UNA ORACIÓN

CAPÍTULO 58-3T: NO FLORECERÁ

Sus ojos intentaban mirar de un lado a otro para poder esquivarlo. Miraba el techo con hermosos azulejos, el reloj que iba marcando la hora, las fotografía que adornaban el lugar e incluso a las señoritas de caja que atendían con una sonrisa a cada cliente. El aroma a café la envolvía y por más agradable que fuera, la mirada de ese hombre rompía con esa armonía.

-¿No dirás nada?

No lo diría. En realidad, no quería ni sabía qué decir. Simplemente su mirada no podía estar al mismo nivel de la de ese hombre. Ella solo cambió su hora para el café esperando no ver a ese hombre, pero él estaba delante de ella con sus ojos expectantes.

-No muerdo. –se mofó- Sigo siendo el mismo.

Silencio. Jaehee Kang no podía soltar alguna palabra.

-Soy... -se acercó a ella- el idiota del café, ¿verdad?

-¡Su majestad! –logró decir.

Las mejillas le quemaban cuando volvió a bajar la mirada a su café. El aroma como el calor se iba yendo sin que ella hubiera dado un sorbo. Ni uno, pero...

-Ahhh... deja los formalismos, Jaehee. -Le decía aquel joven mientras cruzaba los brazos y se apoyaba en el respaldar de la silla.

La situación era que, cuando su amiga apareció ante todos los medios de una manera inimaginable no lo hizo sola. Había dos personas que iban de su lado. Eran dos nobles como ella y jamás en su vida pensó que uno de ellos era "el idiota del café". Sí, aquel chico con una sonrisa agradable y un aura despreocupada y quien la salvó de un secuestro era un noble, pero no cualquiera, sino uno de los líderes de las cinco familias nobles: La familia Gun.

Fue cuando lo vio al lado de Akira y el emblema de la garza que entendió todo.

-"Simple e inimaginable como una garza", ¿eh?

-¿Lo recordaste?

Taeyoung Gun. Líder de la familia Gun con 26 años de edad. Era un joven de perfil bajo que estudió en los lugares más exclusivos de Corea y del extranjero. No era cualquier persona y mucho menos un "idiota". Lo peor era que ella había faltado el respeto a uno de los líderes de las cinco familias del rey. ¿Por qué no lo pensó? ¿Por qué no investigó? Solo tenía vergüenza.

-...

-Jaehee... vamos, quita esa cara.

Miró por la ventana. Deseaba tanto estar en otro lado que podría aceptar a su jefe en algún proyecto de gatos. Eso podría ser mil veces mejor que estar delante de ese hombre que la mira fijamente.

-Usted...

-Dime idiota.

-¡N-no! –las mejillas quemaban.

-¿Por qué? ¿Acaso no soy eso?

-Yo... pido perdón...

-¿"Perdón"?

-Fui... grosera con usted. –se inclinó- l-lo... lamente.

-¡Jaehee! ¡Por dios! No te preocupes. –tomó un sorbo de su frapuccino- Nuestra relación no debe de cambiar, Deja de tratarme de "usted". Soy incluso menor que tú.

-...

-¿Qué te pareció? Fue grandioso nuestra entrada.

El joven garza que simplemente parecía curioso por las expresiones de ella no entendía en la situación que se encontraba. Él era un noble de alta cuna que jamás pensó tener en persona y simplemente lo catalogó como "idiota". ¿Quién en sí era idiota?