(Saga...)
Entró en el territorio conocido como delta gama, correspondía a la extensión de tierra más grande que actualmente poseía su hermano mayor Abel, ubicada en el extremo oriental del condado. Tierra fértil apta para el pastoreo y la agricultura. Cruzaba la Reserva natural y rodeaba el camino de la montaña, también el lago y una cuarta parte del Bosque de Pinos.
Saga dejó escapar el aire de sus pulmones solo para ver el aliento blanco escapando de su boca. Cargó el rifle a su espalda y el revólver en la cintura. Dejó su auto atrás donde el camino terminaba y se puso en marcha. Los aullidos de los lobos le pusieron la carne de gallina, aceleró el paso mientras su gabán se ponía cada vez más pesado por la acumulación del agua de lluvia. El camino se ponía difícil, cada paso aumentaba su temor de terminar enterrado entre el fango sin ayuda en kilómetros a la redonda.
Saga maldijo en voz baja. Detestaba a los animales salvajes tanto como adentrarse en su territorio, pero había avanzado demasiado para dar vuelta atrás. Resbaló y cayó rodando entre los helechos. Trató de ponerse en pie, pero volvió a caer de rodillas. Un rayo iluminó el camino y en él: un Alfa.
Saga contuvo el aliento, buscó a tientas su revólver, pero la mano temblaba. Escuchó el gruñido, claro y fuerte, imponente y aterradoramente hermoso.
― Abel –
Se tranquilizó cuando el Alfa se quedó mirándolo sin hacer un solo movimiento. Había algo en él que capturó toda su atención. Los ojos eran color gris contrastando con la luna, de miraada profunda que lo invitaban a doblegarse e hincar la rodilla ante su presencia.
―¿Hermano, eres tú?
El grito de Saga se apagó con el sonido áspero del trueno, la lluvia golpeaba sus mejillas empapando su rostro, parpadeó, pero el imponente Alfa ya no estaba allí. Saga se levantó de nuevo solo para caer sentado sobre el fango cuando el Alfa saltó frente a él sorprendiéndolo. Se acercó a pasos cortos y lo rodeó.
―¡Uno de estos días te meteré un balazo! –
Gruñó el comandante levantándose torpemente, pero aquel Alfa lo miraba con frialdad. Le enseñó los dientes en respuesta y Saga Lumiett supo que era mejor cerrar la boca sino quería terminar como Malcolm.
―¡Espera! –
Gritó colocándose en pie corriendo tras el Alfa que avanzó saliendo del monte de helechos para regresar al camino entre los pastizales.
Saga jadeó con cansancio, y observó a su hermano, que avanzaba entre los pastizales hasta perderse de su vista. Entonces se dio cuenta que había subido a tropezones hasta un montículo desde el cual podía ver el valle de delta gama. Silbó ante la belleza de los frescos pastizales y el movimiento de los girasoles que con el viento formaban olas amarillas a cada lado del camino.
Divisó la casa sin dificultad, una mancha blanca dos kilómetros adelante. Miró el cielo. La lluvia había amainado y se convirtió en pequeñas gotitas molestas que golpeaban su cara. Saga sonrió de oreja a oreja.
―¡Maldito Abel! –
Se dijo poniéndose en marcha.
Saga se dirigió caminando hacia una casona de estilo europeo ubicada tras la colina, y que databa de la época de la esclavitud. Cuando llegó a la puerta todavía jadeaba. No había tocado el timbre cuando una toalla le golpeó la cara.
―Sécate cachorro. No pensarás que voy a dejar entrar a mi mansión encharcando todo a tu paso.
―¡Idiota! –
Fue la respuesta de Saga secándose la cara y las manos. Después sintió el roce de unas manos enormes sobre sus hombros y se estremeció.
―No agradezcas mi hospitalidad con insultos o puede que me arrepienta de no haberte matado en el bosque. –
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DOMINUS ☑️
أدب الهواةUn "Alfa" es una persona de temer y respetar. ellos pueden hacer lo que quieran contigo y tu No puedes hacer nada, pero aún así, no todos los Alfas son malos. Muchos de ellos, añoran el momento de encontrar a su Omega para cuidar de él. Son pocos. P...