32. Cocoyashi

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La navidad terminó al fin, fue un día tranquilo y relajado para Luffy, ciertamente logró "sobrevivir" a la estadía con su familia, eso lo tranquilizaba, aunque estaba consciente que fue muy en parte gracias a Nami. 

Al día siguiente los dos se estaban preparando para irse, era hora de viajar a Cocoyashi como acordaron, Makino se despedía de todos con total amabilidad, ella no tenía problemas con ellos de cierta manera. 

Luffy apenas y se despidió de su abuelo y de Sabo y Koala.

Antes de irse pasaron al hospital por última vez, en esos momentos Ace se encontraba dormido, según las enfermeras trataron de despertarlo de todas las formas posibles pero parecía que estaba en un sueño profundo, sin embargo al pelinegro no le importaba, igual quiso pasar, en privado, mientras Nami y Makino esperaban en el auto.

-¿Que crees que esté haciendo ahí dentro Nami san?

-No sé, no me dijo que quería hacer

-Que extraño

Luffy sale con una sonrisa en su rostro mientras el sombrero de paja cubría sus ojos.

Sin preguntas o permiso el pelinegro solo sube al auto verde.

-... Bien, ¿ya nos vamos Luffy?

-Si, Makino

-¿Luffy?- Se pregunta Nami

-Bien, entonces hacia Cocoyashi, tu eres de ahí Nami san ¿cierto?

-A-ah, s-si, así es.- Dice rápidamente rompiendo el trance en el que estaba

-Bien, entonces no será problema, Luffy y yo queríamos ir por simple curiosidad, mi marido me contaba que en ese lugar las frutas eran deliciosas, y el licor también 

-Jajaja, tiene mucha razón

-Hah, gracias por confirmarlo, entonces vamos hacia Cocoyashi

-Sip.- 

-Shishishi, ya quiero conocer a mi suegro

-¡Luffy!- Dice Nami sonrojada

-¡Jajaja!- Ríe Makino

-¿Dije algo malo?

-... No, pero es vergonzoso 

-Ah, bueno

-Bien entonces dejémonos de discusiones y vamonos 

-¡Si!- Exclaman ambos jóvenes

Y tras esto Makino enciende el auto y lo pone en marcha.  

Luffy y Nami miraban por las ventanas, Luffy solamente lo hacía por algo de melancolía que le producía el lugar, Nami lo hacía con nostalgia, este lugar le trajo muchas cosas que recordaría por siempre, buenas y malas, pero las recordaría. 

Mientras el auto sigue avanzando, Nami voltea a ver a Luffy, quién aún conservaba esa misteriosa sonrisa.

-Luffy... ¿que hablaste con Ace?

-No hablamos, estaba dormido

-¿Entonces que hiciste?

-Shishishi, algunas cosas

-... No entiendo

-Ya lo sabrás

-... De acuerdo.- Dice con una pequeña sonrisa, entendía que era cosas de hermanos 

Y en el resto del camino hacia la carretera no hubo conversación alguna, solo era Makino manejando, y Luffy y Nami observando una vez más a Baltigo, un lugar lleno de sorpresas como ninguna, la ciudad del negocio.

Mi soldado rebelde (LuffyxNami) LuNaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora