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Marzo

Un largo verano había pasado, sesenta y dos días en los cuales Angie  se divirtió con sus amigas y como no podia ser de otra forma, Brisa Domínguez interrumpía en sus pensamientos cada vez que podía.

Angie había planeado olvidarla pero, ¿cómo hacerlo? Solo podía pensar en su beso, la atormentaba todos los días y en las noches soñaba con él.
Sus labios, su sabor, su tacto, todo seguía en su memoria y lo añoraba aún más, pero sus amigas siempre le recordaban que Brisa tenía novio y que, en todo caso, estaba jugando con ella.

La ojicafe sabía que tenían razón, pero, la forma en que Brisa la había besado indicaba otra cosa.

Le alegraba el hecho de que ahora su amiga Mica no pudiese reñirla, ya que ella también estaba loca por Barbara otra integrante del grupito insoportable del colegio.

Cuando alguna de las dos caía en depresión siempre se consolaban entre ellas.
Mica durante el verano lloró varias veces y pasó la noche en casa de Angie, las dos juntas mirando películas románticas, comiendo helado mientras se abrazaban, sufrir de amor por unas idiotas había fortalecido aún más su amistad. Mindy lamentaba el momento en que sus tres amigas cayeron rendidas por unos idiotas, Sofia no podía parar de hablar de Federico tampoco.

Estaban en el carro de Kevin, hablando tranquilamente, y listas para su primer día de clases.

Mica estaba nerviosa, pero tenía en claro que iba a ignorar rotundamente a Barbara.

—Te apuesto que al final del día, está hablando con ella— dijo Sofia a Mindy, las dos apostaron.

—Pues perderán, no le voy a hablar, esta decidido, la superaré a como dé lugar— dijo Mica muy decidida desde el asiento trasero, junto a Angie, Sofia estaba de copiloto con su hermano.

—Descuida, cuando tu superes a Barbara, será el mismo día que Angie deje de babear por Domínguez— dijo alegremente Kevin, causando las risas de su hermana y Mindy, las otras dos no estaban muy felices.

Angie bufó, frustrada.
Ella también tenía su lucha interna, ya que después de dos meses del beso compartido con Brisa, la iba a volver a ver.
No estaba segura de sí la castaña actuaría como si nunca hubiese ocurrido o se vengaría de ella, haciéndole la vida imposible.

Llegaron hasta el estacionamiento y se bajaron del coche.
Mica dio un portazo, aún furiosa, mientras sus amigas se reían de su reacción.

—Vamos, Micus no te enojes— le decía Mindy colgándose de su cuello, la ojiazul la ignoró.

—An ¿vamos entrando?— preguntó a su amiga con una cálida sonrisa, ignorando por completo a Mindy, quien chillaba.

—Claro— respondió Angie y los cinco comenzaron a caminar hasta la puerta.

Ahora, Angie tenía dieciséis y estaba lista para superar este año escolar, pero para lo que aún no estaba preparada, era para Brisa. Y allí estaban.

—Mierda— murmuró antes de detenerse a unos pasos de la entrada, Sofia también la vio.

—Tendrás que pasar a su lado todos modos—le dijo en un susurro mientras los cinco veían a la castaña mas pequeña.

Junto a los mesones de piedra estaba el grupo de Brisa, allí estaba ella, hablando con una amiga y se veía increíble.
Su cabello suelto y largo con algunos mechones oscuros, la piel un poco más clara, unos jeans de mezclilla y una camisa gris manga larga que dejaba ver su abdomen.
Brisa sonreía alegremente y la cabeza de Angie, estuvo a segundos de sufrir un cortocircuito.
Estaba hermosa y la ojicafe sentía las piernas temblarle, la castaña hablaba con una amiga sentada en la mesa y parecía no haberla visto aún.
Mica buscaba a alguien en el grupo, Angie fue hasta donde ella y la tomó del brazo—No la busques, Mica es mejor evitarla.

¿i hate you? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora