NOTHING NEW

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Extra 4: In the middle of the night

Matthew:

Lo sé, parecía un niño escapando del regaño de sus padres.

Supongo que mi comportamiento se debía a una especie de autodefensa frente al sentimiento de que iba a salir herido. Tal vez suene a excusa o no sea ninguna justificación por evadir a Jade, pero era mi sentir. Y, ¿cómo decírselo a esa persona especial?

Me quedé congelado al momento que se abrieron las puertas del elevador. Sabía que llegaría un momento en el que ella pediría hablar de ello, aunque no pensé que ese día sería tan rápido. Esperaba entendiera mis razones y dejara le explicara cada una de ellas sin reaccionar mal o interrumpirme a cada cinco segundos, como mi ex.

Caminé hacía el departamento, ninguno despegaba la vista del otro, y eso empeoraba mi nerviosismo. Jade se levantó con rapidez cuando me encontré cerca de la puerta. Mis pies parecieron quedarse pegados al piso, no avanzaban o retrocedían por más que quería.

Era difícil verla ahí después de tantos días, quizá no fueron tantos, pero para mí parecieron una eternidad. No podía escuchar su dulce voz y tampoco hacerla reír por una anécdota o mis pésimos chistes.

Recordé aquel sábado, había hablado con mi madre sobre invitar a Jade el día siguiente a casa para que ambas se conocieran. Estaba llegando a nuestro piso, emocionado por los planes, tanto que quise invitarla a cenar esa noche... Y entonces la vi hablando con él. Estaban tan entretenidos en su conversación que no me notaron, después Jade lo dejó pasar a su departamento. Tal vez no me hubiera dolido demasiado si no hubiera visto la caja de pizza que él llevaba en sus manos o la manera en que ambos se miraban.

Minutos más tarde y de tener una respuesta ante qué debía hacer, le marqué a mi madre.

—¿Matthew? —dijo mi madre al responder—. ¿Qué pasó?

—Mamá, mañana no podremos ir a tu casa.

—¿Qué? ¿Por qué no?

Odiaba mentir, en especial a mi mamá.

—Jade estará ocupada, te pide disculpas.

—No pasa nada, entiendo. Será para la otra.

Y ahora estaba ahí, conmigo. ¿Me habrá esperado para decirme que tiene novio?

—Hola —dije.

—Hola.

Mi rostro ardía, y sabía exactamente el por qué.

—Debemos hablar.

Asentí y abrí la puerta del departamento, la dejé pasar a ella primero. Le pedí que tomara asiento, pero no quiso. Aventé mis cosas en el sofá y la miré, no estaba listo para hablar.

—¿Estás molesto conmigo?

—No.

—Entonces, ¿por qué me has estado evitando estos días? Y no digas que no es verdad.

—He tenido mucho trabajo —respondí tranquilo, con la esperanza de que me creyera—, es todo.

Ella negó, parecía muy molesta.

—¿Eso incluye los fines de semana?

—Soy el gerente —me encogí de hombros.

Jade bufó. Estaba completamente seguro de que ella no me creía nada.

—Por favor, Matthew, sé sincero conmigo.

Suspiré, sería difícil decirlo en voz alta y no sentirme como un idiota.

—Hace unos días te mire con alguien, y creo que es tu novio. Tal vez suene patético, pero sentí que te había perdido. Quise alejarme de ti para no salir lastimado y darte la oportunidad de ser feliz sin dramas de adolescentes.

Jade escuchó con atención lo que tenía que decir, lo cual me relajó bastante. Cuando terminé, ella se acercó un poco a mí, me preparé psicológicamente para lo que fuera a decirme.

—La persona con la que me viste se llama Jason, y es mi ex novio desde hace meses.

Solo existían dos reacciones ante esta respuesta; alivio y estupidez. Por alguna razón experimente una rara combinación de ambos. Ninguna más grande que la otra.

—Y —continuó—, entiendo a la perfección como reaccionaste después de que me dijeras tus sentimientos. Quiero decir, yo también hubiera hecho lo mismo.

—Lo siento —ella negó.

—Es mi culpa por no contarte sobre él.

—No —tomé sus manos—. Yo tampoco pregunté, así como no quise contarte sobre mi ex —Jade siguió negando.

—Es solo que Jason me hizo mucho daño, por eso me cuesta mucho decirte cómo me siento a tu lado. Sé que no es un sentimiento malo, en realidad, es algo muy bonito.

—¿En serio?

—Sí —sonrió—. Y por eso creo que es momento de contarte sobre mi ex.

—Si no te sientes cómoda hablando de esto, puedo esperar.

No quería presionarla, esperaba que ella pudiera tenerme la suficiente confianza como para contarme todo eso que pasaba por su cabeza. Y si para eso tenía que esperar meses o años, lo haría.

—Te quiero —susurró y el corazón se me detuvo por un segundo—. Y creo que es necesario que ambos hablemos de esto.

Si eso era lo que ella quería, estaba de acuerdo. Después de todo, Jade me quería y eso era lo más importante. 

R E D // Matthew Gray Gubler ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora