Capítulo XXXVII

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-la noche de Halloween, en un vuelo con destino a Colombia-

Las lagrimas se me escurrían mientras veía las nubes pasar, era mi cumpleaños y mi regalo no había sido precisamente uno bueno. El día anterior nata había llamado, yo no quería hablar con ella y como siempre fue Jordan la que se encargó de tomar la llamada. "Por favor dile que su mamá está terriblemente enferma, que venga cuanto antes" dijo nata, hice caso a su petición. Hablé con la directora, quien habló con mi hermano que ratificó todo lo que había dicho nata.

Sabía que para nata había sido difícil alertarme, ella siempre se mantuvo firme en que no hay que atormentar a las personas que se encuentran lejos. Sin embargo una vez mas me demostró que quería que hiciera lo correcto.

Jamas entendí como fue posible que nata se enterara antes que yo de la enfermedad de mi madre, tampoco hice esfuerzo alguno en averiguarlo. Lo importante era que ella había estado ahí para mi cuando lo necesite, estuvo pendiente de todo lo que había dejado atrás. Y yo estaría agradecida eternamente con ella por todo lo que había hecho, por un momento considere arreglar todo con ella, pero algo me decía que ya todo estaba perdido.

El vuelo se me hizo eterno, el único asiento disponible se encontraba al lado del baño y junto al pasillo. Las personas pasaban y me empujaban causando así que me distanciara de mi libro, mi compañero de asiento era un cincuentero que dormía profundamente y constantemente buscaba mi hombro para recostar su gran cabezota. Quería pegarle un puño para que se apartara de mi.

Cuando llegué al aeropuerto, nata estaba esperándome. Fue ella quien me ofreció un cuarto en su apartamento, me negué, no quería estar en casa ajena. Aunque no quería estar sola en los espacios gigantes de mi casa, tampoco quería apresurar las cosas con nata. Si iba a hacer las cosas bien esta vez, las haría paso por paso.

Nata me dejó en casa, esperó hasta que entrara. Cuando llegué a la puerta me di cuenta que no tenía llaves de mi propia casa, recordé entonces el repuesto que guardaba en una matera. Afortunadamente seguía allí. Me despedí de nata y entre a mi casa, ella se fue, yo me quedé sola debajo del candelabro del comedor.

-en ese mismo momento, en Londres -

Llevaba un mes tratando de contactar a nata, pero parecía que la tierra se la hubiera tragado. Desee con todas mis fuerzas que apareciera, en verdad la necesitaba, quería saber de Bati. Tenía una gran duda ¿eran Bati y la pelirroja la misma persona?. Hace no mucho había recordado que nata había sufrido una lesión. Sentí el olor de la comida recién hecha, había una pelirroja sonriéndole a nata. "Bati, esto te quedó buenísimo" le dijo nata a la pelirroja.

Yo era consciente de que era tarde en Colombia, pero necesitaba respuestas de manera urgente, quería saber toda la verdad sobre esa laguna que atormentaba mi vida. Estuve tentado a abrir el regalo que Lucas me había dado de cumpleaños, pero temí averiguar mas de lo que debía. Pensé que nata era la persona indicada para darme respuestas sin abrumarme

Después de un mes, nata por fin apareció. No estaba de buen humor, la había despertado. Comencé con mi primera pregunta.

-¿Bati es la misma persona que la pelirroja con la que estuve obsesionado
~ si, y no pienso decir mas. Descubra su vida por sus medios, y en la vida vuelva a ser tan insistente. No busque a Bati, ella esta bien sin usted

Inmediatamente después colgó, me quedé solo y lleno de rabia. Cuando la necesite no estuvo ahí para mi, la única vez que le había pedido un favor significativo y me había fallado. Quise gritar, estaba histérico, necesitaba respuestas pero en la cantidad justa.

Las cartas me miraban con curiosidad, pensé que la mejor manera de recordar del todo a Bati era empaparme de todo lo que ella representaba, y que mejor que sus propias cartas para entenderla y así recordarla. Releí todas y cada una de las cartas que ya había abierto, decidí abrir en especial una, releerla una un par de veces mas, era la que mas se ajustaba. Tomé la que decía "cuando una amistad te falle".

El idioma del vientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora