¿Tenías frío? ¿Estabas enferma? ¿Te gustaba la lluvia?
Cómo saberlo, si parecías perdida, ensimismada en tantos pensamientos que no decías nada.
El solo haber rozado tus hombros me hizo ocultar una sonrisa que pronto, junto la música que resonó en mis audífonos, me hizo sentir vivo. Dancing with your ghost estuvo a un volumen considerable, vibrando en mis oídos, dejándome entender que después de mucho tiempo, la sensación había vuelto.
Había sonreído.
Porque tú eras vida.
No necesitaba buscar la felicidad, porque estaba justo frente a mí. Con sus rizos mojados pegándose a sus mejillas—que por cierto estaban bastante rojas, al igual que tú nariz, asemejándote a Rudolf el reno—, los labios exhalando y las pestañas con el leve rocío de agua en ellas.
Eras tú, y solo tú.
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Última parada ✔
Teen Fiction«La historia comienza, cuando dos personas que ni soñaban con conocerse, terminan encontrándose. En el instante menos esperado, pero en el momento indicado.»