Capitulo 13 (Celos)

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Al abrir me encontré con una Maggi muy concentrada en una carta en sus manos. Tenía el ceño fruncido y los ojos achinados tratando de entender lo que decía ese pedazo de papel. Si hay algún ente poderoso que hace que las cosas pasen bien o pasen mal, le quiero preguntar ¿Por qué tanta maldad conmigo?

-Maggi... -llamé tratando de obtener su atención.

-Oh, Abby hola, esta carta estaba... -se calló al observarme. Sus ojos mostraron sorpresa y su boca formo un círculo perfecto –Abby... ¿Te arreglaste tanto por una cena? ¿Eso es maquillaje? –preguntó Maggi desconcertada.

-¿Una cena? ¿De qué rayos hablas Margaret?

-El tío Phillips nos invitó a cenar ¿No te lo dijo?

¿Por qué? ¿Por qué de todas las noches que he estado aquí sola y sin planes, precisamente hoy tienen que hacer una cena?

-No –aclaré.

Y comenzó el silencio. Maggi me observaba, su mirada estaba perdida como si tratara de entender algo. Bastaron solo unos cuantos minutos para que su rostro se iluminara con el entendimiento.

-Espera, si no te arreglaste así para la cena, y no sabías que veníamos. Eso quiere decir que tú... -hizo una pausa dramática – Tú saldrás con alguien... ¡Tú tienes una cita!

Y mi silencio se lo confirmó.

-Tú... Pequeña... Traidora –decía cada palabra seguido de un golpe con la carta que tenía en la mano -¿¡Por qué no me lo dijiste!? ¡Es porque ya no me amas! ¿Cierto?

-¡Maggi deja de golpearme quieres! –Reproché.

-Necesito respuestas Abigail.

-Primero dame eso –ordené arrebatándole la carta de las manos – Y segundo, no tengo una cita. Dan me invito a...

-¿¡Es con Dan!? ¿¡Tienes una cita con Dan!? –chilló Maggi.

-¿Quién tiene una cita con Dan? -'preguntó mi padrino.

¡Genial! Lo que me faltaba. Mi padrino estaba frente a nosotras con esa mirada de papa halcón. Detrás de él estaban Audrey y mi padre. Y justo en ese momento, demostrándome la vida que me detesta, entraron mamá Victoria y Clare por la entrada de la cocina.

-¿Y bien Abigail? Me explicarás ¿Quién tiene una cita con Dan? –presionó mi padrino.

-¡No tengo una cita con nadie! –repliqué.

-¿Ah no?

Y esa última pregunta había salido de la última persona que necesitaba que entrara a esta sala... ¡Exacto! Dan. ¿Recuerdan que dije que la vida me detesta? Bueno, al parecer me odia.

-Oh ¡Dan! –Saludó muy entusiasta mi abuela – Así que una cita con mi nieta eh. Te lo tenías bien guardadito. Pero tienes mi bendición.

Un gruñido salió de mi parte y al parecer de la mi padrino también.

-Dan...- exclamé seguido de un suspiro de resignación –Explícale a todos que no tenemos una cita por favor.

-Lamento arruinar la ilusión de todos en esta sala. Pero efectivamente Abby y yo no tendremos una cita –aclaró –Por lo menos no esta noche.

Lo observé con furia ¡No era momento de bromear idiota! Él se adentró a mi casa saludando a todos ¿Qué pasó con el Dan que no podía hablar cuando estaban todos? Necesito que aparezca ¡Ahora! Luego de saludar a todos los presentes llego a mí, me sonrió y se acercó para dejar un beso en mi mejilla. El cual detuve por supuesto.

¡No Digas La Palabra Con "H"!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora