Capitulo 14 (El acertijo comenzara)

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Me desperté muy temprano. Me levanté de la cama con la mejor actitud. Me tomé mis respectivos medicamentos y me dispuse a darme una ducha. El agua caliente siempre ha calmado mis nervios. No es necesario mencionar que estoy completamente en contra de las tinas, no encuentro nada relajante ni higiénico en estar remojándose continuamente en la mugre que desprendes. El agua caliente caía continuamente por mi cuerpo relajando cada uno de mis músculos. Una sonrisa se dibujó en mi rostro. Sentía que hoy sería un grandioso día. Con ese pensamiento positivo, muy impropio de mí últimamente, Salí de la ducha y comencé a vestirme. Estaba a punto de terminar cuando escuché mi celular sonar; pensé en ignorarlo pero la insistencia de la persona me lo hizo imposible.

-¿Dónde estará ese aparato infernal? – susurré al no encontrar mi celular por ningún lado.

Luego de unos minutos, recordé que la última vez que lo vi fue anoche al salir de mi casa. Lo guardé en mi bolso, que en este momento estaba en la mesita de noche. Lo tomé y lo sacudí en la cama. Muchas cosas salieron de él cayendo en la cama, pero sólo dos lograron captar mi atención. El primero fue mi celular y el segundo era la carta que Maggi traía en sus manos anoche...

En el sobre se podía leer "Para Abby". Fruncí el ceño. ¿Quién me había mandado una carta? Yo no conocía a nadie que pudiera escribirme una carta. Las pocas personas que conocía me escribían por WhatsApp. Iba a tomar la carta cuando la pantalla de mi celular brilló. Era una llamada entrante de mi padrino. Sin más agarré el aparato y contesté.

-Hola padrino hermoso - saludé efusivamente.

-Hola señorita aduladora. Ni creas que porque me tuve que ir anoche no revisaré si necesitas ese cinturón –bromeó. Yo rodé los ojos.

-Padrino déjame en paz. Y ni se te ocurra molestar a Dan en la clínica eh seWess.

-¿Eso que escucho es una amenaza?

-¡Pero por supuesto que no! Es una advertencia –bromeé.

-¡Oye! Te salvas de mi castigo por estar convaleciente.

-A veces me pregunto por qué Maggi es tan imprudente, luego recuerdo que es tu hija y se me pasa –argumenté.

Una carcajada broté de su garganta. Escuchar a mi padrino reír era una de las cosas que me hacían feliz. Mi padrino es una persona muy especial en mi vida y verlo feliz me daba cierta satisfacción.

-Eso es cierto –confirmó –Bien... Abby te llamo para informarte algo importante.

El tono que utilizó me alarmó.

-Padrino ¿Pasó algo malo?

-No Abby, no ha pasado nada malo. Pero necesito decirte algo muy importante.

-Bien, soy todo oídos.

-No, no te lo puedo decir por teléfono ¿Puedes pasar por la clínica?

-Claro, desayuno y voy para allá ¿Estás seguro que no pasa nada malo? – indagué preocupada con la seriedad en su voz.

-Bueno pequeña, te veo en un rato –Y colgó.

Me quedé observando la pantalla de mi celular por unos minutos. Bien, eso fue raro. Pero como chismosa se nace no se hace, me levanté de un salto para ir a averiguar qué se traía mi padrino entre manos. Cuando de nuevo la carta llamo mi atención... Bien mi padrino puede esperar.

Me dejé caer nuevamente en la cama y tomé la carta. El sobre tenía un color amarillento, daba el aspecto de ser un papel antiguo. No tenía destinario, no tenía estampillas, no tenía nada además del escrito "Para Abby". Eso lo hizo aún más extraño. Abrí el sobre. Saqué el papel que se encontraba dentro y lo desdoblé. Lo primero que note fue la letra de la carta, era tipografía. La carta había sido escrita a máquina. Así que averiguar quien la había mandado seria aún más difícil. No aguantando más la curiosidad, comencé a leer el contenido de aquel papel.

¡No Digas La Palabra Con "H"!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora