Capitulo 18 (Nuevos nombres)

212 43 59
                                    


El grito que salió de mi boca fue tan fuerte que todavía siento mis cuerdas vocales vibrar. Volteé para ver a mi atacante, dispuesta a darle un buen golpe si me quería secuestrar. Si bien lo ha dicho Dan, tengo un gran gancho. Pero esa idea cambió al ver a la chica parada detrás de mí, la verdad no creo que con esa estatura ella pueda conmigo. La chica debe tener unos cuantos años más que yo, su cabello pelirrojo era lo más resaltante de su aspecto físico, eso si no contamos sus numerosas pecas. Abrí mi boca para decirle algo, pero mi acción fue detenida por la mano de la chica puesta sobre mi boca.

-No grites más ¿Quieres? –pidió la chica.

Abrí mis ojos por la sorpresa de su mano sobre mi boca ¡Su mano estaba sobre mi boca! ¿¡Por qué rayos esta extraña tiene su mano sobre mi boca!? Quería quitarla de un golpe, pero ¡Vamos! Yo no sé si esta chica es una asesina serial. Así que con mucho cuidado retiré su mano de mi boca.

-¿Quién eres? –pregunté nerviosa.

-Soy la secretaria de la doctora López –aclaró logrando que bajara la guardia –Perdón por detenerte así, pero tengo algo muy importante que decirte.

-Bien, primero te pido que me sueltes –comenté quitando mi muñeca –Segundo ¿Qué es eso que quieres decirme?

-Escuché tu conversación con la doctora, Abby. El caso de tu padre siempre ha sido algo con lo que no he estado de acuerdo, desde que trabajo con ella he esperado el momento en el que hagas acto de presencia, y para serte sincera ya te habías tardado.

-¿Tú me darás el expediente de mi padre? –dije sin rodeos.

-Iba a hacerlo, hasta que me di cuenta que Zoe se lo llevo a su casa –reveló.

-¿Quién es Zoe?

-La doctora Abby, se llama Zoe López -aclaró – Ella seguro te dijo que no te decía nada por miedo a una posible demanda; eso es más una realidad que una posibilidad Abby. Tu padre nos amenazó con meternos en la cárcel si decíamos algo.

- ¿¡Pero qué es ese algo!? ¡Ya estoy cansada de que todos me digan cosas como esas! Yo sé que hay algo grande de por medio ¿¡Tan difícil es decirme sin rodeos lo que está pasando!?

-Abby deja de gritar, estás llamando la atención de las personas – sugirió la chica –Vamos adentro y te explicaré mejor.

-Yo no iré a ningún lado contigo. Ni siquiera sé cómo te llamas.

-Flaia me llamo Flaia. Mira, yo quiero ayudarte a descubrir la verdad, pero necesito que cooperes un poco.

Esta chica me ponía en un gran dilema. Confiar o no confiar, esa era la cuestión. Estaba segura de que lo que descubriría sería algo grande, pero no podía confiar en cuanta persona se me cruzara en frente. Sin embargo decidí que podría escuchar a Flaia. Ya sabía que no me diría la verdad completa, pero quizás lo que me diga ayude a descubrir todo finalmente.

-De acuerdo, vamos adentro –acepté.

Corrí la silla para poder sentarme frente a Flaia. Para mi suerte en el mismo edificio del consultorio había una cafetería. Quise objetar el ir a una cafetería, pues ya saben mi política, pero necesito saber lo que ella tiene para decirme.

- ¿Quieres pedir algo? -preguntó Flaia amablemente.

-No, gracias.

-Oh, cierto. Olvidé que no te gustan las cafeterías, ni sus vasos de polietileno.

Fruncí el ceño ¿Cómo sabia ella eso? ¿Era tan obvio?

-Bien a lo que vinimos Flaia –repliqué -¿Qué es eso tan importante que quieres decirme?

¡No Digas La Palabra Con "H"!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora