50. De vuelta a Marineford

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Luffy baja del auto junto a su tutora, quién llevaba un jugoso sobre en su mano derecha. El pelinegro se detiene momentáneamente para observar el camino de barro que daba al enorme lugar al que volvería dentro de poco tiempo. 

La enorme escuela militar, de metros y metros de altura, y de posibles kilómetros de distancia, aquella escuela donde tantas veces fue apaleado el pobre chico, donde los castigos al sol eran su pan de cada día, donde nunca estaba a gusto, donde las tareas interminables y los profesores fastidiosos no paraban de aparecer, cualquiera diría que el chico se encontraba malhumorado por regresar a dicho lugar, y en parte sí, pero... También fue el lugar donde conoció a su mejor amigo, Roronoa Zoro, donde ha conocido a las personas en las que más ha confiado, Sanji, Usopp, Robin, Franky, Brook y un largo etcétera se hallaban en este lugar, y no nos olvidemos de que aquí fue donde Luffy conoció a aquella chica que no lograba sacar de sus pensamientos, de no ser por Marineford quién sabe si Luffy se hubiera topado con Nami alguna vez.

-Huh, que extraño.- Dice Makino sacando a Luffy de su trance 

-¿El qué?- Responde el pelinegro 

-Normalmente cuando te traigo para inscribirte cada año aquí, empiezas a quejarte a más no poder

-Ah, jajajaja, es verdad

-Si, es inusual verte tan calmado... ¿Acaso ya no odias Marineford?

-Pero por supuesto que si, ojalá y un trueno la derrumbe o que se yo 

-Jajajaja, entonces... ¿Es por Nami?

-... 

-¿Luffy?

-Yo creo que sí 

-Heh, me alegra escucharlo 

-Bueno, entonces vamos a hacer esta mierda y después... ¡A comer carne! 

-¿Quién te dijo que comeremos carne hoy?

-¡¿EEEEEH?!

-No soy tu banco

-P-pero...

-Pizza, tómalo o déjalo

-... Pero comimos pizza hace poco tiempo

-¿Y?

-... Pizza... ¿De carne?

-Vale, yo pediré pizza hawaiana

-Ew, Makino, que gustos tan raros tienes

-Calla

...

El director Sengoku se hallaba revisando varios papeles en su escritorio, varios de ellos de una cuartilla entera y con una letra bastante pequeña, leerlos era tardado para el hombre, que al terminar de leer, tomaba su sello, daba un suspiro y los colocaba del otro extremo.

-Esto se está saliendo de las manos... ya van dos veces que estos sujetos nos toman por sorpresa, sigo sin entenderlo... ¿Como diablos saben en donde atacar? 

Los papeles no eran precisamente alentadores, algunos solo eran impuestos, pero en su mayoría se trataba de informes acerca del lavado de dinero y de los actos ilícitos que se iban cometiendo a lo largo del país, miles de dólares se iban a la basura por culpa de los criminales, y la gente vive con miedo a salir y no volver a casa, Sengoku, además de ser el director de la mayor escuela militarizada en el país, también es uno de los hombres de mayor cargo en la Marine, la mayor fuerza de justicia en todo el país, y por supuesto que también necesitaban de su apoyo. 

Más precisamente por lo que ocurría en esos días, dos ataque fueron realizados por un grupo organizado, y varias de sus armas y sus botes habían sido robados, el alcalde del estado estaba furioso con esto, ya que la perdida de estos bienes materiales era de millones de dolares que el invirtió, y ahora se habían ido a la basura, el problema es que estos criminales parecían ser unos excelentes estrategas a la hora de atacar estas bases de la Marine, y le estaban causando una fuerte jaqueca a Sengoku por esto.

Mi soldado rebelde (LuffyxNami) LuNaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora