BURNING DESIRE
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LeanneEn el día de hoy ha anochecido más rápido de lo normal. Hemos pasado la tarde en la piscina todos menos Edward, quien no se ha dignado en aparecer durante toda la tarde.
Hace un par de minutos acabamos de llegar al restaurante de Amalfi más aclamado por la crítica. Cindy se encargó de realizar una reserva en una mesa un poco extensa para un total de cinco personas.
Ahora mismo, la camarera nos guía hacia la mesa que Cindy ha reservado y cada uno toma lugar frente a sus respectivos asientos.
Me paso una mano por los hombros al sentir como se me estremece la piel, ha estado lloviznando un poco y hace mucho calor, sin embargo, el aire acondicionado aquí dentro está demasiado fuerte y la vestimenta que elegí no ayuda. Llevo encima un vestido strapless nude ajustado que se me pega como una segunda piel, pero ahora mismo, estoy muriéndome de frío. Charlotte toma asiento a mi lado, David toma asiento frente a nosotras y Cindy justo en la punta de la mesa. Tan solo falta una persona y esa es Edward, nadie sabe cuándo llegará.
Una camarera nos trae un vino tinto que David sirve en nuestras copas mientras procedemos a conversar en la mesa. No me meto mucho en la conversación, pues los temas que Cindy escoge para hablar nunca son de mi agrado. Siempre se trata de ella o de criticar a otra mujer, pero ahora simplemente está hablando de lo entusiasmada que está por rentar una casa en Los Ángeles que cuesta veinte millones de dólares.
Charlotte tampoco aporta mucho en la conversación, simplemente se dedica a darle unos cortos sorbos a su copa de vino al igual que yo de vez en cuando.
—¿Y ustedes? ¿En dónde están viviendo ahora que son un matrimonio? —interroga Cindy, observando al matrimonio.
—Estuvimos en Nueva York por un tiempo, aunque también tenemos una propiedad en Milán, de momento no sabemos en donde vamos a quedarnos —responde David.
Cindy asiente con la cabeza.
—¿Y tú, Leanne? He oído que estuviste en Venecia.
—Ahora mismo estoy viviendo en Milán —respondo, serena—. Me gusta la calidad de vida en Italia y tengo planeado quedarme por mucho tiempo.
Asiente con la cabeza nuevamente.
—¿No han pensando en tener hijos? —interroga Cindy. Es demasiado intensa con sus preguntas.
Charlotte se mueve sobre su lugar, cruzando una pierna sobre la otra. David me había hablado acerca de la idea de tener hijos. Recuerdo que me dijo que con Charlotte creen que por ahora es muy precipitado y prefieren esperar un poco más. Es lo normal, no todas las personas se sienten preparadas para ser padres y es entendible.
—Por ahora no —responde ella—. Queremos disfrutar del matrimonio sin complejidades.
—Creí que pronto darías la noticia que esperaban un hijo —dice Cindy antes de trasladar su mirada hacia mí—. Leanne, ¿tú alguna vez has pensando en tenerlos?
—Ahora mismo no está en mis planes —me conformo con decir.
Estoy en mis veintitrés años y soy una persona muy exitosa en la industria del modelaje. Tener un hijo sería una mala idea, no tengo la estabilidad para hacerlo y no me siento preparada para ser madre pese a que los niños me agradan y tengo cierta destreza con algunos de ellos.
Ser madre conlleva muchas cosas, así como tener una estabilidad con alguien y tenerlo todo perfectamente calculado. Es una gran responsabilidad y se necesita tener consciencia para ello. En un futuro, me gustaría serlo, pero no es mi mayor deseo por el momento. Ahora mismo lo único que tengo en mente en cuanto a mi vida es mi carrera como modelo. Me apasiona lo que hago y me niego a echarlo a perder quedándome embarazada. Aunque, no descarto la posibilidad de ser madre en un futuro, pues también se trata de hallar a la persona indicada.
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Caricias Prohibidas
RomantizmLIBRO I • DUOLOGÍA CARICIAS Leanne piensa que Edward es un bastardo que se cree superior a los demás y Edward cree que ella es una insolente que no puede mantener la boca cerrada sin decir estupidez alguna. Leanne Vitali es una supermodelo recono...