WE ARE NEVER EVER GETTING BACK TOGETHER

607 70 9
                                    

Capítulo quince: I used to think that we were forever, ever

Una vez creí que no me volvería a enamorar, que Jason sería el amor de mi vida... Qué equivocada estaba.

Miré a Matthew de reojo, él veía entretenido la película que habíamos elegido. Ya habíamos visto la pequeña lista de películas que debería ver, y como no tenía otra en mente, esa fue seleccionada al azar. Matthew parecía querer complacerme en todo y eso incluía ver cualquier cosa conmigo, aunque no le gustaran aquellas películas o le dieran sueño a la mitad.

No podía dejar de mirarlo, transmitía paz a mi corazón, era agradable ese sentimiento que me recorría al hacerlo y deseaba que esa sensación se quedará para siempre.

Me gustaba, y mucho, pero aún no me sentía lista para decírselo.

Dejé de mirarlo y le preste atención a la película, que estaba a minutos de terminar. No entendí del todo el final por estar pensando en mis problemas o en la persona especial de mi lado.

—¿Qué te pareció la película? —le pregunté a Matthew antes de que él lo hiciera.

—Me encantó —dijo, mientras se estiraba en su lugar—. ¿Y a ti?

—También me encantó.

Se acercó a mí y me vio por unos segundos.

—¿Qué tienes? —preguntó.

Parpadee repetidas veces.

—No sé de qué hablas.

—Es que te noto un tanto distraída. ¿Pasa algo?

—No es algo importante.

Tomó mi rostro entre sus manos, observe sus ojos, sintiéndome una boba por el poder que dichos comenzaban a tener sobre mí.

—Todo lo que se trate sobre ti es importante —susurro.

—En serio, no es importante.

—Te quiero —dijo por lo bajo y cerca de mí—. Te quiero mucho.

Mi corazón se aceleró tanto, quería decirle que yo también lo quería y besarlo, su cercanía me estaba matando lentamente... Al igual que su reciente confesión.

—Tengo que irme, nos vemos.

Dio un beso en mi mejilla, muy cerca de los labios, y se fue.

El resto de la noche me quedé como adolescente emocionada, enamorada, y lo peor, ilusionada.

...

Desperté asustada, soñaba con Matthew y de pronto escuché un teléfono vibrar, luego me di cuenta de que era el mío. Lo tomé de la mesita de noche. Primero miré la hora, eran las dos de la mañana, y después mire quien interrumpía mis dulces sueños, era Amber. Pensé en no responder y seguir durmiendo, pero sabía que eso no funcionaría porque ella era muy insistente y volvería a llamar. Sin pensarlo más, deslice mi dedo para contestar.

—¿Hola? —dije con voz somnolienta.

—¡Jade! —gritó—. ¡Me besó! ¡Edward me besó!

Me talle los ojos con mis puños.

—¿Qué?

—¡Edward me besó! —dijo emocionada—. También me dijo que le gustaba mucho.

—¡¿Qué?! —grité más emocionada—. ¡Cuenta todo y no omitas ningún detalle!

—Espera —tomó aire—, tengo una idea mejor. Mañana vamos a tu casa y ahí les cuento.

Resople, moría por saber qué había pasado en la cita de mi mejor amiga, pero respetaría su decisión.

—De acuerdo.

—Bien —se rio—, nos vemos. Duerme bien.

Eso era ser más que cruel.

...

No tenía ganas de cocinar, por lo que pedí una pizza y esperé a que mis amigos o el repartidor llegaran, quería ver quién aparecía primero. Miré la televisión mientras esperaba, aunque los domingos no había nada bueno, así que puse Netflix y busqué una serie. Apareció una que recordaba mencionaban mucho mis compañeros cuando iba en la universidad, pero no la pude ver porque preferí hacerle caso a mi novio de ese entonces de "no perder el tiempo en boberías". Seguía un poco molesta conmigo por permitir eso, en especial porque la serie era estupenda.

El tiempo pasó volando, el timbre sonó, pausé el episodio y me levanté a abrir. Era Jason con una pizza. Aquello no tenía sentido, él era contador como yo, uno de los mejores de la ciudad y no tendría que trabajar de repartidor por otra razón; le parecía un trabajo denigrante. Luego miré su camisa y quedé más confundida que al principio.

—¿Qué haces aquí?

Observé a ambos lados del pasillo, con la esperanza de ver a alguien con mi pizza.

—He venido a hablar contigo y vi al repartidor a punto de tocar tu puerta, yo pagué tu encargo, no te preocupes.

—De acuerdo, pero ni pienses que te lo agradeceré.

—No has cambiado —continuó ignorando lo que dije—. La pizza con pepperoni sigue siendo tu favorita.

—¿Qué quieres, Jason? —pregunté, cansada de la situación—. No creo que hayas venido a hablar de lo mucho que me conoces.

Él sonrió, sabía que quería sacarme de mis casillas, lo cual estaba logrando con rapidez. Sus ojos me observaron, después acomodó su cabello negro hacía atrás.

—¿No me vas a dejar pasar?

Bufé.

—Claro, ¿no quieres también una taza de café? —mencione con cierto sarcasmo.

—Hablo en serio. Necesitamos hablar de algo muy importante.

Puse los ojos en blanco, sin embargo tenía razón, no quería dar un espectáculo para mis vecinos y, conociendo a Jason, sería un tema muy privado. Me hice a un lado y lo dejé pasar. Se notó algo curioso al entrar y mirar lo que se encontraba en la sala. Escuché que soltó un bufido al ver lo que estaba en la televisión.

—No creí que gastarías tu tiempo en cosas de adolescentes —Dejó la caja de pizza en la mesa.

—Ese es asunto mío —me crucé de brazos—. Ahora sí, ¿qué quieres?

Se acercó a mí, quiso tomar mis manos, pero no se lo permití. Lanzó un suspiro cansado, levanté la vista, noté en sus ojos verdes un poco de miedo y, hasta cierto punto, la misma mirada que tenía cuando comenzábamos a salir. Me deshice de esa idea, Jason solo se amaba a si mismo y no quería mentirme pensando en lo contrario.

—Jade, te amo y quiero regresar contigo.

Abrí mis ojos lo más que pude, ¿en serio me estaba pidiendo eso?

—Debes estar bromeando.

—Claro que no. Estos meses me han servido para saber que quiero casarme contigo, formar una familia —tomó mi rostro entre sus manos—. Nos merecemos una segunda oportunidad.

—¿Segunda oportunidad? —pregunté incrédula.

—Sí. Sé que lo jodí engañándote, pero ten por seguro que no volverá a pasar porque me he dado cuenta que te amo.

Mis ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, tomé las manos de Jason y las aparte con lentitud de mi rostro.

—No, Jason. No voy a regresar contigo.

—Pero tú...

—Si lo hubieras pedido después de lo sucedido puede que mi yo del pasado te hubiera dicho que sí. Porque era una estúpida que no se daba cuenta de que tú no me amabas.

—Jade —negó con la cabeza—, yo te amo y tú me amas...

—No, yo ya no te amo.

Nos quedamos en silencio unos segundos, después Jason salió del departamento azotando la puerta. Quedé en shock por un par de minutos, repasando las mentiras que él había dicho. Me dejé caer al piso y comencé a llorar.

~~~~~
Holaa!!
Esta actualización es de agradecimiento por las 1k de lecturas ❤ muchas gracias por el apoyo y paciencia :D

R E D // Matthew Gray Gubler ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora