CAPÍTULO 12

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Recuerdo...

Amo mí vida, cada momento de ella; mis padres me cuidan y consienten en todo momento.

Mí vida es como un cuento de hadas y yo soy la princesa que vive en él o eso en lo que dice siempre papá.

Papi siempre me habla de un lindo chico, él cual aún no conozco; pero pronto lo conoceré.

—Papi—. Dije mientras corría a sus brazos

—Princesa ¿Cómo estas?—. Habló ahora mi padre

—Muy bien papá ¿Y tú?—.

—Muy bien princesa—. Dijo mientras me daba muchos besos en el rostro

—¿Papi cuando conoceré a mi príncipe?—. Pregunté con entusiasmo por su respuesta

—Mañana mismo lo conocerás—.

—Enserio papá, que alegria—.

—Así es hija, él te cuidará cuando ya no esté aquí—.

Caminamos juntos tomados de la mano por el extenso jardín, el cual estaba adornado con muchas flores de colores y de todos los tipos.

Ese día iríamos de paseo por la ciudad; mí padre nos llevaría al parque de diversiones.

Mágicos momentos creamos aquella tarde; momentos que siempre se guardarian en mí memoria.

Luego de un maravilloso día, fuimos a un hermoso y elegante restaurante, mí familia tomo asiento en la mesa que previamente habíamos reservado; distintas comidas elegantes nos proporcionaba el menú.

Cada uno eligió su comida y disfruto de la misma, teniendo una hermosa velada, luego de eso fuimos a un hermoso complejo de hoteles antiguos; lugar donde la gente acostumbra casarse debido a su hermoso paisaje.

—¿Papá aquí me casare con mí príncipe?—.

—Si princesa, aquí te casaras con él y formarás una familia, nosotros estaremos aquí contigo acompañándote siempre—.

—Que lindo gracias papá—.

Luego de eso salimos por la carretera la cual estaba desierta debido a las altas horas, mi abuela y hermana dormían, el hermoso dia las había agotado, en cuanto a mí, me mantenía despierta  me encantaba ver la carretera mientras el auto estaba en movimiento; mis padres se miraban con amor y miraban de la misma manera que yo miraba la carrera.

Pocos autos se veían los cuales pasaban junto a nosotros, solo uno de estos logró llamar mi atención; ya que este impactó contra el nuestro haciéndole perder el control del auto a mi padre e impulsandonos lejos de la carretera.

Ambos autos habían quedado destrozados, yo solo intentaba entender lo que pasaba, mi familia ya no respondía a mis llamados, hasta que comencé a oír una voz familiar; aunque aún estaba algo aturdida podía distinguir la voz de mi padre.

—Amber ¿Estás bien?—.

—Papá, papá ¿Qué pasó?—. Pregunté asustada

—Todo estará bien hija, yo te voy a salvar, intenta salir del auto rapido—.

Yo le hice caso y salí del vehículo rápidamente en cuanto me pude desabrochar el cinturón.

—Papá dime cómo ayudarte a salir—. Dije desesperada

—Hija no te preocupes por mí, sal de aquí rápido, corre lejos—.

—No papá, no te voy a abandonar—.

—No hija salvate, yo ya no puedo salvarme, vive por los dos, vive por todos—. Dijo mi padre para darme un beso en la frente

Salí como pude y solo decidí seguir él pedido de mí padre, justo unos instantes de salir corriendo el auto de mi familia explotó en miles de pedazos.

Lagrimas corrían por todo mi rostro y lamentaba el hecho de no poder haberlos salvado.

"Ese fue el último recuerdo que tuve de mi padre antes de verlo morir"...






Pesadilla sin retorno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora