🥀•capítulo 6•🥀

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Así que, Sorrento vivía en aquel edificio que era un basural por dentro.

Quien lo diría, jamás imaginé que alguien tan bello viviera en un lugar como ese.

Subí las escaleras que se encontraban en la entrada de ese muladar, y Un escalón roto a mitad de la escalera estrecha acabo por colmar mi paciencia.

¿que nadie nunca limpia ni arregla éste lugar?

Me pregunté. al momento que terminaba por subir las escaleras.

Busque al casero, y sin demora me indicó cual era la habitación de Sorrento. era en el último piso. Toque para ver si se encontraba en casa, pero no hubo respuesta alguna.

-aun no llega de trabajar -

Murmure para mi solo.

Bien, entonces le daré una pequeña sorpresa. Me dediqué a buscar el modo de escabullirme dentro, sin dejar evidencia de mi intrusión. Si, podía derrumbar esa puerta de un golpe, pero perdería la gracia.

Salí del edificio buscando alguna vía para ingresar. ¡bingo! Una ventana abierta. no me costó mucho, solo utilicé las escaleras de emergencia.

A pesar de que el exterior era horrible, el interior no estaba tan mal. Apenas invadi la habitación de Sorrento, un fuerte aroma a óleos me dió de frente en el rostro. A pesar de ello, podía distinguir su perfume de Omega, cerniendose por encima de los otros olores

Al dar un par de pasos encontré unos cuantos cuadros al óleo. Así que es pintor. seguí adentrandome en ese lugar y ví su cama toda desarmada.

Entre sus sábanas me pude percatar que mi chaqueta yacia entre ellas. La tome en mis manos y pude notar que había sido usada para autosatisfaccion, el olor que expedia era muy intenso. Mi cuerpo reacciono por si solo, un calor comenzó a apoderarse de mi, sus sábanas sucias, sus ropas, sus cosas, todo tenía el aroma que provenía de un Omega en celo.

Un ruido me hizo reaccionar, así que me oculte a un lado de la puerta del baño. Quería sorprenderlo, así cuando ingresara, podía inmovilizarlo y no tendría que lastimarlo si intentabá escapar.

Sorrento ingreso sin darse cuenta de mi presencia. Apenas cruzó la puerta. Dejo caer una bolsa de tela que llevaba cruzada sobre el pecho. Desde mi escondite, alcance a verlo arrastrar los pies hacia la cama.

Quizá era mi imaginación, pero lo note exaltado. Sorrento se mesó el cabello y resopló con fuerza. Se quitó la ropa como si estuviera cubierta en llamas. Primero los zapatos que salieron volando hacia los confines de la habitación. Los pantalones, luego la chaqueta, la camiseta. Con la ropa interior puesta, en medio de su habitación, se quedó inmovil.

Lo ví olisquear el aire y resopló nervioso. Tal parece que algún aroma lo perturbaba. Si, era eso, por que enseguida se inquieto y corrió a la puerta, saco la cabeza hacia el corredor y luego cerro de golpe. Regreso a su cama y se recostó, tomando mi chaqueta entre sus manos.

Su aroma intenso, penetró lo profundo de mi nariz. Sorrento empezó a frotar su miembro, perdiéndose en sus pensamientos, como si lo hubiera deseado todo el día. Casi no podía aguantar, tenía que intervenir.

-vaya, vaya, pero que espectáculo es el que observan mis ojos- Le dije sacándolo de su frenesí- no te detengas-

Tendría que ver el modo de calmarme, por que lo único que quería era abalanzarme contra el.

-¿Que?...¿que haces aquí?-

Gritó espantado, poniéndose de pie de un saltó sin hacer esfuerzos por cubrirse

DOMINUS ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora