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Ya habían pasado dos semanas desde que Angie había sido huésped en la casa de Brisa, aun sonría al recordar a la pequeña Tini.
Pero el miedo la había vencido y siempre se aseguraba de ver a la animadora desde lejos, sin acercarse del todo, como lo hacía en estos momentos.
Estaban sentadas en las gradas del campo mientras veían a Sofia entrenar, en realidad Angie solo miraba a Brisa y Mica se esforzaba por no mirar a Barbara

—Ustedes dos, son patéticas—se lamentó Mindy, tomando un sorbo de su refresco, Angie frunció el ceño y Mica rodó los ojos.

—Te buscaremos un novio, amiga—comentó con gracia y Angie sonrió, apoyándola.—o una novia.

—urgente, ya me siento la solterona del grupo y eso que stedes aún no están de novias—dijo Mindy dándose aire con un cuaderno, llevaban haciendo los deberes de química, pero eran una lata.

—Yo digo que An debería de ponerse de novia con la mini castaña —dijo Mica logrando que la chica sonriera, les había hablado sobre Martina y sus amigas habían quedado encantadas.

—Sería mucho más fácil—se lamentó la ojicafe, observando a su chica dar vueltas en el aire, la lanzaron y aterrizó en un solo pie.
En verdad era muy buena en eso.

Angie logró verlas mientras descansaban, se extrañó al visualizar como Sofía se acercaba a Brisa y las dos comenzaban a hablar.
No parecían amigables, pero tampoco molestas entre si ¿De que estarían hablando? Pronto, Brisa dijo algo que hizo fruncir el ceño a Sofia, la pelinegra sólo sonrió antes de darse la vuelta y hacer su salida victoriosa, dejando a una sonrojada y enojada Brisa a un lado

Angie río por debajo, ya que Briasa se veía adorable cuando se enojaba y más al hacer esa pose de diva, era la misma que había utilizado Tini el otro día.
Ahora, la ojicafe no podía ver un plato de nuggest o pudín sin sonreír al recordar a la niña,estaba encantada con la hermana de Brisa.
De seguro era un don que tenían las hermanas Domínguez sobre ella.

—Mica, tu chica no te quita los ojos de encima—susurró diabólicamente Mindy y la ojiazul se volvió a ver a Barbara.

Era cierto.
La castaña mas grande mientras tomaba un trago de agua, luciendo el uniforme, mantenía sus ojos fijos en Mica.
La miraba de una forma diferente, parecía adoración, logrando que la ojiazul se sonrojara y bajara el rostro, para leer el libro entre sus manos.

—No creo—dijo ella, ignorando a sus dos amigas que sonreían cómplices.

—Me pareció ver a Barbara un poco bobita contigo ¿Se han visto últimamente?—preguntó Angie, dándole un guiño, y provocando que su mejor amiga escondiera el rostro detrás del libro que leía.

—Bueno, ayer ella... bueno, ella y yo hablamos por teléfono—confesó con una sonrisa tímida, para luego suspirar— Duramos hasta la madrugada.

—Eso es bueno, Micus—la felicito Mindy mientras la chica suspiraba, triste.

—Pero en la escuela actúa tan... tan diferente—dijo finalmente y Mindy torció la boca en una sonrisa.

—¿Diferente? Últimamente sólo nos fastidia a nosotras dos y a ti te mira como tonta—comentó Minds, acentuando más el rubor de su amiga—Y como te está comiendo ahorita con los ojos ¿No lo ves?

—No estoy segura de nada—suspiró, cansada, aunque ahora sonreía un poco.

—Qué suerte—dijo Angie tristemente, recostándose sobre las rodillas, y sus amigas la miraron como si estuviera loca.

—¿Angie? No estés así, Brisa también...— comenzó a decir Mica , pero Mindy le hizo señas para que callara, era mejor que se enterara por boca de la animadora —Ella también podría sentir algo por ti.

—Supongo, algún día, nunca—dialogó, revolviéndose el cabello, y decidieron cortar la conversación.

