STATE OF GRACE

879 81 8
                                    

Capítulo nueve: And I never saw you coming

Dejé que él entrara primero y, mientras se encontraba de espaldas, solté el aire que tenía acumulado, al igual que trate de tranquilizarme. En mi mente se repetía su respuesta.

—Por supuesto —sonrió.

Y ahora los dos estábamos solos. ¿Qué debía hacer?

—Puedes tomar asiento —le dije—. Mientras, prepararé algo de comer.

—Si quieres puedo ayudarte.

—No es necesario, eres mi invitado.

—Insisto. No quiero dejarte todo a ti.

Dejé mis cosas en el sofá, mientras pensaba en qué me podía ayudar.

—Bien. ¿Qué te parece comer sándwiches? —Él rio—. Hey, casi no tengo ingredientes para preparar algo más elegante.

—No, los sándwiches están bien. Espero que no lo hayas tomado como ofensa. Yo te ayudo.

Caminé a la cocina y lavé mis manos, después comencé a sacar lo que ocuparíamos en lo que él lavaba sus manos. Al final, Matthew hizo casi todo. A mí solo me dejó poner un poco verdura y poner la otra rebanada de pan.

—Y... —comencé cuando teníamos unos segundos en silencio—. ¿A qué te dedicas?

—Soy gerente general en una empresa. ¿Y tú?

—Yo soy contadora —sonreí.

—Vaya, eres una caja de sorpresas.

—Que va, ese eres tú. Quien diría que eres gerente.

Tomé unos platos y vasos, los llevé a la mesa y acomodé los que acabábamos de hacer.

—Y dime —continuó—, ¿tienes hermanos?

—No, soy hija única. ¿Tú tienes hermanos?

—Tengo una hermana mayor y un hermano menor —sonrió—. ¿Y tus padres?

—Mis padres viven en la ciudad, probablemente pensando que debieron tener otro hijo. ¿Tus padres viven en otra ciudad?

—Mi mamá vive en la ciudad también y mi papá en Colorado, se divorciaron hace años y no se pueden ver ni en pintura. Aunque no sé por qué.

—¿Y tus hermanos?

—Mi hermano vive en Japón y mi hermana en Londres, no los veo desde hace un año.

—Imagino que los extrañas mucho.

Terminamos de hacer los sándwiches y llevamos los platos y vasos a la mesa que se encontraba en la sala.

—Demasiado, por sorprendente que suene. Antes no podía esperar a que se fueran a hacer su vida y ahora les pido un minuto, aunque sea por videollamada.

Había mucho lugar para que tomáramos asiento y por alguna razón nos sentamos bastante juntos. Como si fuéramos amigos de años. Teclee en mi computadora un rato mientras Matthew me contaba un poco de sus hermanos, yo escuchaba con atención. La verdad, nunca me sentí tan bien teniendo una plática tan común con alguien. Y eso asustaba.

Aunque, al mismo tiempo, era maravilloso.

Olvidé mi computadora y ambos nos pusimos a platicar de las cosas que nos gustaban, las típicas preguntas de cuando conoces a alguien: ¿Tu color favorito? Morado ¿Qué tipo de música prefieres? De todo un poco. Cuando eras niño, ¿qué querías ser de grande? Astronauta. ¿Películas o series? Ambas... Entre otras y alguna que otra historia de cuando éramos pequeños.

Cuando llegó la hora de que él se fuera, sentí un poco vacío el departamento. Y como si hubiera perdido un pedazo de mí.

...

El día siguiente nos encontramos en la mañana, antes de irme a trabajar, pero nuestro saludo fue corto ya que ambos llevábamos mucha prisa. Tenía la pequeña esperanza de que nos viéramos en la tarde y nos juntáramos para comer y hablar por horas. Sin embargo, no sucedió porque me quedé hasta tarde trabajando y cuando llegué a mi departamento fui derecho a mi cama a dormir.

Eso sucedió el resto de la semana, para mi desgracia.

...

El sábado no vi a Matthew, tampoco quise molestarlo, así que no toque la puerta de su departamento y pasé de largo cuando iba hacia el ascensor.

Llegué a la casa de Martin minutos después, sirvió algo de beber y tomamos asiento para platicar, aprovechando que solo nos encontrábamos nosotros tres.

—Creo que por fin invitaré a Natalie a una cita —dijo Martin de pronto.

—Ay, sería la mejor decisión de tu vida —mencionó Amber—. Es una buena mujer y se nota que está enamorada de ti.

—Ya era hora —comenté—. Te dirá que sí.

—¿Y tú, Jade? He notado que los últimos días tienes un brillo especial en tus ojos.

—No sé de qué hablas.

—Déjame adivinar, ¿es por Matthew?

La miré, no quería hablar de eso. Todavía no.

—Luego podemos hablar de eso, por ahora hay que ayudar a Martin con su cita. Se ve muy nervioso.

No fue tan fácil cambiar de tema, pero me hicieron caso. Amber y yo le dijimos varias opciones para que tuvieran su primera cita. Por otro lado, ambas nos pusimos de acuerdo y observar la cita a lo lejos. Lo cual parecía una buena idea, tal vez y eso serviría para dejar de pensar en Matthew.

~~~~~
N/A: Holaa :)
Espero que les haya gustado el capítulo ♡
También quería avisar que en las próximas dos semanas no podré actualizar por la escuela :( pero haré lo posible para actualizar en una de esas semanas.

En fin, gracias por sus votos y comentarios ♡

R E D // Matthew Gray Gubler ✔ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora