Capítulo X

49 2 0
                                    

Lo bueno de los domingos es que siempre tienen algo bueno que ofrecer. Hoy no va a ser la excepción, día de entrenamiento con Nata. Me hice uno de esos desayunos potentes pero que dan gusto. Y mientras desayunaba tomé un sobre y un bolígrafo "variedad, parte I" Si me hubieran pedido que describiera mi semana en una hoja no lo hubiera hecho mejor. Firmé y me dispuse a seguir desayunando.

Nunca rechaces un consejo; con amor,

Bati

<Riiing> Debe ser nata, pero está muy temprano

-buenos días señorita dormilona, llevo llamándote dos horas y no contestas.

~Lo siento, estaba ocupada

-¿y eso?

~nada importante, sigue y te doy algo de desayunar

-dale, aunque no tienes cara de cocinar bueno

~gracias- caminamos hasta la cocina-

-¿y este sobre?

~nada, una idea boba

-"variedad parte I" ¿qué? ¿Vas a mandar catálogos de algo?

~no seas boba, ahí va a ir una carta

-ah

~¿quieres waffles o tostadas francesas?

-lo que quieras


Terminamos de desayunar y salimos a trotar casi inmediatamente, trotamos unas dos horas y luego paramos en un parque, ella hacer su rutina. Yo un poco de yoga. Cuando terminamos ya era hora de almuerzo. Me encanta la comida mejicana y ella no quiso persuadirme.

Hablamos, bastante, de todo un poco. Y estando ahí me di cuenta que no iba a ser fácil mantener esa amistad. Uno siempre se promete seguir en contacto y esas cosas, pero no siempre es cierto. Nata iba a estudiar medicina, y yo arte y literatura. Carreras opuestas, universidades opuestas. Miles de razones para separarnos. Incluido la demanda de tiempo que tienen ambas carreras. Si sorteábamos esto, sortearíamos todo ¿no?

-hey bati. ¿Me estas escuchando?
~si, disculpa. Continúa

-en ese mismo instante, al otro lado de la mesa-

No hay que ser bruja ni adivina para saber cuando alguien a quien quieres la tienen en Marte. El amor es como un carrusel, tiene diferentes corceles, cada uno es único. Quería saber más, pero algo no me dejaba. Todo a su tiempo nata, ella te lo dirá cuando lo crea conveniente.

-¿piensas que las cosas seguirán igual ahora?-me preguntó

~¿a qué te refieres bati?

- a que nunca sabes que va a pasar después de que terminas una etapa, y terminamos una larga. Dejamos mucho, amigos, recuerdos, profesores, salones, sueños, en fin.

~nada nunca será igual, y lo sabes. Algunas cosas desaparecerán y otras se harán más fuertes.

-si, pero no sé, es duro. Digo, son personas y relaciones enteras las que se dejan

~las cosas siempre terminan cuando deben hacerlo

-pero no es justo, no quiero perderte, no quiero perder a Martín, no quiero perder a Mariana. No quiero que las cosas acaben así

~te di mi palabra una vez ¿no? Haré lo que esté en mi alcance para no perder nuestra relación. Hoy en día uno no puede darse el lujo de perder a gente valiosa, así que vamos es para adelante. Lucha por ellos, lucha por lo que quieres y así te mantendrás en pie.

Bati si que era un personaje curioso, si se le ve desde afuera se podría confundir su actitud de fortaleza en prepotencia. Pero aunque a veces parece que hay un poco de prepotencia, otras veces parece una niña chiquita, perdida, ahogada en un vaso de agua. Así es ella, cae y se recupera rápido. Es difícil entenderla, yo a veces aún no lo hago, pero bueno. No hay que entender del todo a alguien para ser su amigo. Parte de la amistad se basa en descubrir al otro y aceptarlo. Y últimamente he descubierto mucho de bati. Cosas buenas, por supuesto.

Pasamos cerca de donde habíamos estado hace una semana, los recuerdos se vinieron de chorro. La sonrisa del muchacho. La sensación del pantalón pegado e hirviendo en la pierna. Las servilletas arrugadas, los numerosos "lo siento, discúlpame, no fue mi intención". Es difícil explicar lo que sentí. El reloj se me detuvo, el ruido se acabo. Cuanto daría por verlo de nuevo. Pero esas cosas no suceden de nuevo, encontrarse de nuevo con el encantador extraño sería un milagro.

Acompañé a bati hasta a su casa. Me despedí y ella me recordó que íbamos a salir el viernes. No se me había olvidado, por supuesto, detesto que me dejen con intriga y no me informen de que vamos a hacer o a hablar. Me gusta tener certeza de las cosas, es mejor.

No estaba tranquila, tenía algo que nunca me ha permitido estar tranquila, se llama amor. Amar es como caer al vacío, sin cuerdas ni alas, sólo caes y tienes que aprender a creer que habrá una colcha esperándote al final de la caída.

A veces es bueno lanzarse y no mirar a ningún lado. Sentir y sólo eso. Pero es inevitable no cuestionarse de las cosas, todo sucede por algo, ¿no?. Entonces, ¿por qué me crucé con ese muchacho?, no importa, es mejor dejarlo así, por ahora. ¿Y si lo busco?, no, eso no es posible, ¿dónde lo haría?. Si supiera lo haría, la vida es de tomar riesgos, y de trabajar por los sueños.

Por otra parte está bati, y esta cayendo hondo. Si pudiera protegerla, lo haría. Pero no es posible impedir que alguien amé, ¿no?.

<<compañera, ¿estas ocupada?, necesito desahogarme>>

No, no lo estoy. Y si, todo a su tiempo. Siempre termina hablando.

Bati me habló de sus sentimientos por Martín, de lo confundida que estaba. Es difícil estar en la situación de ella, lo sé. Interrumpí lo necesario mientras me explicaba. Cuando terminó le dije lo que pensaba.

<< no le puedes ordenar a tu corazón a quien querer; siempre es bueno sentir, es un pequeño placer de la vida. Aprovecha este tiempo que les queda juntos>>

Si, es lo mejor que puede hacer. Tomé mi iPod, busqué una canción de Arjona. Tomé mi libro, es lindo leer antes de dormir. Once minutos- Paulo Coelho.

Por fin la semana había terminado, había sido una semana bastante pesada. Quería descansar, pero había algo, algo no me dejaba. Una especie de corazonada de que esta semana iba a ser aún más eterna.

El idioma del vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora