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—Debes aprender el valor de la amistad y el amor.— Su padre acarició su cabeza con mucho cariño y suavidad, el pequeño bicolor asintio sonriendole.— Tendrás mucho peso sobre tus hombros, pero debes saber que, valdrá la pena, debes ser fuerte y siempre piensa con la cabeza fria, Guatemala.—El pequeño miró a su padre ladeando la cabeza y asintio de nuevo con una sonrisita.

—¡Si! Tú estaras para siempre conmigo, y si tu estas conmigo yo podre soportarlo, papá.— Imperio Maya lo miro con un deje de tristeza, su tiempo se estaba acabando pero la alegría que su pequeño irradiaba ahora le hacia imposible decirle esa pesima noticia.

—¡No puede entrar! Por favor espere aqui!.— la enfermera no le permitió el paso, jadeo dejando salir gruesas lágrimas mirando como se llevaban a su novio en esa camilla luchando por su vida.

Honduras: ¡México!.— Honduras iba desarreglado y corriendo hacia él y detras del catracho iba Salva, Petén y Sololá.— ¿¡d-donde esta!?, d-dime que esta bien por favor.— Hondu lo tomo de la camisa empezando a llorar.

México miró a Hondu y no supo que responder, se sentia cansado, preocupado, no, aterrado, miró a Salva y este asintió tomando a Hondu por la cintura separandolo de México intentándo calmarlo. México miro a los hijos de su amor, mirarlo con suma preocupación y los ojos humedecidos, mostrandose fuertes, un poco al menos, el mexicano sonrio, fuertes al igual que sus padres.

México: Lo llevaron a la sala de operaciones, Alemania le disparó en el abdomen.— hablo la mas fuerte que pudo, los otros jadearon y comenzaron a derramar lágrimas sin poder evitarlo, aunque Salva se contuvo y evito derramar lágrimas.

Honduras: d-donde esta el hijo de puta.— Honduras se  limpio las lagrimas con rudeza esperando respuestas.— ¡te juro que lo mato!.— estaba comenzando a alterarse. Rápidamente los demas intentaron calmarlo.

—¿p-papá?.—Imperio Maya le sonrió suavemente tomando su mano acariciandola. El chapín le sonrio suavemente.— ¿te duele algo?.— El mayor rió con dificultad.

—Mi Guatemala..— llevó su mano a las mejillas del menor acariciandolas.— tengo que irme.— hizo una pequeña pausa.— en unos dias.— Guatemala lo  miró con confusión.

—uhm.. ¿Y cuando vuelves?.— preguntó con voz cargada de dulzura e inocencia. Imperio lo miro y sonrio tristemente

—no volveré.— soltó sorprendiendo al infante.— no podré volver, me iré a un lugar del cual no hay retorno, hijo mío, recuerdame siempre.— Guatemala luego se unos minutos empezó a comprender y comenzo a sollozar.

—¿e-estas enfermo? ¡N-no quiero que mueras papá!.— abrazo a su padre que se encontraba recostado en la espaciosa cama.

—algo asi, hijo mío quiero que seas feliz, no importa lo que pase, siempre encuentra lo positivo y manten esa linda sonrisa contigo.—Guatemala lloró aun mas.

Habían pasado varias horas, Mexico estaba muy impaciente y preocupado por su pareja, estaba jugando con sus manos y de vez en cuando se levantaba y caminaba de aqui para allá en el pasillo, hasta que la enfermera salio quitandose la mascarilla.

—esta estable, sacamos la bala y saturamos la herida, esta sedado, aun no pueden entrar a verlo.— hablo suavemente y mirando directamente a México, aunque claro que a los ojos de ella solo eran personas normales.

TROPIEZO CON EL AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora