobre sus viajes y salidas repentinas, en realidad no existía mucho diálogo entre ambos ya que yo comenzaba a alejarme del mundo; tampoco lo acompañaría en lo que creía que estaba haciendo.

«La mejor venganza,es ser diferente a quien causó el daño.»
-Marco Aurelio "Las meditaciones"

Mentiría si dijera que las flores del viento dejaron de hacerse presentes en mi vida, más de estos ejemplares llegaban sin previo aviso; al lugar donde me encontrará.

Mi vida se definía en beber; llorar y de vez en cuando observar las noticias para sentirme conectado al exterior.

Mismas noticias; comenzaba a pensar si era una cinta la cual veía todos los días repetidas veces.

Una banda de asesinos eran la noticia principal, pero no eran cualquieras, estos asesinaban a mafiosos, violadores y verdaderos asesinos, la gente los tomaba con unos delincuentes más; yo por mí parte los veía como justicieros.

Los pocos testigos que quedaban con vida, aseguraban que todos cargaban consigo un tatuaje en el brazo derecho; el cual consistía en tres pájaros de color negro volando.

La imagen de ese tatuaje circulaba por todos los medios y sinceramente era lo más interesante que había visto en cuatro meses.

Apagué el televisor en cuento la noticia finalizó, volviendo así a mi antigua rutina, caminé a paso lento hasta la sala, abrí el mueble que poseía el alcohol, tome un botella, para luego observar la foto de Amber, sonreír inconscientemente y subir a mí habitación lamentarme ¿Qué más podría hacer? No podía revivirla; tampoco podía volver el tiempo atrás.

Cuando estaba por subir las escaleras, James ingreso a la casa con un chico el cual igualaba su edad; de identidad totalmente desconocida para mí.

-Dame eso, deja de tomar ¿Cuántas veces lo tendré qué repetir Daniel?-dijo James para quitarme la botella de whisky de las manos

Me mantuve en silencio con la mirada perdida e intentado descifrar quién eran ese chico; él cual parecía haber estado llorando.

-¿Te comió la lengua el gato? ¿O qué? Preséntate, maleducado-dijo James con un tono autoritario

-Mi nombre es Daniel Callahan, un gustó-dije para solo saludarlo con mí mano y mantenerme en mí lugar

-Tambien es un gustó soy Cameron Russell amigo de James y lo era de Amber también-en cuánto dijo su nombre un escalofrío recorrió todo mí cuerpo

No sabía de dónde había salido Cameron, pero lo que si sabía era que se había enterado recientemente de la partida de Amber, tal vez a eso se debía su mirada de tristeza, sin olvidar los rastros de lágrimas en sus mejillas; se ve que eran cercanos y se querían.

-Daniel si quieres puedes subir, yo hablare con Cameron un rato más, si necesitas algo puedes llamarme-dijo James dándome pase libre para poder retirarme y eso hice

La noche había caído y yo solo había leído un libro que por alguna razón se encontraba junto a un nuevo ramo de flores, la portada decía Marco Aurelio "Las meditaciones", lo leí cuidadosamente y quedé maravillado con las palabras que eran narradas por él escritor; sabias palabras rescaté de aquellos versos.

Caí finalmente rendido y dormí hasta el siguiente dia; como ya era de costumbre.

A la mañana siguiente, bajé y James por alguna razón del universo aún estaba en casa, primero pensé que tal vez me había levantado temprano; pero descarte esa idea en cuanto vi que el reloj daba las diez de la mañana.

Pesadilla sin retorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora