FPB. 2

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-¿Dónde demonios estoy? -Inquirió el experimento, mirándome frenético, como si no temiera asfixiarme de un momento a otro. Y tal vez así era.

Estaba aterrada e inmovilizada, nunca nos había fallado un experimento, esa era la razón por la cual ya no existían hombres imperfectos en el mundo.

Lori y Maia estaban mirándome aterrorizadas, pero no hacían nada. Y el aire me escaseó cuando el experimento POEB, me apretó la garganta como llamándome la atención o recriminándome.

-E-en u-un labora-torio...-gemí entrecortadamente. POEB me fulminó con sus ojos cristales.

-¿Por qué estoy aquí? -volvió a preguntar.

Gemí de dolor, estaba cerrándome el paso de aire con su fuerza.

-Por-que e-eres un e-experiment-to. -le contesté. Él me examinó con sus ojos de arriba abajo. Entonces, POEB aflojó el agarre de mi cuello, y caí desplomada en el piso, como un simple trapo. Comencé a inhalar gigantes bocanadas de aire, y a intentar normalizar mi respiración pero me era imposible. Seguía aterrada, por Lori y Maia. POEB estaba frente a ellas, mirándolas. Lori ya se había echado a llorar desconsoladamente, y Maia lo miraba con el ceño fruncido, pero con más terror que nada.

El prototipo se alejó de ellas, y fue directo a la puerta. Comenzó a golpear el cristal, pero no iba a poder abrirla nunca sin mí, porque yo era quien abría las puertas con mi huella digital. POEB comenzó a patear salvajemente el cristal, pero no sucedía nada. Entonces, del otro lado, comenzaron a llegar las seguridades. Las mujeres más forzudas de la sede, comenzaron a agruparse alrededor del laboratorio con puertas de cristal. Tenían sus respectivas armas, pero esta vez, estaban desfundadas. Miraron a POEB, y enseguida comprendieron lo que había pasado. Entraron sin más en el laboratorio. Maia en cuanto las vio, corrió con Lori hacia ellas, para protegerse. Yo aún seguía en el piso, estaba mareada. POEB miró hacia mí cuando vio entrar a todas esas mujeres armadas, como furioso conmigo. Una de las seguridades, vino hacia mí y me levantó, la usé de soporte, y comenzamos a caminar fuera. POEB ya había sido inmovilizado para ese entonces, y se encontraba atado con esposas de hierro.

*

-Missy...-me dijo Lori en cuanto salí y se tiró a abrazarme. Maia le siguió, y las tres quedamos así.

Entonces, Jay Straford, la segunda jefa de la sede, vino hasta mí hecha una furia.

-Missy, ¿qué fue lo que hiciste? -me preguntó indignada. Me separé de las chicas, y éstas se fueron. No podían hacer más.

-Jay, no fue mi culpa...La energía simplemente se fue, y para ese entonces POEB estaba arruinado. -dije, no había más que decirle. Era la verdad.

-Esto no se trata de quién fue la culpa. -replicó duramente. -Estamos frente a un problema de proporciones colosales...¡POEB es el primer hombre imperfecto en años! -me gritó desesperada.

-Lo sé, Jay. Sé que esto no es nada bueno. -remarqué bien mis palabras. Estaba frustrada, jamás había cometido un error en este laboratorio. ¿Cómo podía pasarme esto?

-Sabes que hay que alertar en la sede en Rusia, ¿verdad? Es indispensable. -Jay me dijo. Yo asentí, no quería llamar a las rusas, eran arrogantes y duras.

Pero no había otra opción.

-Ahora mismo voy a contactar con la directora Alisa Kozlov. -dije rápidamente, y comencé a caminar hacia la sala de comunicaciones.

The Factory of Perfect BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora