FPB. 8

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-¿A q-qué? –le pregunté.

-Quiero escapar. –dijo serio. –No quiero que esas científicas me laven el cerebro.

-Eso es imposible…Van a perseguirte por cielo y tierra, y te encontrarán y será mucho peor.

-Sé que eres buena, Missy. –de repente, tomó mis manos. Mis ojos se abrieron desmesuradamente. –Por favor. –suplicó.

-No es tan sencillo…en este momento, eres el máximo error cometido en años…

-Haré lo que sea, solo evita que me hagan algo. –me suplicaba, y apretaba mis manos.

No podía ceder. Pero tampoco podía abandonarlo.

Él era distinto, ya sea porque era imperfecto o por cualquier otra razón.

De todos modos, ya había tomado una decisión.

Entonces, entraron de repente diez agentes de seguridad de la FPB, e inmovilizaron a POEB rápidamente. Él me miró con su mirada pidiéndome ayuda.

Pero el cansancio y el estrés, y todo lo que fuera que me pasó por la cabeza en ese momento, me vencieron. Y me desmayé.

*

Cuando desperté, estaba en una camilla en la sala de emergencias de la FPB. Me dolía la cabeza, pero me sentía algo más ligera, debido a que había dormido y todo el cansancio había desaparecido. No recordaba cómo había llegado ahí ni cuánto había estado, pero un reloj en la pared marcaba las nueve y media de la noche. Una enfermera, más bien científica con conocimientos en medicina, entró con una bandeja plateada con una taza de té, un plato de comida, un vaso de agua y un recipiente lleno de píldoras y pastillas, algunas reconocibles.

Me miró cuando vio que mis ojos estaban abiertos y se sorprendió.

-Se suponía que debías dormir hasta mañana. –comentó extrañada.

-¿Por qué? –pregunté, algo atontada, pero comenzando a preocuparme.

-Eh…es que…la segunda al mando me ordenó…

-¿Dormirme? –completé la frase por ella. La mujer asintió. -¿Por qué Jay haría eso?

Se encogió de hombros.

-¿La directora Kozlov…llegó a Boston? –pregunté con algo de duda.

La cara de la mujer lo dijo todo.

-¡Mierda! –grité, a la vez que caía en la cuenta de lo que Jay me había hecho y de lo que la directora Kozlov pensaría.

Y de lo que le estaban por hacer a POEB…

The Factory of Perfect BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora