No quisiste subir tampoco ese día.
Y yo no quería ir a mi clase. Así que, de manera atrevida y poco usual, tomé mis bolso y bajé del autobús.
Llovía a cantaros, pero fue hermoso verte, en la parada de autobús, con las manos en tus bolsillos, viendo el cielo, gritándole quizá a las nubes que dejasen de llorar las lágrimas que nosotros no soltábamos.
El agua besaba tus mejillas, mojaba tu rostro y dejaba su rastro por tu ropa. Al igual que en la mía que, pese a llevar mis botas rojas para la lluvia, estaba empapada.
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Última parada ✔
ספרות נוער«La historia comienza, cuando dos personas que ni soñaban con conocerse, terminan encontrándose. En el instante menos esperado, pero en el momento indicado.»