I KNEW YOU WERE TROUBLE

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Capítulo cinco: Flew me to places I'd never been

Casi no pude dormir durante esa noche, la llamada seguía presente en mi memoria y me preguntaba si había hecho lo correcto. Además, despertaba a cada rato por mis sueños, los cuales trataban de la posible conversación.

Lo bueno de todo esto es que por fin pude levantarme temprano, así que pude alistarme con tranquilidad antes de que llegara mi visita. Me di una ducha, y me vestí como solía hacerlo antes de que todo cambiara, incluso mi peinado y maquillaje habían vuelto.

Cuando termine, miré el reloj, aún faltaba media hora. Tomé un poco de mi dinero y salí de mi departamento, decidí que compraría algo para desayunar. Regresé unos minutos después, al llegar a mi piso miré a Matthew, quien salía apurado de su departamento.

-Buenos días.

Pareció sorprenderse y asustarse por escuchar mi voz. De cualquier manera, volteo a verme y me sonrió.

-Buenos días, Jade. Es bueno verte.

-Lo mismo digo -le sonreí-. Te dejo, tengo que alistar unas cosas.

-Y yo al trabajo. Adiós.

Observé como se alejaba y suspiré sin pensarlo. ¿Cómo no nos conocimos antes?

...

El reloj marcó la hora acordada, y yo ya me estaba comiendo las uñas. Como era costumbre, se escuchó el timbre del departamento. Me levanté rápidamente de mi asiento y antes de abrir la puerta tuve que pasar varias veces mis manos por mi vestido para quitarme el sudor que comenzaba a sentir. Abrí la puerta, es indescriptible la sensación que pasó por mí cuando lo hice. Después de varios meses, al fin me encontraba otra vez junto a mi madre.

-Mami...

Ni la dejé hablar porque la abracé con mucha fuerza, las lágrimas estuvieron a punto de salir, pero no lo permití. Cuando rompí el abrazo, dejé que mi madre pasara al departamento.

Estuvimos unos segundos en silencio, mi madre ni siquiera le hacía caso a la comida que había comprado y la verdad era que yo tampoco.

-¿Qué pasó, cariño? ¿Por qué me hablaste ayer y me pediste que viniera?

-Mamá, termine con Jason.

Su rostro cambió, siempre supe que él nunca fue de su agrado porque me lo hizo saber innumerables veces a lo largo de nuestra relación, pero estaba segura que ella no quería que termináramos... Al menos si al hacerlo me ponía triste.

-¿Por qué? ¿Qué no...?

-No, ya no.

-Entonces, ¿qué pasó?

Lo pensé, más de lo que me gustaría admitir. Negué repetidas veces mientras limpiaba una pequeña lágrima de mi mejilla.

-Eso ahora no importa.

-Claro que importa, cariño. Se te notaba lo enamorada a kilómetros, hasta me contabas tus planes a futuro con él.

-Pues ya no. Y no quiero hablar de eso por ahora, luego te contaré que pasó entre nosotros.

-Muy bien, Jade. No estoy de acuerdo, pero respeto tu decisión -me tomó la mano-. ¿Y qué más pasó?

-He tirado la mayoría de sus cosas y los regalos que me dio en mis cumpleaños. Aunque ayer después de una conversación que tuve con Martin, estuve a punto de marcarle, solo porque quería saber cómo estaba.

-¿No lo hiciste?

Negué con la cabeza, me encontraba llorando y sentía que no podía hablar.

-En su lugar, preferí marcarte -la vi a los ojos-. Te necesito, mamá.

Se levantó de la silla y dirigió sus pasos hacia mí para abrazarme. Creo que en mis días de tristeza nunca lloré tanto como en los brazos de mi madre, supongo que sucedió porque una parte de mí sabía que una vez que se lo dijera a mis progenitores lo convertía en un hecho. Jason y yo ya no estábamos juntos.

-Ya, cariño, aquí estoy.

-No sé que hacer... Aún lo amo.

Rompió el abrazo y limpió mis lágrimas, me sentí una niña otra vez y eso no era bueno.

-Primero, debes tomarte tu tiempo para llorar, desahogarte. Después puedes salir con tus amigos, hacer algo que te guste mucho o conocer gente... Poco a poco iras olvidándote de él y ¿quién sabe? A lo mejor y te vuelves a enamorar.

-Eso último no lo creo.

-Nunca se sabe. Lo primero que debes hacer es reparar tu corazón, lo demás vendrá después por sí solo.

Abracé con más fuerza a mi mamá. Había tomado la mejor decisión del mundo al hablar con ella. Ahora tenía una pequeña idea de que hacer con mi vida y de cómo seguir.

Era demasiado, tal vez jamás lo olvidaría por completo ya que le di mis mejores años y le di la libertad de cambiar todo de mí a su antojo. Sin embargo, estaba decidida a volver a ser la misma de antes; la mujer determinada y feliz que era antes de él.

R E D // Matthew Gray Gubler ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora