CAPITULO 4

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Con sólo unos golpes más logramos que el tipo se escape, aún recuerdo su rostro, luego de eso volvimos a casa, yo subi inmediatamente para buscar un botiquín, cure mis heridas y luego toqué la puerta de la habitación de Daniel.

-¿Puedo pasar?-.

-Si claro pasa-.

Al ingresar lo encontré sentado en el borde de la cama con su mirada fija en el suelo.

-Te traje el botiquín para que puedas curar tus heridas y gracias por llegar a tiempo-.

-Gracias y no te preocupes te prometo que siempre estaré para cuando me necesites-.

-Lo sé, ahora cura tus heridas y luego vete a dormir que ya es tarde-

-¿No las curaras tu?-.

-No, acaso crees que soy esa clase de chica que cura al chico, luego lo besa y terminan felices para siempre, esto no es una película es la vida real-.

-Y lo sé pero tenía ilusiones-.

-Entonces deja de hacerte ilusiones conmigo-.

Me fui de ahí; no quería quedarme por que si lo hacía iba a ceder y yo no soy así.

A la mañana siguiente:

Desperté de buen humor o eso creía hasta que mi compañero de casa dijo lo contrario.

-El mal humor se nota desde aquí-.

-Este es mi humor natural y para mí es genial-.

-Si esa es tu definición de genial-. Dijo con sarcasmo girando sus ojos

-Ahora ¿Que quieres comer haré lo que quieras?-. Exprese con una sonrisa

-Wow y ese cambio tan repentino, tú dualidad se está haciendo presente-. Habló con sorpresa

-La dualidad de una persona depende de como está se muestre, durante años fui lo que todos esperan de alguien buena, extrovertida, la que siempre daba cariño y se culpaba de todo cuando a veces no tenía la culpa, pero me cansé de ser la sumisa y decidí cambiar creo que para los demás no fue para bien pero bajo mi punto de vista si lo fue, cambié y aunque no esté orgullosa de la persona detestable en que me convertí voy a vivir sabiendo que no le di la razón al mundo-.

-Esa eres tú, me gusta que seas así, te abriste sin problema, me contaste algo de tu pasando, aunque me hubiera gusta conocer a la antigua Amber-.

-Pues es una lástima ya que nunca la conocerás porque esta muerta para mi-.

Desayunamos en un silencio incómodo que podía ser percibido a kilómetros; pero yo realmente estaba bien.

En la escuela todo está igual que siempre, nadie me reconoce porque están concentrados en Amber, en la nueva y aunque me cueste se que la antigua aún vive en mi, lo odio porque no es un problema que pueda arrancar de raíz, es mi pasado; mi vida y no puedo ocultar lo que ya está escrito en la historia.

Un mensaje me llegó mientras caminaba por los pasillos de la universidad.

En la imagen se podía ver los dos autos que habían chocado esa fatídica noche, aquella en la que perdí a mi familia; toda la sangre que salían de los cuerpos de las víctimas.

Y como encabezado de la foto se encontra "Lo recuerdas Amber,aquí murieron, tengo también fotos de sus cuerpos por si te interesa verlos; tú terminarás peor que ellos".

No pude evitar llorar; si hasta las heridas bien curadas vuelven a doler de vez en cuando.

Solo se que comencé a mariarme y caí al piso.

-Amber ¿Estás bien?-. Dijo Daniel quien me vio caer y me levanto del suelo

-Si, solo que recibí otro mensaje-.

-Dajame verlo-. Habló con algo de enojo en su voz

Le entregué mi teléfono y el leyó detenidamente el mensaje, vio aquella imagen que me habían mandado; sus ojos comenzaron a cristalizarse y solo derramó una lagrima.

Me tomé el atrevimiento de limpiarla, solo logre que él me mirara a los ojos; dicen que los ojos son la ventana del alma y creo que tienen razón.

Pude ver su tristeza y su dolor, se asemejaban mucho a la mía; solo que yo había podido cambiar para ser fuerte y él se mantenía igual.

Solo lo abracé, porque aunque se que soy mala o eso es lo que todo el mundo piensa, pero aún debajo de todo este disfraz tengo un corazón que siente; el cual solo me decía que lo contuviera.

El correspondio a mi abrazo, logrando soltar algunas lágrimas más, no se porque lloraba; sentía que me podía ver en un reflejo y me abrazaba a mi misma.

-Deja ir para encontrar-.

-No puedo hacer eso-.

-Si puedes, yo pude-.

-¿Él qué, fingir que no te importa pero enrealidad te mata por dentro?-.

-Si eso, tienes que aprender a vivir con tu pasado aún que cueste-.

-Lo sé-.

Deje de abrazarlo, solo lo tome de la mano; para llevarlo a mi lugar favorito de toda esta universidad.

Nos sentamos y charlamos un largo rato de muchas cosas, nos corríamos, simplemente jugábamos hasta que el cayo sobre mi; intenté utilizar mi maniobra pero no funcionó.

-¿Y ahora que harás no puedes escapar?-.

-¿Qué me ocultas Daniel? ¿Cómo me conocés? ¿Por qué te empeñas en protegerme?-.

-Pronto lo sabrás, sabrás toda la verdad si, ahora solo quiero una cosa-.

-¿Qué cosa?-.

-Besarte-.

Y antes de que pudiera negarme o hacer algo al respecto, él ya había atacado mis labios de manera tierna pero demostrando el amor que me sentía, yo lo seguí porque sentía que había una conexión algo que me hacia actuar de esta manera; puede que sea el destino.

Se que el tiene algo que ver con mi pasado y pronto lo averiare, se que el sabe quienes son los tipos que intentan matarme; no soy estupida se como mira a las personas que me observan detenidamente.

Como actúa sobreprotector tan repentinamente, me hace dudar, quiero saber más sobre él, pero temo enamorarme, porque yo no necesito amor; porque el amor te deja ciego y necesito mis ojos para ver con claridad.

Solo espero que esto o mejor dicho él no cambien mi perspectiva de las cosas.

Pesadilla sin retorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora