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marzo

las vacaciones habían pasado muy rápido para el gusto de Angie, sentía que los dos meses se les fueron volando, semanas desde su cumpleaños y se encontraba desayunando, ahora con 15 años, dispuesta a ir a su segundo año de secundaria, lo había pasado fenomenal, sus amigas y los amigos de Mindy la habían mantenido distraída todos los días, conversaba hasta tarde con las chicas vía Skype.

De alguna manera Sofia era una de sus amigas cercanas y más ahora que asistirían juntas a la escuela, su hermano Kevin, era un galán y siempre amable con todo el mundo.

Lo único desgraciado en todos esos días fue una persona que no salía de sus pensamientos: Brisa Domínguez, la chica que por cierto Angie odiaba y le estaba haciendo la vida imposible, todos los días recordaba sus ojos, había logrado dejar de escucharla o pensar en su risa, pero lo único que su mente no podía olvidar, eran sus malditos ojos.
Ahora pensar que hoy la volvería a ver, le revolvía el estómago de una forma impensable, se sentía nerviosa y a la vez ridícula por tener nervios.

—¡agh, enserio que horror!—dijo hundiendo el rostro en las manos de su madre Claudia, quien la miro divertida.

—¿sigues atormentada por esa niña cariño?—claro que durante todo el año, Angie le había hablado sobre las chicas que la fastidiaban, diciendo que no era tan grave como para acusarlas y restandole importancia

—¿Por qué se preocupa tanto por una chica?—pregunto el papá de Angie no entendiendo la situación

—Porque esa niña lleva haciéndome la vida imposible—dijo dándole un mordisco a su emparedado, sentía la mantequilla de mani en su paladar

—parece todo lo contrario cariño, estuviste muy ansiosa estos días—le giño un ojo y Angie se ruborizo

—¡mama!—la regaño, escuchando su risa.

Después de un rato salió directo a la escuela, vestia; camiseta de tiras, una chaqueta de Jean y unos vaqueros desgastados, en conjunto con sus zapatillas converse.

Al llegar a la primera que encontró en el aparcamiento fue a Mindy, conversaba alegremente con sus amigos de la infancia y al acercarse todos la saludaron con ánimos. Sofía de echo a los brazos de Angie y se colgó de ella, todos comenzaron a reír
—sofia déjame respirar, si nos vimos ayer—reclamo divertida cuando la pelinegra se separó y le giño un ojo.

Siguieron conversando hasta que llegó Mica, parecía muy feliz y saludo a todos con la dulzura que la caracterizaba.

Despues de un rato escucharon el chirrido de unos neumáticos y apareció un convertible azul, todo el mundo observaba la escena, como si fuese una película, de la que comenzaron a bajar, los que conformaban el grupito.
Oriana y Barbara, conversaban entre ellas y no lucían igual que el año anterior, comenzaban a madurar, vestían con unos jeans de mezclilla y unas blusas vaporosas que dejaban al descubierto el abdomen, Yaco y Julián ya eran otra historia, vestían con unas camisas holgadas de última marca y chaquetas de cuero, Julián fue hasta la puerta y le abrió a una castaña, era claramente Brisa Domínguez, estaba radiante y el sol de la playa le había dejado un hermoso bronceado, vestía una falda negra junto con una camisa rosada que dejaba ver un poco su estómago y una chaqueta muy grande para que fuera de ella.
Angie supuso que debía pertenecer a Julian, apretó los puños.

—ya llegaron las huecas—se lamentaron Mica y Mindy, mientras la ojicafe estaba muy distraída para hablar.

—¿ellas?—pregunto Kevin sorprendido, recordaba a las chicas de aquel concierto , pero ahora estaban más guapas.

—si, aquellas ¿Angie?—pregunto Mica observando a su amiga en trance. No podía ser de nuevo—para ya que se te sale la baba.

—¿que?—pregunto, parpadeando y mirando a su amiga, quien la miro con desaprobación. Mica y Mindy se habían dado cuenta durante las vacaciones que la ojicafe no paraba de mencionar a Brisa, siempre insultandola, pero era obvio que la volvía loca. —no tengo idea de que hablas— se defendió y observó como su amiga rodaba los ojos.

¿i hate you? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora