Últimos suspiros

Ansias e inquietudes

"Deberías saberlo, nuestra misión es un asesinato..." Murmuró Shikamaru, y extrañamente su suave murmullo se refugió en lo más profundo de la cabeza de ella. Y aún las palabras resonaban huecas. No podía evitarlo, una y otra vez por los siguientes treinta minutos había pensado en ellas.

E inconscientemente, una vez más, llevó sus dedos hacia el pecho. No azarosamente sino de forma deliberada, sintiendo debajo de las telas de su ropa la pequeña marca de piel. Buscando debajo de la piel los constantes latidos de su corazón. Tanto Chouji como Shikamaru la contemplaban en silencio, últimamente habían notado ese nuevo hábito de ella. Sin embargo no preguntaron, no debían hacerlo, la conocían demasiado bien.

—Oye, Ino ¿Estás bien? —preguntó entonces el Nara, caminando junto a ella con las manos detrás de la cabeza y la mirada perdida en las blanquecinas nubes que vagaban libremente sobre ellos.

—¿Por qué lo dices? —repreguntó imitando su conducta, también contemplando el azulino firmamento.

—Porque estás demasiado callada, no es normal —replicó finalmente el chico, mitad bromeando mitad en serio. Chouji permaneció unos pasos más atrás. Sabiendo que quizá sería mejor que uno de ellos hablara con la chica, para no presionarla. Además, siempre había sido Shikamaru quien (a pesar de quejarse constantemente) había ayudado a Ino en sus malos momentos.

—No se de que hablas —replicó inmediatamente ella, cruzándose de brazos de forma testaruda. El moreno simplemente suspiró.

—¿Sabes? No convences a nadie... —la joven lo miró molesta, y al verse reflejada en los oscuros ojos de él sintió una extraña sensación recorrerle. Mas lo ignoró.

—Como sea Shikamaru... Estoy bien. Yo soy fuerte —el chico sonrió.

—Y terca, y problemática —acto seguido a sus palabras, recibió un golpe— ¡Ouch! —aparentemente las disputas y golpes entre ellos se habían vuelto aún más habituales desde el incidente de la última misión de Ino. Para desgracia del Nara.

—¡No te hagas el listo conmigo, Nara! Te dije que no me pasa nada, estoy bien ¿Entiendes? Bien —volvió a insistir claramente fastidiada—. Y el golpe, te lo merecías.

—Por supuesto —replicó el joven sarcásticamente, y retrocediendo unos pasos se ubicó junto a Chouji. Entonces volvió a hablar—. Pronto llegaremos, así que será mejor que estés lista.

—Yo siempre estoy lista —y sin decir más continuó caminando, en completo silencio. Fingiendo indiferencia.

Sin embargo por dentro temblaba, dudaba. Nunca jamás se había sentido insegura antes en una misión. Quizá porque nunca había sido realmente conciente de las magnitudes que podían alcanzar las consecuencias de dicha misión fallida: Una vida. Pudiera ser la suya, una vez más, como la de Chouji y Shikamaru. E inconscientemente sus ojos viajaron hasta sus amigos, más en concreto al moreno.

Lo cierto era que no podía permitirlo, no quería perderlos. Moriría si alguno de ellos la dejara.

—Oye, Shikamaru —lo llamó de repente, tras haber recorrido los últimos tramos del camino en completo y absoluto silencio. A excepción del cantar de los grillos anunciando que, finalmente, la noche estaba cayendo—. ¿A quien se supone debemos asesinar?

El moreno la contempló en silencio, meditando, y tras extraer un papel de uno de sus bolsillos se acercó y lo mostró a la chica.