CAPÍTULO 27

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Creía que un hombre con traje siempre podía dar una buena impresión; que se vería como alguien fuerte y poderoso a la vez.

Mi padre solía vestirse así y llevar consigo aquel pensamiento, crecí aprendiendo mucho de él; claramente era su imagen.

Adoraba los trajes diseñados exclusivamente para mí ,los negros clasicos me sentaban muy bien y claro que una mujer a mi lado con un hermoso vestido; me hacían destacar entre la multitud.

Tal vez ese era el efecto que causaba Alexa Evans con su presencia; una de las solteras más codiciadas del lugar y era nada más ni nada menos que mi acompañante durante esa noche estrellada.

Aquella hermosa mujer había perdido a sus padres en la explosión del avión ELDG 1331, aquella fatídica noche del 17 de febrero; casualmente el día que cumplía años James Dickson.

Ese día recuerdo que mi padre traía una sonrisa victoriosa y cínica, aquellas que lo caracterizaban a la perfección, era algo pequeño, pero muy capaz de entender aquella mirada; mi padre había hecho pagar a alguien.

Ese mismo día Alexa me llamó con su voz totalmente rota, para contarme que sus padres habían muerto debido a la explosión de un avión; más exactamente de las aerolíneas Dickson.

Conforme los años pasaron, mi padre me comentó aquello que había hecho y Alexa me había tomado como su consuelo; no podía negar que disfrutaba de aquello.

Mi padre mantenía negocios con los Evans; de quien ahora era dueña Alexa y yo disfrutaba pasar el rato con ella.

Jamás existió algún tipo de sentimiento hacia ella, solo era diversión y aprovecharme de su situación; de su debilidad y yo era la suya.

Su hermano menor, siempre fue una gran molestia y no veía la hora de deshacerme de él; pero debía esperar el momento exacto para desaparecerlo.

En cuanto a las aerolíneas Dickson; él padre de James fue enjuiciado y meses más tarde reportado como desaparecido.

Su hijo no paró hasta encontrarlo y con tal de verlo sufrir le facilite el trabajo, deje la ubicación de su cuerpo en el departamento de policía; sin ser visto.

Más tarde hallaron su cuerpo sin vida, en una de las bodegas que poseía nuestra ciudad, tal vez la muerte que le proporcionamos fue algo cruel, creo que aquella horrorosa imagen de su padre atrado de pies y manos, colgado del techo y con su cabeza bajo el agua de una pileta que proporcionaba el lugar; no seria fácil de olvidad ¿No es cierto?

Pero eso no fue suficiente; James quería saber más y confirme el tiempo pasaba más se acercaba a nosotros.

Era algo que no podía permitir, era demaciado astuto y escurridizo, simplemente un dolor de cabeza; pero aquel dolor de cabeza comenzaba a gustarme.

No sabía exactamente qué me gustaba si su insistencia con encontrar la verdad, su sed de venganza o simplemente él; pero no podía negar que existía algo que jamás había experimentado.

Alexa era capaz de quitar aquellas dudas solo por unas horas, no podía negarlo, era un mujeriego, pero el simple hecho de que me gustara un hombre o me atrajera de cualquier manera; no me agradaba del todo.

Tenia mis preferencias, las rubias con ojos turquesas eran mi debilidad, pero Alexa era la excepción, ella con sus largos cabellos oscuros y su ojos celestes, sin mencionar su perfecto cuerpo, era capaz de dejar a cualquiera boquiabierto; incluyéndome claramente.

El día que uno de mis hombres de confianza me informó que me engañaba con otro hombre, me sentí traicionado, no porque la quisiera, si no porque simplemente nadie era capaz de traicionarme; pero todo en esta vida tiene un precio o por lo menos así lo era para mi.

Pesadilla sin retorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora