Capítulo 38: Necesidad mutua.

1K 36 9
                                    

- Ade no pude porque mi cabeza imaginaba que ella eras tú. – Volví a mirarle después de su confesión.

- Eso es una gilipollez.

- Lo será, no te digo que no. Pero es en serio, solo lo hacía porque te imaginaba a ti. Por muy gilipollas que suene, no me quería separar por si dejaba de verte. Cuando me di cuenta de la mierda que se estaba liando la solté de golpe. No llegamos a nada.

- Si puede que estés diciendo la verdad, pero la mierda está hecha. Y yo me siento engañada e imbécil por haber confiado en ti…

- No digas eso Ade…

- ¡Me dijiste que no me querías, y me lo volviste a repetir a la cara! – Reproché gritando.

- Pero no era verdad, intentaba alejarte, no se ni por qué joder, soy imbécil.

- Ya lo sé.

- Ade yo… - No sabía como expresarse, se puso de lado más cerca de mí, con las piernas cruzadas y apoyó un brazo en el sofá a nuestras espaldas. – Yo te quiero, sólo a ti. Desde que te conocí has sido tú. Si no fuera por aquel tropiezo en el aeropuerto yo estaría en Los Ángeles, me quedé por ti. Porque tenía la necesidad de saber quién eras, después quise tu amistad, y poco después ya quería todo de ti. Me has hecho adicto a ti, y sé que la he cagado mucho y varias veces, y entiendo que no quieras dirigirme la palabra. Pero… yo te quiero… - Se llevó la mano al colgante y acarició mi anillo, vio que lo miraba y mostró una media sonrisa. – No sabes lo que me ha acompañado tu anillo esta semana… era lo único que tenía de ti.

Por su mejilla empezó a rodar una lágrima, pensé que me moriría en ese momento del dolor que sufría al ver a Harry así. No tuve que pensármelo mucho para llevar mi mano a su mejilla y suavemente limpiarla mientras él cerraba los ojos haciendo que mi trabajo fuera en vano, porque empezaron a caer más descontroladamente.

Con una mano cogió mi otra mano y estiró hacia él, empujando mi cuerpo cerca del suyo. Pasó sus brazos por mi cintura y hundió su cara en mi cuello. Le envolví en mis temblorosos brazos y pasé mi mano por su pelo.

Notaba sus sollozos en mi cuello, su cuerpo respondiendo rápido a éstos, y mis mejillas se mojaron.

- Lo siento… - Dijo intentando calmarse. – Te necesito, no quiero a nadie más, sólo a ti. Soy gilipollas y te he hecho daño, pero quiero arreglarlo. – Se separó de mi, limpió su cara, sorbió su nariz y volvió a pasar sus brazos por mi cintura. – Te juro que voy a hacer lo que quieras, haré lo que sea para que me perdones.

- Harry, es que yo no sé… no sé cómo puedes hacerlo.

- Sólo dame una oportunidad, no te pido que vuelvas a salir conmigo, no aún, quiero que volvamos a estar como antes.

- ¿Cómo que como antes?

- Sí, de la forma que quieras, cualquiera me vale solo por estar contigo.

- ¿Pero a qué te refieres?

- A que volvamos a ser amigos, como al principio cuando nos conocíamos, o cómo quieras. O antes de empezar a salir. Puedes poner todas las condiciones que quieras, yo no voy a poner ninguna.

- Harry…

- Yo seré exclusivo, sólo quiero estar contigo.

No me dejaba hablar, ahora era él quien se arrastraba por mi perdón. Nunca pensé que esto pasaría. No me gusta ver a Harry así. Es verdad que está ayudando a que se pase el cabreo, pero no me considero tanta cosa como para que él esté así por mí.

- Harry, tu eres un chico genial, encontrarás a la chica que quieras… yo solo he sido una más en tu búsqueda. Yo sé que no soy la indicada para ti. Además tienes 20 años, te queda muchísima vida por delante. Ya conoces a un montón de gente, y la que te queda por conocer.

Extrañas coincidencias (Harry Styles) Terminada/Editando.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora