Winger y Méredith cruzaron la puerta de la taberna y una espesa nube de tabaco los golpeó en la cara.
Winger iba disfrazado de Winger, y Méredith, de Méredith.
¿Para qué ocultar sus identidades si nadie los conocía allí?
Magallanes los había enviado hasta ese antro nocturno, ubicado en el distrito más desleal de toda ciudad Inspiración.
"Hoy es noche de apuestas, por lo que el señorito seguramente se encuentre en El Matorral", les había informado el tutor de Luke esa misma tarde.
La reacción de Magallanes no había sido la mejor cuando Winger y Demián le comunicaron que planeaban secuestrar a su protegido. Menos aún cuando el aventurero depositó sobre el mostrador el grillete encantado. Se puso rojo y empezó a sudar intensamente. Fue y vino por su negocio. Tiró la tetera al suelo por los nervios. La juntó y la volvió a tirar...
Finalmente respiró hondo y pudo calmarse.
"Le debo mucho a Gasky", confesó. "Siempre ha sido un gran amigo y consejero. Si él estima que este es el mejor curso de acción que se puede tomar, entonces no me opondré. A fin de cuentas, fui yo quien solicitó su ayuda para enderezar al señorito Luke..."
La conciencia de Winger se alivianó un poco al oír esas palabras, pues ahora contaban con el consentimiento de la persona que más valoraba a Luke. Sin embargo, eso no cambiaba el hecho de que estaban a punto de secuestrar a alguien. El peso de la situación en la que se hallaban inmersos volvió a caerle encima. Y por más que no le gustase la idea, a partir de este momento, todas las decisiones serían drásticas y determinantes...
Caminaron hacia la barra del antro nocturno. El salón era espacioso y tenía varias mesas dispuestas a intervalos irregulares. La iluminación era escasa, lo cual era bien apreciado por la clientela que frecuentaba el lugar. Un bandoneón interpretaba una melodía marchita. Un parroquiano roncaba en una mesa, con la jarra todavía en la mano. Un viejo sentado en una esquina reía a carcajadas. Un personaje envuelto en un vestido apretado y con una peluca rubia, cuyo sexo era indeterminado, observaba a Winger desde la distancia.
—Espero que no tengamos que permanecer mucho aquí —murmuró la ilusionista mientras tomaba asiento en la barra.
—Tal vez sí hubiera sido buena idea disfrazarnos —opinó el muchacho, fingiendo no darse cuenta de que la presunta rubia seguía mirándolo.
El tabernero se acercó a ellos con un dejo de suspicacia.
—Qué visitas tan inusuales.
—Imagino que habrás visto cosas peores —repuso Méredith con sobriedad.
El hombre sonrió por el comentario y se encogió de hombros.
—Quién soy yo para juzgar a los clientes —exclamó—. ¿Qué van a tomar?
—Licor para mí. Y la bebida con menos alcohol para mi compañero.
—Cerveza entonces —contestó el tabernero y se puso a servir las bebidas.
—Estamos buscando a un individuo llamado Luke —continuó Méredith con la conversación. Detrás de ella, el viejo risueño se había arrimado a la dueña de la peluca rubia—. Nos han dicho que frecuenta mucho este lugar...
Un codazo contundente en el estómago bastó para el que viejo regresara gimiendo hasta su mesa.
—Esa sabandija llegará en cualquier momento —comentó el tabernero—. Lo más seguro es que entre, salude y se dirija directo a la parte de atrás, al rincón de los juegos. —Señaló con el mentón hacia un cortinaje que separaba el salón en dos sectores—. Sé que no pediste mi opinión pero, sea lo que sea que te hayan dicho, no te recomiendo meterte en apuestas con Luke. Es muy bueno en lo que hace. Nunca pierde.
ESTÁS LEYENDO
Etérrano III: Disparo del Alma
FantasyTercera parte de la historia de Winger. El momento decisivo está cerca. Ahora que los secretos del libro de Maldoror han sido revelados, el grupo liderado por Neón apunta a la concreción de la última fase de su plan. Solo necesitan una reliquia más...