-Bien. Aquí tiene niño. –hizo una reverencia y se dio media vuelta- ¡Hey! ¡Espera! ¡Empezará nevar!
Pero por más que ese anciano gritaba para intentar detenerlo no pudo. Aquel chico siguió su camino por ese gran campo blanco como todos los días. El frío no era problema y un poco más de nieve no le haría sentir peor. Nada. Metió sus manos en su chaqueta mientras sus ojos permanecían inertes. Se topó con ese anciano de casualidad que no pudo evitar ayudarlo. Solo era eso. Aquel hombre le agradeció tanto que no desistió en que Seven tomara esas monedas como un gesto de agradecimiento. Sin embargo, a él no le importaba en absoluto. Aunque las contó y alcanzaba para una botella. Se encogió en hombros cuando se dio cuenta que solo en eso pensaba. Solo en poder comprar otro licor. Muchos creerían que era por el frío invierno que invadía el lugar, pero para él no era así. Simplemente quería dejar de sentir, que el dolor se acabe y poder divagar entre sueños y pesadillas. Lo que sea para poder verlos, poder pasar un momento con ellos y sentir que ese era el cielo. El alcohol podía hacerlo.
En esta ocasión fue a un pequeño establecimiento donde vendían un poco de todo. El encargado lo saludó como de costumbre. Seven nuevamente era un cliente reconocido ahí no solo por sus grandes comprar de alcohol y comida chatarra, sino también por las jugosas propinas que dejaba. Nunca se llevaba el cambio, así que le encargado siempre estaba feliz de verlo. Había veces que él venía todo empapado o golpeado, pero su mirada era feroz que prefería nunca preguntar.
-Soju.
-¿Eh?
-Solo hay tres botellas de soju. –le dijo.
-¡Ah! ¡Ahora mismo iré a la trastienda por más! Espéreme, por favor.
El encargado corrió de inmediato mientras agarraba con ambas manos tres cajas que contenían doce botellas de soju. Las puso delante del mostrador para que su cliente estrella pudiera elegir las que más quisiera. Esos ojos dorados tomaron tres más y pagó con un billete redondo. Y nuevamente el tan esperado: "quédate con el cambio."
El encargado podía ver esos ojos que no mostraban expresión alguna ni le prestaba atención a su apariencia. Nada. Solo podía agradecerle por ser un cliente frecuente y esperar verlo de nuevo ese mismo día.
-Despecho. Seguro una mujer le pagó mal. -le había dicho su jefe cuando vio yéndose al Choi. El encargado no dijo nada. Simplemente miró cómo se perdía en la nieve con esas bolsas de comida chatarra y el licor.
Mientras que para ese pelirrojo no importaba la opinión de los demás. Daba igual si ellos creían una cosa u otra. Mientras no lo molestaran no le importaba nada. Fue llegando a aquel hotel donde se quedaba. Ya no era necesario un saludo o algo, todos lo reconocían ni bien él llegaba. Era uno de los clientes que más había perdurado ahí. Un chico apuesto de cabellos rojos y unas gafas marmoleadas. Muy alegre para el contraste de su mirada perdida y su aspecto descuidado.
Seven subió las escaleras mientras buscaba sus llaves. Ese día no tenía planeado salir de su habitación ya que tenía lo suficiente en esas bolsas para poder dormir y verlos. Esperaba que el sueño sea más duradero que antes.
-¡Hey! –escuchó a su atrás- ¿Estás solo? –miró por el rabillo del ojo y vio a una mujer en diminuta ropa- Vamos, no seas tímido. –le sonrió- ¿solo?
Saeyoung no respondió. Sacó las llaves de su bolsillo y procedió a abrir la puerta, pero esa mujer sujetó su mano y después meneó sus dedos mientras lo miraba de pies a cabeza. Podía degustarlo solo con la mirada.
-Vamos. No seas tímido. –su voz era pícara.
-...
-Hey.... No seas tímido... -sus dedos recorrieron su brazo- ¿es verdad?
ESTÁS LEYENDO
UNA ORACIÓN
FanficV rechaza a Akira(MC) a pesar de entender que su amor era una obsesión y decide irse. Ella con su corazón roto, ¿podrá abrirse nuevamente a un amor inexperto y con un pasado oscuro?¿De verdad V nunca amó a Akira? ¿Qué pasa cuando la confianza se rom...