Después de un rato, las tres observaron como las animadoras se juntaban para hacer una pirámide, Barbara levantaba a una de las chicas de la base mientras Sofia era el soporte, para la chica de la punta.
Esa era Brisa, ella estaba reclinándose en sus piernas para mantener el equilibrio, pero parecía difícil.
Angie se levantó sin quitarle los ojos de encima, un poco preocupada.

—¿Estará bien?—preguntó mirando a Brisa, vigilaba cada movimiento, asegurándose de que ninguno fuera erróneo.

—Yo creo... deberíamos acercarnos—opinó Mica preocupada, mientras sus ojos estaban clavados en Barbara, la chica de ojos miel parecía estar haciendo mucha fuerza.

Escuchó a Mindy hablar, pero no le hizo caso, los pies de Angie comenzaron a moverse por cuenta propia mientras se colgaba su mochila y bajaba las gradas.
Mica seguía a su amiga y saltó la valla, las tres estaban ya en el campo fútbol.

—Barbara... —Mica murmuró el nombre de la animadora, más para sí misma que otra cosa, por suerte Brisa pareció lograrlo.

Se mantuvo en la cima, alzando los brazos mientras mostraba una sonrisa radiante, Angie no pudo evitar sonreír de orgullo.
Pero, no todo podría ir tan bien. Como si fuera obra del destino, en ese momento, Martin hizo un pase erróneo y este fue a chocar contra la rodilla de una de las chicas en la base de la pirámide.
La chica se tambaleó, logrando que la formación se rompiera y todas comenzarán a caerse.

—¡Cuidado!—gritó una de las animadoras y Brisa extendió los brazos, intentando aferrarse a algo, pero no encontró nada.

Cayó desde la punta de la pirámide junto con sus compañeras, se iba a dar un gran porrazo en la cabeza que podría ser grave, Angie no lo pensó dos veces.
Ella corrió, acortando la distancia que las separaba.
Cerró los ojos, intentando no tropezar con las otras y se lanzó, atrapando a Brisa en sus brazos y utilizando su cuerpo como un amortiguador del césped.

Recibió todo el peso del cuerpo de la castaña y la rodeó con sus brazos, al tiempo que sintió su espalda y el cráneo golpear dolorosamente contra el suelo, la cabeza le empezó a retumbar.
Sus ojos se tornaron con puntos negros, escuchó gritos, pero nada más, sentía la respiración asustada de la castaña en su pecho, escondiendo la cabeza en él.

—¿No... no duele?—preguntó una Brisa muy confundida, sintiendo la suavidad en la que estaba, escuchaba unos latidos.
Este no era el suelo, claro que no.

—¡Angie!—gritó Sofia, quien por estar en el medio de la estructura, cayó de rodillas y estaba siendo ayudada por Mindy.

Mica estaba sosteniendo la cabeza de Barbara sobre su regazo, mientras acariciaba su cabello y le decía que todo estaría bien.
Al parecer, al estar en la base de la pirámide, recibió buenos golpes por parte de los traseros de sus otras compañeras, pero no era grave.

Angie escuchaba un pitido intenso en su oreja derecha e intentó abrir los ojos, de inmediato todo comenzó a balancearse y se tornó borroso.

—¿Angie? ¡Angie!— dijo ahora Brisa, observando con horror a la chica, se levantó de su cuerpo y se inclinó sobre Angie—¡Angie, despierta! Por favor—suplicó con un matiz de desesperación en la voz, tomándole el rostro entre sus manos, y Angie sintió el agradable contacto.

—Amor, ¿estás bien?—reconoció la (desagradable) voz de Julian, que parecía haberle apartado de la castaña, ya que dejó de sentir las manos de Brisa en su rostro.

—¡Angie! ¡Angie!—repetía Brisa alarmada, pero no se acercaba a tocarla ¿Por qué? Eso le extrañó a Angie, puesto que hace rato lo estaba haciendo.

Comenzó a parpadear y sintió un gran mareo agitarle la cabeza, la luz le pegó de lleno en los ojos e intentó levantarse, pero veía puntos negros en su campo de visión.

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(8/10)

¿i hate you? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora