TROPIEZO CON EL AMOR.

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A Guate le encanta cuando se celebra el Festival de Barriletes de Santiago Sacatepequez y su hijo lo disfruta tanto como él, ver elevarse y ondearse en el hermoso cielo azul a los barriletes gigantescos que su gente con tanta dedicación y entusiasmo al hacerlos, simplemente le llenaba de alegría su corazón, ver a su gente celebrar reír y admirar esa festividad es simplemente algo maravilloso para él, es algo muy atesorado para su persona.

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Guatemala: Doña María Es que esto simplemente esta ¡delicioso!.— halagó a la señora que le estaba sirviendo mas salsa natural de tomate a su tamalito de chipilin.

—Ay hijo, pues claro los hemos hecho mi Juanita y yo— se río mientras bromeaba mirando a su pequeña hija la cual estaba vendiendo a las personas que se encontraban en el festival.

Sacatepéquez: ¡Mirá paa!.— su pequeño se encontraba elevando un  enorme barrilete siendo ayudado por unas cuantas personas más.— ¡woa-woaahh! ¡Paaaaa!.— Guatemala casi se atora al ver a Sacatepéquez salir volando -literalmente- junto con el barrilete de tamaño un poco mas pequeño que los medianos pues a los demas chicos se les deslizó y este lo sostuvo pensando que podía con el.

Guatemala: ¡Peráte! ¡te dije patojo que no lo hicieras!— habló refiriéndose a que anteriormente le había advertido a su retoño que ni pensara volar un barrilete él sólo. Corrió hasta su hijo y se colgó de sus pies y a los de Guate se colgaron otras personas evitando asi que el barrilete se elevara mas con ellos.

Esa fue una divertida, peligrosa y linda  experiencia para ambos, sus demás hijos reían y tomaban fotografías mientras comían de sus tamalitos de frijol y chipilín junto con su horchata de arroz o de manía, esa festividad fue una de las mas hermosas para Guate y sus hijos.