Últimos suspiros

Lágrimas negras

Permaneció sentada allí, usando aún aquel negro vestido manchado de carmesí. Aferrando sus rodillas contra su cuerpo, derramando furtivas lágrimas que se perdían entre las densas gotas de lluvia que caían desde la ducha. Podía sentir el frío de los azulejos contra su espalda descubierta. Sus pies resbalaban contra el piso, sus sandalias yacían no muy lejos de donde ella se encontraba. Ino había cerrado las pantallas de la ducha y había decidido permanecer dentro, intentando lavar la sangre de su cuerpo y la imagen del niño llorando de su pecho. Sin embargo no parecía estar funcionando y una vez más se encontraba rogando por que Shikamaru viniera a ella. No sabía porque, sabía que no lograría con ello nada, sin embargo lo necesitaba.

Y sabía que él no vendría, pues había bajado a cenar con Chouji. Quizá se preocuparan si ella no bajaba pero también sabía que entenderían su falta de apetito. Después de todo aquella no había sido una noche fácil. En absoluto.

Y estaba tan encerrada en sí misma que no oyó los pasos resonar en la habitación, tampoco oyó cuando la puerta del baño se abrió. El vapor del agua caliente ofuscaba su vista y sin embargo pudo al instante reconocer que alguien se encontraba en el baño con ella, levantó la mirada y apenas pudo distinguir la silueta de alguien familiar. Mientras la lluvia seguía cayendo sobre su cuerpo, adhiriendo sus largos cabellos rubios a su pálida piel. Empapando el vestido, delineando su silueta con la negra tela.

—¿Ino? —su corazón dio un vuelco, no supo porque. A pesar de haber deseado que él viniera ahora lo quería lejos. No quería que la viera así, en estado tan lamentoso. Mientras lágrimas negras por el maquillaje recorrían sus delicadas mejillas.

Rogaba que se fuera, que la ignorara. Deseaba que Shikamaru despareciera y la dejara sola , sin embargo sabía que aquello no pasaría. Lo conocía demasiado bien, el moreno se preocupaba demasiado por sus amigos. Para él lo eran todo, y nunca los abandonaría sabiendo que lo necesitaban. Ese era él, esa era su noble naturaleza. Por lo que no se iría.

Sin embargo nunca pensó que él hiciera lo que hizo a continuación.

Contemplándola fijo se acercó lentamente hasta donde se encontraba ella, detrás de las pantalla de cristal en la ducha. Sentada en el piso, aún con su vestido puesto y la canilla de agua caliente abierta. Permitiendo la lluvia caer sobre ella.

Por un momento le pareció verla como en un escaparate, expuesta. Sin embargo la imagen era aún más triste, Ino permitía a la ducha lavar su dolor a través de ardidas gotas de agua.

—Ino... —volvió a susurrar, esta vez más cerca. Y fue lo siguiente lo que la sorprendió.

Shikamaru abrió las puertas de la ducha y se sentó junto a ella, sin decir nada. Contemplándola en silencio de reojo. Ahora el agua también lo bañaba a él, sin embargo el Nara ya no se encontraba en aquellas ropas de gala que había utilizado para la misión, sino en sus ropas habituales. Y tampoco pareció importarle que la ducha lo mojara. No pareció importarle nada, simplemente estar allí junto a ella. Como un verdadero amigo.

—Ino, hiciste lo que debías —ella no replicó. No lo miró, simplemente permaneció abrazando sus rodillas contra su pecho. Con la mirada fija en los azulejos debajo de sus pies—. Y lo hiciste muy bien.

Una vez más todo lo que recibió fue completo silencio, sólo el ruido de las gotas morir contra el suelo rompía el mutismo. Sólo la respiración agitada de ella, y la pausada de él se oían en el lugar. Por encima del mismo denso vapor.