Caspian leía silenciosamente las ultimas misivas de los reinos vecinos. Habian vuelto del entrenamiento hace dos horas atrás, la muchacha siguió profundamente dormida. Ni si quiera se despertó, cuando el muchacho le saco aquel extraño traje (que por algún motivo, se transformo en un vestido blanco suelto, similar al que tuvo cuando Jadis ataco). El muchacho sonrió encantado al ver su barriga de cinco meses y medio de embarazo.
-Papá esta aquí- susurro besando con ternura su abdomen- Mami esta algo cansada, pórtate bien campeón
Quiso dejarla en la cama, pero la muchacha aun dormida, se negaba a salir de sus brazos, por lo que alli estaban. El muchacho se sentó junto al fuego a leer, su novia dormía profundamente apoyada en su regazo. Al joven rey le pareció bastante cómico que incluso estirada completamente, no llegara a ocupar todo el sillón. Caspian era demasiado alto y, su pequeña guerrera, no superaba el metro sesenta y cinco, incluso Lucy estaba ganándole en altura cosa que ninguno habia llegado a mencionar. Día tras día, el joven caía mas y, mas profundamente por aquella hermosa muchacha, sin duda, nada de lo escrito le hacia justicia.
Con frustración, cambio la hoja mientras deslizaba los dedos entre sus risos.
Todos los caminos estaban sellados por la ventisca, habia rumores de que la gran cascada estaba volviendo a congelarse; decenas de personas morían a diario por los secuaces de la bruja y, lo mas preocupante, donde antes se hallaban los dominios de Calormen, ahora se ergia su fortaleza, como un gigantesco mausoleo de hielo. No le comento nada de aquello a su novia, por obvias razones. La pobre muchacha ya tenia suficiente, como para agregar un peso mas sobre su espalda. El doctor Cornellius le dejo estrictamente prohibido, que hablara de aquello.
-Su salud es complicada muchacho- le habia dicho- un par de accidentes como los que ha tenido y, tanto ella como tu hijo podrían respirar se ultimo aliento ... No deseo ver llorar a nuestra dulce reina por que su bebe yace muerto en su vientre, eso la destrozaría ...¿Qué consuelo puedes darle a una madre que ha perdido al bebe que cargaba por meses? ¿Que ha sido asesinado? ¡Tu debes ser el sabio en esta situación! ¡No la estreses mas de lo necesario! ... Por que te garantizo mi muchacho, que perder a ese niño, extinguiría toda luz de su interior
Y Caspian lo sabia, sabia por las lagrimas tibias que silenciosamente soltaba en la noche cuando creía que estaba dormido y, los murmullos que le dedicaba diariamente a su bebe, que Susan ya no era solo su Susan. El amor que tenia por aquel niño, superaba absolutamente todo. Rillian era la extensión física de su corazón, era el símbolo del amor que ambos se profesaban. Un pedacito de cada uno, que permanecería unido por siempre. Él era su vida.
El golpe de la puerta lo distrajo de sus pensamientos. Susan seguía completamente dormida y, él no tenia posibilidad alguna de levantarse.
-Adelante- exclamo tranquilamente, sabia que a pesar del bullicio, su novia permanecería dormida con su rostro angelical. Acomodo rápidamente la manta que la cubría hasta el inicio de la cintura, la muchacha se hallaba con una de sus camisas. El joven estaba convencido de que le quedaba mil veces mejor que a él, resaltando su bello abdomen que lo traía hipnotizado.
Isabella y, Mathew ingresaron a la habitación. El joven rey sonrió al verlos, parecía que no habian estado juntos hace años. Ambos sintieron sus mejillas sonrojarse ante la posición de la pareja, el joven rey sonriso con picardía.
-Lamento no haberos abierto la puerta, el entrenamiento la dejo desmallada. No me he movido en mas de dos horas, nunca le quiten a una muchacha embarazada su almohada.
-¿Entrenamiento? ¿Te refieres con espadas?-inquirió la muchacha con los ojos abiertos.
-Créeme, mejor ni preguntes- suspiro el rey acariciando su cabello- ¿Como han estado muchachos? Lamento no haber hablado con ustedes ... estos meses han sido ... caóticos
-¿Como estas tu?- inquirió Mathew de repente. Era un muchacho sin igual, muchos creían que los hermanos eran los peores indiscretos del reino a la hora de hablar- la ultima vez que hablamos, huías del matrimonio y, ahora estas aquí con una muchacha en poca ropa embarazada ... ¿Es realmente tu hijo? ¿O solo lo has dicho para calmar al pueblo? ¿Por que nunca nos has hablado de ella?
-¡Matth!- exclamo su hermana golpeando su cabeza- Forma de preguntar las cosas
-Como si tu no lo quisieras saber ... ¡Vamos! Aparece una familia aparentemente extinta para todos, un mito y, resulta que una de los integrantes de esa familia es el amor secreto de nuestro querido Caspian aqui presente ¿No despierta tu curiosidad?
-¡Vale! ¡Vale!- exclamo la muchacha levantando las manos. Ambos voltearon a ver al rey, que los veía con media sonrisa.
-De acuerdo, lo admito ... no he sido sincero- su rostro cambio a una mueca, sus ojos se volvieron mas oscuros- no podía mencionar su nombre sin desear estar muerto. Despertar cada día, sabiendo que mi vida solo serian minutos en su mundo ... que jamás podría volver a besarla o, verla sonreír era insoportable. No solo cruzo un portal, se llevo mi alma con ella; aqui en Narnia permaneció el rey, con ella se fue Caspian ... y, luego apareció así sin más, manchando de sangre el piso de la sala del trono, como una muñeca frágil y, vulnerable ... no podía pensar como rey, deseaba con todas mis fuerzas correr a cada persona de ese salón y, ser solo un hombre frente a la mujer que ama
-No se como tarde tanto tiempo en comprenderlo- susurro Isabella, viendo a la muchacha tomar su mano dormida. Una risa se escapo de sus labios sin poder contenerla- era bastante obvio realmente ... solo habia que mirar tu rostro
Caspian sonrió de medio lado antes de continuar- Habia vivido dos años, mientras que ellos solo 3 meses ... la pobre estaba realmente aterrada cuando me confeso lo de Rillian, ninguno creyó realmente que algo así pudiera pasar. Estaba listo para casarme con ella, para reinar juntos y, despertar a su lado hasta el ultimo día de mi existencia pero, luego todo se desmorono. Aslan les dijo que jamás volverían, la mirada que vi en sus ojos ... -el muchacho negó tristemente con la cabeza- hubiera dado mi vida un millón de veces, por no verla tratar de ser la reina perfecta, mientras interiormente se estaba desmoronando.
-¿Jamás has puesto en duda sus palabras?- cuestiono suavemente Matthew
- Nunca desconfiaría de ella, es el ser mas puro que he conocido en mi vida. Ustedes conocen a la reina, muchos la ven como una muchacha seria e, imperturbable ... pero Susan Pevensie, es la representación mas fiel de la amabilidad. Tiene un corazón de oro, es dulce y, tierna sin si quiera proponérselo, es divertida, audaz y aventurera. Es la persona más inteligente que he conocido aunque, tiene el irrefrenable deseo de poner a los demás antes que ella. Ella cree que la mantenemos en una cajita de cristal porque dudamos de que pueda protegerse, lo cierto es, que ambos sabemos que se arrojaría a la línea de fuego sin pensarlo, si su pueblo o, su familia corriera peligro ... sobre nuestro bebe recae una antigua profecía y, de solo pensarlo ... -El muchacho suspiro, mirando la boca semi abierta de la muchacha.
-Todo estará bien amigo, saldremos de esta- suspiro Matth colocando su mano sobre el hombro del rey- ustedes tendrán cientos de bebes de ojos azules, ya lo veras
-Aunque Peter ciertamente te matara- exclamo Isabella sin poder contenerse. Las mejillas de la chica se encendieron rápidamente al referirse al muchacho sin su titulo real. Su hermano sofoco una risa, mientras Caspian la veía divertido
-Pues, que bueno que mi gran amiga con un beso logre calmarlo ... -río- se ha convertido un secreto a voces que el corazón de el mayor de los Pevensie ha sido capturado
-¿Tu? ¿Qué? ¿Como?
- Soy el rey- respondió con suficiencia- se todo lo que pasa en Narnia
-Touche ...
-Me alegra que seas feliz Bells
-¿No crees que es incorrecto? ¿Un rey con una ... sirvienta?- susurro algo cohibida
-Pues ...- dijo el muchacho con una carcajada señalado a su novia con la cabeza antes de continuar- no es que me importe mucho el protocolo ... Narnia no es igual a Telmar, es salvaje y, sigue sus propias reglas
-Además hermana, eres una muchacha increible ... cualquiera se sentiría honrado de tener tu afecto
-Solo dinos cuando es la boda- bromeo Caspian- los dos harán una linda familia con esa pequeña rubia que los sigue a todas partes
Pasaron un buen rato de risa, antes de que la reina con un gemido ahogado los silenciera. Los hermanos abrieron rápidamente los ojos, temiendo ser descubiertos en una travesura.
La muchacha acaricio su abdomen con los ojos cerrados, sintiendo los golpes frenéticos de su bebe, contra sus doloridas costillas.
-¿Te hemos despertado mi reina?- susurro el rey acariciando su cabello. La muchacha negó con la cabeza, sumida en la bruma del sueño, sin incorporarse de su posición en sus piernas.
Respiraba con dificultad, tratando de calmar su corazón desbocado. Otra fuerte patada la hizo estremecerse. Con dificultad se sentó con las piernas cruzadas, frotándose adormilada los ojos mientras acariciaba su abdomen. Parece una niña, penso con ternura, con su cabello despeinado y, sus mejillas rosadas. Existía cierto tipo de vulnerabilidad a su alrededor, como si fuera incluso mas joven que su verdadera edad.
-¿Te esta dando una batalla, no es así mi vida? - la muchacha asintio, ajena a su entorno. El joven rey coloco sus manos sobre su abdomen, depositando un beso. Sus acompañantes los veían en silencio, contemplando, mas que nunca la mayor vulnerabilidad del rey, la mirada en sus ojos al mirarla ... era tan intensa que sabia que con un solo llanto de esa muchacha, el joven rey mandaría al demonio todas sus obligación ... una sola lagrima de la chica, podría doblegar fácilmente al rey de Narnia ante cualquier enemigo.
-Calma- susurro contra su abdomen con infinito amor- estas lastimando a mamá
-Debes dejar de consentirlo
-Lo siento princesa, pero es como no querer besarte cada vez que me sonríes ... es algo imposible
El joven sonrió y, la rodeo con sus brazos nuevamente besando fugazmente su mejilla. La muchacha finalmente, se dio cuenta abochornada de su entorno
-Umm... hola- saludo con timidez.
-Buenas tardes majestad-saludaron ambos a coro, con una pequeña reverencia.
-Solo Susan, por favor ...
El tenso silencio entre los tres, fue solo interrumpido, por la brusca aparición de los joven Pevensie en la recamara
-¡Oh Susan¡ ¡Aqui estas! - inquirió la niña pasando sin si quiera golpear. La joven levanto una ceja a sus hermanos desde donde estaban, cada uno cargaba una bolsa
-¿Qué ocurre?
- El conejo esta en la bolsa.
La muchacha sonrió ampliamente a sus hermanos, mientras el resto los veía confundidos. Era una sonrisa que el joven conocía muy bien, era una sonrisa traviesa como cuando estaba por cometer alguna maldad. Separándose de su novio de un salto, camino rápidamente hacia sus hermanas
-¿Debo preocuparme cariño?- inquirió volteándose a verla, mientras caminaba hacia la puerta.
-Posiblemente- exclamo encendiéndose de hombros- por más gritos que escuchen, no entren en mi habitación
Los tres salieron corriendo, Susan realmente no se preocupo por cambiarse, ni ponerse zapatos. Sus risos bailaban alrededor de su rostro, resaltando su piel blanca. Caspian suspiro, aunque sea tenia la certeza de que estaría a un par de puertas.
-Umm... ¿Que ha sido eso?- inquirió dubitativo Matthew pensando en lo bella que se veía la menor de los hermanos aquel día.
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Peter estaba atado a una silla a oscuras, una mordaza presionaba contra su boca. Iba a matarlos. Habia entrado en la habitación con la intención de hablar con su hermana, cuando un golpe en la cabeza lo habia noqueado.
Despues de una hora de estar alli, sentía todo su cuerpo entumecido.
Tres figuras entraron silenciosamente por la puerta a sus espaldas, el rey gruño. Conocía esta técnica, el mismo la invento para interrogar a cualquiera de sus hermanos tiempo atrás.
Edmund fue el primero en entrar en su campo de visión con una sonrisa diabólica, sus hermanas por el contrario se acercaron silenciosamente por atrás, besando sus mejillas.
-Es hora de confesar Pet- murmuraron a la vez con una voz excesivamente empalagosa. Peter trago con nerviosismo. La noche antes de su coronación, todos dormían en la habitación del sumo monarca, sus hermanas estaban nerviosas y, Ed inseguro, por lo cual hicieron un pacto. Pasara lo que pasara, no iban a cambiar su esencia y, jamás habría mentiras entre los cuatro. Caso contrario: La operación "El conejo en la madriguera" daría inicio ... Peter habia caído en un espiral dentro de su propia regla.
¡Auch!
-Nos ha contado un pajarito, que nuestro querido rey del drama esta enamorado- exclamo Edmund con sarcasmo, el joven sonrió, no se los haría tan fácil.
-No tengo idea de lo que estas hablando- rebatió el rey cuando le quitaron la mordaza.
-¿Estas seguro?- lo secundo Susan- creo que es una muchacha simpática de ojos verdes y, cabello castaño claro ...
-Conoces bien las reglas Pet- continuo Lucy- si rompes la regla 73 de la hermandad, los otros involucrados podrán usar métodos poco ortodoxos para que hables
-Sostengo mi posición- dijo con solemnidad el gran rey
-Si así lo quieres- suspiro Edmund, sacado un trozo de carne en conserva
-Ni lo sueñes ...- no tuve tiempo de rebatir, sus hermanas le hicieron cosquillas y, Edmund sin perder el tiempo, metió esa asquerosidad en su boca. Peter quiso vomitar en aquel momento, negándose a tragar aquella cosa, pero las manos de Lucy se lo impedían.
-¿Te rindes Pet?- sonrió Susan mientras, Ed rodeaba sus hombros. El muchacho asintio, verde de las nauseas, mientras su hermano le pasaba un balde ... ¡Carne en conserva! ¡Definitivamente odiaba esa cosa!
-Me las pagaran ...- siseo en medio de arcadas, el resto solo río.
-¿Y bien?- inquirió Edmund agitando otro trozo de carne.
-Vale ... lo admito - suspiro totalmente mortificado- me gusta pero, no pasara nada
-Peter ...
-No es justo para Amanda
-Cariño, ella no volverá ... ella ...
-Se que esta muerta Susan ... pero, juré ante Aslan amarla hasta el ultimo día de mi vida.
Los tres hermanos suspiraron incomodos, contemplando el dolor en los ojos de su hermano mayor. Recordaron como si fuera ayer. Peter cayo perdidamente enamorado de la princesa de Archalet, acababan de casarse cuando la guerra se desato. Un soldado de Calormen ataco. Le dispararon dos flechas, una en el estomago y otra, en la corazón, acabando con la reina y, el futuro heredero al trono. Peter no volvió a ser el mismo. Una luz se extinguió de su interior, un brillo en sus ojos que no habian vuelto a ver hasta semanas atrás, cuando conoció a aquella muchacha.
-Ella no querría que fueras infeliz cariño
-Han pasado mas de ocho años Pet ...
El muchacho suspiro, la pequeña caja negra que le habia entregado Santa, quemaba en su bolsillo. Sabia que era mas que un simple anillo, sabia que Aslan lo estaba instando a continuar.
