CAPÍTULO 29

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Si o ¿No?...

Había preparado toda esta sorpresa con suma dedicación; gracias a James no me había faltado ni un detalle.

Aproveché que Amber y June tendrían un día de chicas para comprar la parte más importante de mi propuesta; el anillo.

Con James visitamos varias joyerías pero ningún anillo por el momento se había vuelto de mi agrado, necesitaba algo hermoso; elegante y que se pareciera a ella de alguna manera.

Finalmente cuando creía que jamás lo encontraría, caminamos hasta la última joyería que el lugar tenía; esta sería mi última oportunidad.

Una joven muy amable nos ayudó a buscar el correcto, pero ninguno había sido el que buscaba; hasta que a lo lejos pude ver sobre un estante una luz resplandecer.

Me acerqué un poco para ver que hermosa piedra proporcionaba aquel resplandor.

Y descubrí un hermoso anillo, único y elegante; se parecía mucho a Amber y por eso creí que ese era el correcto.

-Disculpe señorita-dije captando la atención de la joven que seguía mostrándonos modelos

-Digame señor-dijo

-Quiero ese-dije totalmente decidido

Ella lo bajo del estante de exhibición y lo colocó sobre la mesa; donde ahora podía apreciarlo con más detalle.

Era simplemente hermoso; todo lo que buscaba.

Una vez comprando el anillo de compromiso; decidí que era hora de preparar el lugar donde la llevaría

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Una vez comprando el anillo de compromiso; decidí que era hora de preparar el lugar donde la llevaría.

Reservé un hermoso restaurante que era caracterizado por las bellas vistas y paisajes que este proporcionaba debido a su ubicación.

-Buenos días señores ¿En qué puedo ayudarlos?-dijo el hombre acargo de la recepción

-Buenos días, necesitaré la mejor mesa que tenga en su jardín, para mañana en la noche, le propondré matrimonio a mi novia-dije como un bobo enamorado y eso era

-Claro señor, dígame por favor-dijo aquel hombre

Caminemos hasta el jardín del lugar y el hombre nos mostró una mesa, la cual se encontraba con vista al lago y más precisamente en la noche; las estrellas nos acompañarían.

-Quiero esta, con velas por favor-dije

-Claro señor, para mañana mismo le tendremos todo preparado-dijo él hombre y luego de eso salimos de paseo con James

Caminamos por toda la ciudad; ya que ambos casualmente éramos demaciado olvidadizos y por alguna razón olvidamos donde habíamos dejado mi auto.

Luego de reírnos por un rato y de rogar por auxilio; pudimos regresar a casa.

Pesadilla sin retorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora