🥀•Capitulo 8•🥀

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[Sorrento...]

Alberich fue muy amable en ayudarme a cubrir con maquillaje, el moretón que el Alfa me dejó en el rostro. ¡Ese bastardo de Kanon! No me lo puedo quitar de la mente.

-¿Y no me vas a contar quien ese ese Alfa que te dejo tan mal?-

Me dice mi compañero de trabajo, mientras se acomoda en una silla frente a mi. Viene sorviendo un poco de té de un vaso de papel y me sonríe ampliamente.

Tenemos tiempo trabajando juntos, pero nunca hemos conversado más allá de un saludo y un "¿que hiciste en tu día libre?"

-¿Sorrento? ¿es tu primer Alfa?-

Ante sus preguntas, no se que hacer. No quiero hablar al respecto, pero tampoco quiero ser grosero y no contestarle. El me dió una mano y ambos somos Omegas y estamos en lo mas bajo de la cadena de jerarquía en este mundo.

Bueno, si el quería saber...

-¿es tan evidente?-

Le contesté desplomandome sobre la mesa.

Estamos solos asi que no me da miedo que el cretino de mi jefe me regañé. Hemos cerrado por el dia, el piso está limpio, las mesas en su sitio, las sillas subidas, todo preparado para la jornada de mañana. Y Alberich quiere saber si ese bastardo de Kanon fue mi primer Alfa

-La verdad que si, casi tanto como que eres un Omega y un terrible actor. Si sabes que lo note al instante. ¿No? Desde que te ví, supe que eras Omega, intentando pasar como beta. Tu olor es muy fuerte, aún que trates de disfrazarlo con esos otros perfumes que te pones-

Alberich dejo su vaso con té y se recostó sobre el respaldar de la silla, para estirarse a su gusto. Los huesos le crujieron y volvió a la carga.

-ademas se que tomas esas pastillas para inhibir el celo ¿si sabes que no sirven para nada?-

Vaya, noticia vieja. Ya lo experimente en carne propia. Esas píldoras me cuestan mucho dinero con Baian y son tan efectivas, que termine revolcandome con un maldito Alfa, apenas lo tuve lo suficientemente cerca. Ahora me sentía mucho peor. Tendría que tirarlas a la basura y resignarme a ceder ante mi instinto.

No le tuve que responder, Alberich sonrió mucho más y de su cartera marrón saco un frasco pequeño color ocre. No necesitaba preguntarle, el me lo diría de todos modos.

-Te convino una. Anda. Estira la mano-

-No Alberich, son tuyas. No podría. Esas son muy caras. No podría-

-Lo se, son caras y todo eso, pero funcionan-

Mencionó el enfatizando la última palabra.

Me estaba tentando, las pastillas pequeñas, redondas y pálidas como la luna, me veían desde dentro del frasco de vidrio. Si el decía que podía tómarla, entonces lo haría. No tenía nada que perder, ¿no?.

-Son una marca especial- continuo el- se llaman "clear" y son muy efectivas. Puedes tomar un puñado, mi Alfa me las consigue, así que no hay problema que te de algunas-

-¿Tienes un Alfa?-

Que pregunta tan tonta la mía. El sin duda tenía un Alfa, por que no escondía su condición de Omega. Seguro tenía hijos y yo no me preocupe por averiguarlo.

-Claro que si. es muy bueno conmigo, me da mis pastillas, me trata muy bien, me compra cosas. Soy muy afortunado- me dijo guiñandome un ojo- Sorrento deberías hacer lo mismo-

Lo ví levantarse de la silla y tomo su cartera marrón, de la cual saco un teléfono y se lo llevó al oído.

-Me tengo que ir Sorrento. Nos vemos luego. Si necesitas más de lo que tú sabes, me dejas saber. Mi Alfa es generoso, te puede dejar tomar unas muestras gratis, si yo le pido. ¡Adiós!-

DOMINUS ☑️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora