Capitulo 8 (Vamos a mi casa)

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Luego 30 minutos de haber comenzado la quimioterapia de Pilar, me arrepentí de haberme quedado. ¡Esto era horrible! A medida que el líquido iba disminuyendo de su recipiente, la Pilar alegre y risueña moría. Comenzó haciendo muecas de dolor, pero seguía igual de parlanchina. Luego de 20 minutos comenzó a vomitar. Su rostro comenzó a palidecer. Y las muecas se habían convertido en auténticos gritos de dolor. El llanto de la pequeña inundó toda la habitación. Su madre trataba de tranquilizarla, pero todos los intentos eran en vano. Dan parecía ser el único que conocía cómo era estar en esta situación, pues él sólo se limitaba a decirle a Pilar que tenía que aguantar, porque tener súper poderes no era sencillo. Y yo por mi parte, concentré todas mis energías en evitar largarme a llorar; hablaba únicamente cuando la pequeña me preguntaba algo. Para cuando la quimioterapia terminó, la pequeña Pilar estaba casi inconsciente. Les puedo asegurar que nunca había sentido tanta tristeza en mi cuerpo, como cuando vi que sacaron a la niña en ese estado. Ni siquiera pudo vociferar un "adiós" Sólo me miró con esos ojitos apagados y agitó débilmente su manito.

Ahora me encontraba fuera de la sala de quimioterapia tratando de contener el llanto que comenzó a salir una vez la niña atravesó las puertas de metal. Dan estaba a mi lado sin decir una sola palabra, la tristeza y la impotencia estaban comenzando a arder en todo mi ser. Y de pronto, la frialdad con la que Dan actuaba me hacía enfurecer ¿Cómo podía no derramar siquiera una lagrima? ¿Acaso podía existir un ser tan frío?

-¿Acaso no tienes sentimientos? – reclamé. Mi pregunta pareció haberlo sacado de sus pensamientos.

-¿Qué?

-No te veo llorar, ni mostrar alguna señal de que se te esté destrozando el corazón. ¿No te dolió ver a Pilar en ese estado? –reclamé.

-Pero por supuesto que me duele Abby –aclaró –Pero luego de tantos años con mi fundación he aprendido a sobre llevar estas cosas. Eso es vital para poder ayudarlos.

-¿Fundación?

-Sí, mi fundación "Una Gota De Alegría". Junto con mis amigos decidimos crearla para darle un poco de felicidad a los niños en esta situación.

El entendimiento llegó a mí como un rayo. Este era el chico que vimos hablando con mi padrino en el McDonald's. Este es el chico del grandioso trase... ¡Por todos los cielos! Concéntrate Abby.

-¿Tu eres el que le pidió permiso a mi padrino para trabajar aquí? –El frunció el ceño sin comprender de qué estaba hablando – El otro día estábamos comiendo en McDonald's y se entretuvo hablando contigo –aclaré.

-Oh. ¿El doctor Wess es tu padrino?-preguntó, a lo que yo asentí - ¡Vaya! El aún no me ha evaluado, espero haberle dado una buena impresión a su ahijada. Sólo falta que seas sobrina del doctor Dorty- dijo en broma.

-Él es mi padre –confesé.

Dan palideció. Yo me quedé observándolo, tratando de comprender su comportamiento. Parecía que le hubiera dicho que era la hija de algún asesino en serie ¿Tan malo es ser hija de Phillips? Bueno no es como que yo brincara en una pierna por ser su descendiente, pero tampoco era para ponerse de ese modo.

-Dan ¿Estás bien?

-Sí, sí. Lo siento... Es sólo que me sorprendió. Tu papá es una gran persona...

-No, no lo es –interrumpí para que no dijera más mentiras.

-Tienes razón ¡Es horrible! – Confesó tras un largo suspiro – Fue la primera persona en la historia de la fundación que se negó a nuestra colaboración.

¡No Digas La Palabra Con "H"!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora