Se incorporó lentamente, aferrando con fuerza su pecho, justo donde el metal había travesado despiadado su carne, todo el camino hasta su corazón. Suspiró, mientras su mirada se desviaba lentamente a través del cristal junto a ella. El gran ventanal por el cual se podía contemplar, en aquellos momentos, la luna. En todo su esplendor y magnificencia. En todo su brillo, con sus plateados haces de luz bañando los techos de las pequeñas casas de Konoha. Las cuales parecían insignificantes ante tal majestuosidad.
Volvió a suspirar, alternando la mirada hacia el reloj junto a su cama. Las manecillas marcaban las 3:00 AM. Era tarde, y sin embargo temprano. Quizá demasiado pronto para salir de la cama y sin embargo lo suficientemente tarde como para intentar retomar el sueño satisfactoriamente. Bufó fastidiada, aquella era la tercera noche seguida en que aquello sucedía. Despertando irritada con la imagen de aquellos fríos ojos grises en sus sueños. Los últimos ojos que había visto antes de casi desaparecer.
Pero lo más extraño era que, cada vez que recordaba su muerte, cada vez que se remitía a aquellos últimos suspiros volvía a recordarlo. Una y otra vez, resonaba en su cabeza. Shikamaru. Una y otra vez. Las mismas preguntas ¿Por qué? ¿Por qué de todas las personas en su mundo lo había elegido a él? ¿Por qué había deseado con tanto anhelo y desesperación tenerlo a su lado en aquellos instantes? ¿Por qué había sido el joven Nara la primera y última persona en quien había pensado, justo antes de morir?
Y la respuesta y conclusión a la que arribaba, siempre la misma. No lo sabía. No parecía haber razón lógica. Y sin embargo el mero asunto la atormentaba, más aún sabiendo que ahora debería convivir con él y el constante enigma en su cabeza de haber sido su nombre el último en haber nombrado.
—No lo entiendo —ahora que lo pensaba, ni siquiera se había acordado de Sai en aquellos momentos. Aquel que supuestamente robaba su aliento no había tenido siquiera cabida en su mente al instante de su muerte. Era como si no hubiera existido jamás. Al menos no en su mundo.
¿Por qué? Una y otra vez se cuestionaba lo mismo, sin embargo no encontraba respuesta. Y ahora los párpados le pesaban, quizá debiera olvidar el asunto por un tiempo y simplemente permitirse reposar. Como Tsunade le había ordenado que hiciera.
Y así lo hizo. Lentamente se recostó y permitió a sus ojos cerrarse, dejando la mano cerca de su corazón. Como asegurándose de que latiera, y siguiera haciéndolo. Al menos por un tiempo más.
Pronto la noche murió, tarda y suavemente, con los primeros rayos de fuego. Haces carmesíes de un sol imponente, deslumbrante y abrasador. Al instante que abrió sus ojos notó una presencia junto a ella.
—Buenos días —comentó feliz una turbia silueta que aún era incapaz de reconocer. Sin embargo el tono de voz le resultaba familiar.
—¿Chouji?
—Ajá —replicó el robusto joven, contemplando a su amiga con una amplia sonrisa.
—¿Qué sucede? ¿Y Shikamaru? —dijo de repente, notando que su amigo no se encontraba en el cuarto. No supo porque pero su tono de voz manifestó una posible decepción, aunque quizá leve. No estaba demasiado segura siquiera si lo había sentido. Después de todo ¿Por qué se sentiría decepcionada?
—Oh, él salió un segundo. Dijo que ahora regresaba —los labios de Ino se curvaron levemente hacia arriba. En una sutil sonrisa.
—Bien ¿Y que hacen aquí?
—¿No lo recuerdas? —ella negó con la cabeza— Hoy es el día en que te dan de alta. Hace ya una semana y media.
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Últimos suspiros
FanficHola a todos! ¿Cómo están? Espero que bien. Acá yo de regreso con una nueva historia shikaino que realmente espero les guste.