-Jamás podría olvidarla- susurro con lagrimas en los ojos, sin percatarse que las sogas ya no lo ataban- a ninguno de los dos
-No tienes que hacerlo- exclamo Lucy arrojándose a sus brazos, junto a los otros dos
-Es tiempo de que te permitas ser feliz Pet- susurro Edmund sin romper el abrazo.
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-Mi rey, ¿Usted lo cree prudente?
-No puedo ignorar los recientes acontecimientos profesor, en la mañana yo mismo dirigiré un grupo hacia las ruinas de Calormen
-¿Que pasara con la reina muchacho? ... Si usted y, su hermano emprendéis este viaje, ¿No estará muy indefensa?
-El rey Edmund permanecerá aquí, el se encargara de los asuntos con el consejo durante mi ausencia. Confió en él para mantenerla a salvo.
El profesor suspiro, mientras el muchacho empujaba la puerta del gran comedor. Si Caspian amaba algo de aquella sala, era la amplitud que contenía. Habia un sector de mesas, una puerta al balcón con vistas al jardín, barras para comidas y, un sector con un gran piano de cola y, otros instrumentos usados por los músicos en sus presentaciones, rodeado de confortables sillones.
Era un hogar.
El lugar estaba comenzando a llenarse poco a poco, Caspian vio a Isabella y, las otras criadas ingresar con bandejas rebosantes de comida.
Ninguno de los niños Pevensie estaban a la vista. Ambos hombres caminaron a paso tranquilo hacia la mesa del rey, las personas se inclinaban cortésmente a su paso.
-Majestad- se presento Reep- mis exploradores me han informado, que se ha encontrado un grupo de Calormen en los bosques. Están dirigidos por un joven muchacho de las altas cunas y, parecen listos para la batalla.
-Mantenlos vigilados mi buen ratón, quiero saber que planean antes de aventurar una comunicación
-Por supuesto mi rey
-Solo Caspian, amigo mío
Caspian atendió cortésmente las dudas de sus consejeros y, algunos miembros de su pueblo.
-Que exquisita criatura- escucho murmurar a un hombre que pasaba por su lado. El rey levanto levemente la mirada, topándose con los cuatro hermanos. Era inevitable, cada vez que entraban juntos a algún lado, desprendían un aura imposible de ignorar. Era mas que realeza, eran pura luz.
Sintió que la sangre se espesaba en sus venas al contemplar a la bella Susan Pevensie. Llevaba un vestido straples rojo que abrazaba su figura, resaltando su piel pálida. Sobre su cabello estaba trenzada una corona con varias florcitas blancas. Su cabello brillaba como un millón de estrellas, cayendo en oscuros bucles contra su espalda. Peter estaba a su lado, cargando a la pequeña Emily, si el muchacho no lo conociera, juraría que aquella niña tenia cierto parecido al sumo monarca.
Susan beso su mejilla, tomando su lugar junto a él.
-Te ves bellísima mi reina- susurro contra su oído provocándole escalofríos. Sus mejillas se encendieron, mientras lo contemplaba con sus grandes ojos azules
La cena transcurrió con normalidad, aunque el muchacho noto que su novia no comía mucho.
-¿Como es tu mundo?
-Es un lugar algo oscuro Em, hemos estado en guerra durante años aunque, allí es mucho peor. En nuestra tierra han creado armas, bombas ... las guerras son meramente políticas, los presidentes y el poder político, no se preocupan por la gente. Solo somos eslabones en sangrientas batallas que no tienen fin
-Eso no suena muy bonito
-¡Oh Ed, estas asustando a la pobre niña!- suspiro su hermana mayor
-Pero ustedes son reyes ... ¿No pueden detenerlo?
-Alli solo somos chicos nena- explico Peter con media sonrisa- aun vamos a la escuela
Caspian se atraganto con el agua mientras, Edmund sonreia divertido de su reacción.
-Así es amigo-pareció decir- te has encamado con una niña que no ha terminado ni si quiera la escuela
-¿Ha que edad los han coronado?- inquirió Mathew frunciendo el ceño. Hubiera jurado que ya todos eran mayores de edad -¿Cuantos años tienen realmente?
-Pues, yo tenia 15. Susan 14, Ed 12 y Lucy 10 y, ahora tengo 19, Su 17, Ed 15 y Lucy 13- respondió el sumo monarca comiendo una uva
-Santo Aslan- murmuro con los ojos abiertos- creí que eran mayores ... Caspian eres un asalta cunas
El rey rio, levantando las manos- En mi defensa, cuando la conocí solo teníamos un año de diferencia
-Pero, si según los libros reinaron quince años, ¿Como son tan jóvenes?
-Pues ... cuando volvimos a nuestro mundo, solo habian pasado unos minutos y, nuestra institutriz nos buscaba por haber roto una ventana ... gracias a Aslan el profesor estaba allí
-¿Fue doloroso?
-Físicamente no, sentimentalmente habíamos perdido a cientos de amigos. Habíamos dejado a nuestro pueblo y, estábamos atrapados en otro mundo. Estábamos furiosos, dolidos y, realmente no comprendíamos que habíamos echo mal para ser sacados de Narnia
-Pero estas aquí
-Nada pasa dos veces del mismo modo nena
Susan frunció los labios, mientras acariciaba el cabello de la pequeña en su regazo.
-Estas asustándola Pet ... solo le cuentan cosas tristes
-Oh ... lo siento peque ... en nuestro mundo también hay cosas geniales. Tenemos autos, barcos, aviones, películas, música ... ¡Oh Em, la música te fascinaría! ¡Es lo máximo!
-¿Es como la música aqui papi?
La mayoría se quedo estático con las palabras de la niña. Susan miro con media sonrisa a su hermano, sabia que no tenia el corazón para corregir a la pequeña de su error, tras el fatídico destino de sus verdaderos padres. Con un leve asentimiento le insto que continuara, señalando sutilmente a la niña, que lo miraba con sus brillantes ojos llenos de inocencia. Su hermano habia tomado una decisión.
-Mas bien todo lo opuesto Em- rio levantándose del asiento- ¡Ven! ¡Te mostrare!
Los cinco monarcas y, Matthew caminaron hasta el piano. Peter se sentó en el banco con la niña a su lado. Comenzó a tocar una melodía lenta, que llamo la atención de la mayoría de la sala.
Imagine there's no heaven
It's easy if you try
No hell below us
Above us only sky
Imagine all the people
Living for today
Caspian se sorprendió, habia leído que los hermanos eran sumamente dotados en la música y, las artes como buenos reyes pero, la voz de Peter era suave como una caricia al alma. Era una melodía extraña, ninguna canción que conociera se lo parecía. Sus hermanos se le unieron tras el primer parrafo, era una canción hipnotizarte. Susan estaba apoyada contra su pecho, el rey no podía dejar de maravillarse ante su belleza.
Toda la sala estaba sumida en silencio, contemplando a sus reyes, olvidándose por un momento la situación que transitaban. Permitiéndose envolver por sus palabras, como si fuera un bálsamo para su corazón herido.
Caspian jamás contemplo tan fervientemente la corona sobre sus cabezas.Imagine all the people
Living for today (ah ah ah)Imagine there's no countries
It isn't hard to do
Nothing to kill or die for
And no religion, tooImagine all the people
Living life in peaceYou may say that I'm a dreamer
But I'm not the only one
I hope someday you'll join us
And the world will be as oneImagine no possessions
I wonder if you can
No need for greed or hunger
A brotherhood of manImagine all the people
Sharing all the worldYou may say that I'm a dreamer
But I'm not the only one
I hope someday you'll join us
And the world will live as one
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Las Crónicas de Narnia: Marcado
FantastikNada sucede dos veces del mismo modo Los hermanos Pevensi regresan a Narnia tras terribles circunstancias, el amor, la guerra y la esperanza se enfrentaran, fuerzas antiguas se levantaran ... Nadie estará a salvo #Suspian