Helado, Alcohol y Comida

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Capítulo 32

DUANE BLACKWELL

Esto es más complicado de lo que imaginé, Nate siempre me decía que sin mí él se convertía en un inútil, que me necesitaba cada vez que yo no estaba a su lado, pero... me temo que él estaba muy equivocado, el inútil aquí soy yo y el tonto que depende del otro soy yo.
Éstas últimas semanas he estado tan decaído y ya intenté de todo para que él regrese conmigo pero parece que ya tomó bien su decisión.
¿ Debería hacer un último intento para que Nate me perdone?
Creo que estos pensamientos son bastante egoístas, me he transformado en algo que no creí que fuera posible. Supongo que será mejor dejarlo ir le daré tiempo para él y me daré tiempo a mí, es mejor que sanemos y si el destino lo quiere nos volverá a juntar.
Como mencionaba anteriormente, han pasado varias semanas y nada me logra distraer de ésta tristeza, es tan difícil verlo en la escuela y no poder acercarme, James y Jasper siguen siendo mis amigos, pero aún así es bastante incómodo si está Nate.

El día de hoy no me sentía con ganas de ir a la escuela, tengo la sensación de que mi cuerpo está débil.

Supongo que haré lo que no debería hacer alguien que acaba de salir de una relación: beber alcohol.
Como soy una persona responsable beberé en casa y sólo.

—Buenas tardes —dijo la señorita que atendía aquella tienda de autoservicio.
—Buen día...
Buen día mi trasero, nada puede ser peor.
Supongo que está botella me servirá y ¿por qué no? El helado y dulces no me vendrían mal.
Técnicamente terminé llevando más cosas que por las que venía.
Al llegar a mi casa me fui a poner ropa cómoda (un pantalón de pijama y una playera holgada), me senté en el sofá de la sala de estar y prendí la tele.
¡Fantástico! que programa tan bueno, justo lo que necesito... ¡Una película de romance!
El mundo quiere que yo me mate.
Destapé la botella y no dude en beber directo de ésta, igual destapé el bote de helado y comí con una cuchara sin servirme en un plato.
La película estaba realmente buena, pero ¿Por qué las cosas no pueden ser como en las películas?
Se ven, se enamoran, se besan, encuentran un problema y lo solucionan y al final se casan.
Daría lo que fuera para que me pasara algo así. Es tan triste.
Debo verme como idiota en este estado.
—¿Eh? ¿Quién me llama? —mi teléfono empezó a sonar.
Es... Damien...
Ni de broma le contesto, por su culpa —y en parte la mía —Nate y yo estamos separados.
Ahora no me siento triste, me puse de malas.
Ahg, ya casi me acabó el helado.
Al menos me queda mucho de la botella que compré.
Aunque si sigo así voy a empeorar... da igual no estoy de humor para no hacer algo que no sea esto.
La película seguía transcurriendo y ya me había logrado sacar algunas lágrimas, y otra vez una llamada.
Cómo lo imaginé, Damien otra vez.
Supongo que contestaré para dejar en claro que no quiero verlo otra vez.

—Diga —respondí con voz firme.
—Abre la puerta, estoy fuera de tu casa.

¿Qué rayos? ¿Pero qué demonios pasa?

—Vete, no estoy en condiciones de ver a nadie.
—No te estoy preguntando, abre la puerta. Solo será un momento y me iré.
—¿Lo prometes?
—Sí, Duane.
—Bien.

—Hola, perdedor —dijo Damien mientras levantaba una bolsa con golosinas.
—¿Qué necesitas? —me estaba irritando.
—Te cuento, dentro.
Pasó sin vergüenza y puso las cosas que compró en el sofá.

—Oh, parece que te adelantaste con el helado —mencionó mientras se acomodaba en el sillón —. Vaya ésta película si que es triste, pero me encanta, ¿Qué esperas? Ven aquí a verla conmigo.

—Damien, dijiste que solo sería un momento.
Me senté a su lado.
—Si te decía que vengo a quedarme unos días no me hubieras dejado pasar —sin pena alguna subió sus pies a la mesa de centro y tomó el bote de helado que yo estaba comiendo.

—¡Fuera de mi casa!
—Relájate, cariño. Me necesitas.
—Al carajo, ¿qué es lo que quieres?
—Hace un rato te llamé para avisarte que estaba en la ciudad y que pasaría a verte, pero no respondías así que le llamé a Nate.
—Estás loco, ¿cómo se te ocurrió esa idea?
—No estaba muy contento de escucharme y me dijo que arruiné su relación que ya se había enterado de lo que sucedió entre nosotros, entonces supe que debía verte en cuanto antes. Imaginé que estarías en este estado. Y Duane, en verdad lo siento... sé que él era todo para ti, pero como amigo no pienso abandonarte y me voy a quedar aquí un tiempo ayudándote a afrontar todo lo que viene. Si tenemos que ver películas deprimentes todo el día hasta que te canses así será, haremos todo lo que quieras.

En verdad se siente culpable, algo me dice que no se irá aunque se lo vuelva a pedir.

—De acuerdo...
Lo siguiente que pasó fue que empezamos a beber un poco cada vez más, destapamos el segundo bote de helado y seguimos viendo películas tristes.
Cuando menos me di cuenta ya me sentía algo mareado por tanto que había ingerido de la bebida.
—D-Damien... eres un gran amigo hip, te quiero gracias por estar hip aquí conmigo.
—Eres tan lindo cuando estás ebrio, incluso te dio hipo.

¿Qué me pasa? Me siento sin fuerza.

—Abrázame, Damien.
Me abalancé sobre él como si fuera un niño pequeño.
Me senté en su regazo de piernas abiertas y recosté mi rostro en su cuello.
Era inevitable que empezara a llorar, Damien me abrazó y me dijo que todo estaría bien.
No sé si sea el alcohol, pero algo me aprieta en mi entrepierna.
—Oh, pequeño Duane... no me digas que estás caliente.
¿Qué es esa sonrisa Damien?
¿Por qué me estás besando?
Da igual, total estoy soltero... que pase lo que tenga que pasar.

JAMES

—Jasper, despierta tengo hambreee —quería moverme, pero Jasper me tenía abrazado de una manera que no me era posible salir.

—Cinco minutos más, James.
—Pero quiero comer ya.
—Con que tienes hambre...
Ese tono de voz indicaba que él planeaba algo.
Seguido de sus palabras su mano se comenzó a deslizar de mi abdomen hasta mi miembro, el cual comenzó a estimular con el propósito de causarme una erección.
—Pero no de esa hambre, bebé.
—Mientes, tu siempre quieres.
Tenía razón, ya me había calentado, soy muy fácil con él.
Él igual estaba caliente, su pene rozaba con mi trasero.
Con ternura me besaba el cuello, provocándome pequeños gemidos involuntarios.
Sin pensarlo más Jasper me introdujo dos dedos, los cuales se comenzaron a mover con agilidad en forma circular.
Era cuestión de unos momentos para que me penetrara.
Y así lo hizo, me colocó en posición de perro; mi pecho sobre la cama y mi trasero a la altura perfecta.
Me dio una nalgada y empezó a metérmela con más rapidez.
—¿Sigues teniendo hambre?
—S-Sí... —respondí con coraje.
Fue todo, no tuvo piedad de mí... los ruidos de nuestro amor inundaron aquella habitación, las almohadas, sábanas y demás cosas terminaron en el suelo por nuestros movimientos.
Finalmente Jasper se terminó corriendo.
—Me encantas —me susurró al oído.
Ya se estaba levantando para ir a bañarse, pero...
—¿Qué hay de mí? —pregunté con un tono infantil.
El susodicho no tuvo opción y se puso de rodillas, con mi miembro frente a su bello rostro.
Se metió mi pene en su boca y por mi parte empecé a mover mi pelvis. Tomé su cabello y su lengua se movía con una agilidad indescriptible, sentía mi parte baja tan húmeda que no pude aguantar más y me terminé viniendo en su boca.
Es la mejor parte, ver su rostro y sus labios llenos de mi esencia.
Decidimos bañarnos juntos para posteriormente comer algo.

—James.
—¿Sí? —le di una mordida a mi hamburguesa.
—Tenemos que apoyar a Nate, no la está pasando bien.
—Lo sé... estoy pensando seriamente en contarle de sus recuerdos que olvidó. Si Nate recordara que su verdadero amor es Mitchell nadie estaría sufriendo aquí.
—Excepto Duane, ¿lo olvidas? Igual es nuestro amigo.
—Cierto... Mitchell debería aprovechar ahora que Nate está soltero para contarle la verdad sobre lo que olvidó.
—En eso concuerdo, se está complicando las cosas y ya.
—Me alegra que tú y yo estemos juntos sin problemas, Jasp bebé.
—Imagínate cuando nos casemos, cielo —me tomó la mano.
¿Casarnos? No estaba preparado para ese comentario de Jasper, estaba tan feliz que me sonrojé.
No sabía que tuviera intenciones de llegar al matrimonio conmigo.
—¿Casarnos, mi amor? ¿En verdad planeas eso? —no me era posible contener mi felicidad.
—Claro, ya verás. No pienso dejarte ir, eres el amor mi vida —me dio un besito en mi frente.
Jasper, no eres de muchas palabras pero cuando hablas me llevas al cielo.
—Te amo.
—Y yo a ti James.

Pidan un deseo que actualicé 2 días seguidos, les dije que el siguiente vendría pronto.
No sé ustedes pero yo extraña escribir sobre ésta parejita, Jasper es tan tierno.
Imaginen cómo sería la propuesta de matrimonio para James.

Profesor, ¿jugamos? [BL] [HOMOERÓTICA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora