Pesadilla sin retorno

CAPÍTULO 13

Como haré para levantarme en las mañanas y no verte a mí lado, como podré conciliar el sueño sabiendo que ya no estás aquí, te sostuve en mis brazos hasta tu último respiro; te vi en el momento en que cerraste tus ojos y ahora me culpo por no haber llegado antes.

Edward había muerto para cuando yo ingresé a la habitación, pero tu Amber aún agonizabas con el dolor que aquel viejo decrépito te había proporcionado.

Intente todo pero ya era tarde, la policía llego y junto con James, éramos los principales en declarar, luego de unas horas en la comisaría y de varias declaraciones, salimos del lugar ilesos, todo apuntaba al hijo de Edward; quién pudimos averiguar por medio de los policías que se llama Paul.

Luego de eso solo tocaba esperar para darle su último adiós a Amber; en un funeral digno de ella.

Hoy mismo realizarían la autopsia, la cual determinaría su muerte paso a paso como ocurrió; además de la escena del crimen.

Luego de doce horas en las cuáles no comí, aunque James me lo pidiera, ambos estábamos en el hotel de antes, lo único que nos separaba era una puerta que hacía de la habitación dos cuartos, James intentaba mantenerce fuerte ante mis ojos pero por la noche lo escuchaba llorar en su habitación; me partia el alma verlo de esa manera ya que ambos eran como hermanos.

Estaba recostado en mi habitación, habitación que antes compartía con Amber el amor de mi vida, solo podía llorar en silencio; en soledad.

Fui interrumpido por un repentino llamado, el cuál provenía de mi celular que descansaba sobre un mesa que tenía la habitación; me incorpore y caminé hasta alcanzar el aparato que no dejaba de sonar.

—¿Hola?—. Pregunté algo desanimado, mi estado de ánimo no era el mejor en ese momento

—¿Hablo con Daniel Callahan?—. Dijo la voz detrás del tubo

—Sí ¿Quién es usted?—. Pregunté algo curioso

—Soy el médico forense, le hablo desde la morgue, ya están los resultados de la autopsia de la señorita Amber Baker—.

—Esta bien, enseguida iré por ellos—. Y colgué sin más

Caminé hasta la puerta que nos separaba con James para avisarle que saldría, él solo se limitó a asentir, luego de cerrar la puerta y salir del hotel; me subí a mi auto y conduje hasta la morgue.

Al ingresar, el lugar era frío y lleno de metal por todos lados, a lo lejos pude ver a un hombre castaño de gran tamaño y edad, con una bata blanca; por lo cual asumí que sería el forense.

—Hola soy Daniel Callahan—. Y extendi mi mano al hombre, él cual no dudo en estrecharla con la mía

—Es un gustó conocerlo soy el Dr.Hale—.

—Es un gustó tambien—.

—Aquí están los resultados de la autopsia—. Me extendió los papeles y luego continuar hablando. —Por lo que pude observar, su muerte fue un homicidio premeditado, su cuerpo posee señales de que él hombre que murió y estaba en la habitación con ella intentó asfixiarla, hubo un forcejeo entre ambos, él la golpeó reiteradas veces en distintas partes del cuerpo, hasta tal punto de dejarla sin aire, luego de forcejear tanto fue que él hombre la empujó haciendo que ella cayera al suelo, golpeando finalmente su cabeza provocándole una hemorragia, la cuál termino con su vida—. Finalizo el doctor

—Gracias por la información, espero que esto sea suficiente para que pueda alistarla para el funeral—. Dije para luego extenderle una fajo de dinero

Luego de eso salí de la morgue y comencé a caminar sin rumbo por la ciudad, ni siquiera recordaba donde estaba mi auto para esta instancia, fue ahí cuando me di cuenta, que descubres que tenías todo; cuando no tienes nada.