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Capítulo 9: El lado más atrevido de Alessia

«Solo te pido que no me apuñales cuando abra mi cuerpo pa' darte un lugar.»

15 de enero, 2019.

Alessia

─Cuando te invité a casa, jamás imaginé que estarías descalza en mi cocina. ─murmura Valentín apoyado en el umbral mientras me observa detenidamente.

Lo miro de reojo notando que se ha cambiado de ropa. Su cabello está húmedo debido de que se estuvo duchando y la pequeña barba que tuvo hace un par de horas ya no está.

Saco las papas que estuve horneando y las coloco encima de la encimera.

─No estoy descalza, tengo calcetines puestos. ─alzo una de mis piernas señalando mis calcetines rosados.

─Pudimos pedir una pizza.

─Que va, últimamente he comido muy mal Valen. ─hago una mueca. ─Además, dijiste que querías probar mi comida, ahora no te arrepientas.

─ ¡No lo hago! ─exclama riendo.

─Bien, porque ya está listo. ─camina hacia mí y toma mi mentón con una de sus manos. Da un casto beso sobre mis labios para luego sacar los platos del gabinete y entregármelos.

Coloco las papas horneadas en cada uno de los platos al igual que las milanesas napolitanas al horno que preparé y le tiendo su plato.

Al vivir en Argentina adopté un montón de costumbres gracias a Carolina; una de ellas es el amor a la comida argentina, o su gastronomía en sí. Sobre todo a las típicas milanesas y al asado.

Aunque no sea la comida más saludable del mundo debido al queso que lleva encima –oh maravilloso y rico queso- es una de las cosas que más rápido puedes preparar teniendo mucha hambre.

Además, ¿quién no ama las milanesas?

Valentín toma mi plato consigo y lleva ambos platos hacia el comedor, doy play a la serie que estuvimos viendo desde que llegamos a su casa y ambos nos sentamos en frente del uno al otro. Nos disponemos a comer tranquilos sin musitar palabra alguna mientras vemos Peaky Blinders. Al terminar el episodio no reprimo mis comentarios sobre cuán hermoso es Tommy cosa que lo hace reír.

─ ¿Querés dulce de leche? ─asiento en respuesta.

Lo veo incorporarse del asiento e ir a directo hacia la cocina. Fijo mi mirada hacia mi celular y respondo varios mensajes a algunos de mis amigos y a mi madre. No le he echado un vistazo a mi celular desde que estábamos en la terraza.

Al llegar a la casa de Valentín nos pudimos percatar que nadie se encontraba allí, incluso luego de dos horas y algo más de estar aquí no llega el hermano de Valentín, que según mencionó se llama Manuel.

Su casa no es muy grande, pero es acogedora. Ideal para vivir pocas personas. Hay un montón de libros, cuadros e instrumentos musicales alrededor de la sala. Una familia que ama la música, el arte y la literatura, creo que estoy maravillada.

Camino hacia el sofá recostando mi espalda sobre el espaldar y acomodo la frazada para que cubra mis piernas cuando siento a Valentín sentarse a mi lado mientras me hace entrega de una cuchara y el dulce de leche. Abre el envase del helado de oreo y me da a probar de este.

Una sonrisa se dibuja en mi rostro al probar el dulce de leche y el ríe entre dientes al verme.

Valen recuesta su cabeza sobre mi hombro y pertenecemos en silencio mientras comemos del helado y vemos otro capítulo de la serie.