Palabras Que Duelen

No Somos Héroes

Ya debería bajarles a mis intentos por rescatar a todos los que me rodean, no soy un super humano, superhéroe o alguien que tenga las capacidades para sobrellevar el peso de alguien más a parte de mí.

El mundo me ha presentado a personas maravillosas, pero seriamente rotas por dentro, sus sentimientos hechos pedazos, su psique seriamente dañada por una o muchas razones, su alma oscurecida por múltiples problemas, pero a pesar de todo eso siempre con una sonrisa en su rostro.

Una sonrisa completamente fingida, una máscara de felicidad sobre una vida llena de sufrimiento y quizás demasiados arrepentimientos, sin amor propio y obviamente sin un amor real por los demás.

Y es que, ¿cómo sería capaz de amar a alguien más una persona que se encuentre en ese estado?

Contestaré a mi propia pregunta: en muchas ocasiones sería un amor maravilloso y casi infinito.

Quédate conmigo para entender los dos puntos que estás leyendo: nadie es un héroe como los de los cómics o mejor dicho nadie es capaz de salvar a todo el que se encuentre en apuros y el amor puede llegar de quién menos esperas.

El ser humano tiene la maravillosa capacidad de poder ser racional pero no es capaz de aplicar esto a su vida diaria o al menos no todos ni en la cantidad adecuada.

Es asombroso saber que podemos anteponer el bienestar de nuestros seres queridos por sobre el propio y sentirnos completos por esto, nos creemos superhéroes por el hecho de preferir ser lastimados nosotros y no alguien a quien le tenemos una inmensa estima y cariño.

Pero es más asombroso aún el hecho de saber que si encontramos a alguien roto, alguien al que la vida le ha quitado tanto o lo ha hecho pasar por cosas tan horribles, buscamos la manera de repararlo, no solo estamos decididos a repararlo, sino que también estamos pendientes de que no vuelva a pasar por eso que los dejó tan mal heridos.

El ser humano es bueno por naturaleza, pero es la sociedad quien lo corrompe, hay muchas personas que necesitan un amor real que los ayude a salir del agujero en el que se han puesto o los puso alguien más, sin la posibilidad de salir.

Creo que muchos de nosotros contamos con lo que yo he llamado "síndrome del héroe", y en este hago la propuesta de que todos los humanos somos buenos, demasiado buenos en algunas ocasiones y tratamos siempre de salvar a todo aquel que nos dé una sonrisa o una media señal de afecto, pero la realidad es que nos falta tanto dentro de nosotros y queremos llenar los vacíos de las demás personas.

Estas son las personas más destrozadas que puedes conocer a lo largo de tu vida y como mencioné antes, son las que más amor pueden llegar a dar y es justo por eso que se manifiesta ese síndrome de héroe en las personas que las rodean, no digo que en todos, pero si en los más nobles.

No podremos salvar a todo el mundo, nos vamos a lastimar seriamente por intentarlo, nos volveremos más fuertes y aprenderemos de los errores, pero jamás dejaremos de intentarlo porque ya se habrá arraigado el sentimiento de querer ser quien sane un corazón roto y una vida destrozada, y aunque por algún milagro de la vida lo podamos hacer, sentiremos que faltan más por salvar y por ende nos iremos.

Así es, nos separaremos de aquel corazón frágil que tanto tiempo y esfuerzo nos tomó ayudar, reparar y reconstruir, lo más triste de esto es que esa persona no habrá reforzado su corazón para evitar que algo malo le vuelva a pasar porque sintió seguridad en nuestra presencia y cuando nos vayamos a salvar el mundo, lo dejaremos peor que antes y ya no confiará jamás.

No somos héroes y debemos entender eso, no debemos interferir en la vida de los demás solo porque nos parece adecuado, solo escucha y apoya si sabes que eres capaz de estar todo el tiempo que te necesiten, vete solo si la persona te dice que puede seguir solo y, aun así, quédate cerca para comprobarlo.