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—¿Una semana?—preguntó Mica mientras tomaba asiento junto a Barbara, estaban en la pizzería y colocó una malteada frente a ella y a la castaña. Las dos se sonrieron antes de que Angie asintiera.

—Una jodida semana ¿Puedes creerlo? —preguntó irritada mientras hacía una mueca, tenía un moretón y varios cortes en su cara.

Ayer el director las había llevado a la dirección, a los tres, y los expulsó durante una semana a ellas, Brisa se fue antes que el director llegara, y nadie la acuso de dejar inconsiente a Julian, asi que ella seguia en clases.
Debido a la circunstancias y antecedentes de Julián él estaba de manera indefinida.
Al llamar a sus padres habían estado furiosos, pero al explicar entre las dos que fue por defensa propia parecieron calmarse.
Incluso los padres de las dos chicas se habían caído bien, muy bien, esta noche Barbara y sus padres iban a una cena en casa de Angie.
A ellas les pareció perfecto ya que así podrían hablar acerca de la cita del viernes.
Hoy Mica había faltado a la escuela con la excusa de estar enferma, era de mañana y allí estaban las tres reunidas, hablando sobre ayer.

—Al menos Julian salió perdiendo también—la castaña sonrió y estiró los brazos, llevaba un labio roto, aunque le habían aplicado ungüento.

—Ese chico es un idiota ¿Cómo pudo siquiera hacerles daño?—pregunto Mica sorbiendo enojada de su malteada, volteó a ver a Barbara y llevó sus dedos a los labios de esta — ¿Duele mucho?

—No tanto, pero podrías curarlos—dijo pícaramente mientras capturaba su mano y la besaba, Mica se sonrojó, pero igual entrelazó sus dedos con los de ella.

—Dios, ustedes me dan caries—dijo Angie un poco abatida, aun recordaba su confesión de ayer.

—Cómo digas rarita ¿Has hablado con Brisa? -preguntó aun con la mano unida a Mica.

—No—respondió simplemente.

—Lo de ayer no fue la mejor forma de decirle que estabas enamorada de ella, pero al menos el mensaje le llegó claro y directo—dijo Mica intentado animarla, pero la ojicafe seguía suspirando.

—¿Tú has logrado hablar con ella?—preguntó Angie a la castaña, Barbara pareció dudar un rato si responder o no pero terminó asintiendo— ¿Te...dijo algo sobre...

—Alto, rarita. Verás, no puedo hablarte sobre ese tema. Brisa me mataría, pero debes saber que esta muuy enojada con Julián—dijo mientras bebía de su malteada, tomó un respiro y le guiñó un ojo—Creo que esta vez es grave.

Pudo lograr algo ya que Angie levantó la comisura de los labios y dio una débil sonrisa, era mejor que nada.

—¿Te esperabas aquello?—preguntó mirando a Barbara, la porrista había quedado entretenida con el cabello de Mica pero luego volvió a verla.

—¿Qué cosa?¿Qué estuvieras enamorada de mi mejor amiga? Algo así, siempre la mirabas de una forma.... diferente—ladeó la cabeza, pero terminó sonriendo, Angie no terminaba a acostumbrase de que la chica que odiaba en primer año la tratara tan bien.

—Te dije que eras muy obvia—le reprochó su mejor amiga, Angie rodó los ojos.

—No importa, igual tal vez ahora le de asco o algo por el estilo—se desanimó mientras recostaba su cabeza en sus brazos.

Mica observó con preocupación a su amiga, con su mano libre acarició su cabello y le otorgó una mirada a Barbara quien negó con la cabeza como diciendo "no puedo hablar de eso", la chica de ojos azules la miró con reproche, pero al ver la alarmada cara de la chica prefirió no presionar.

—Bueno ¿Qué haremos hoy? Es un día hermoso y aún falta mucho para la cena—intentó cambiar de tema Barb, la chica solo encogió de hombros.

—¿Una película?

—¿Mi casa o la tuya?—preguntó Mica ahora sonriente.

—La tuya—respondió la ojicafe más animada y para fastidiar a su amiga agregó—Pero no se queden toda la tarde besuqueándose, si no las dejo solas.

—Entonces tendrás que ir yendo de una vez a tu casa...¡Au!—dijo la castaña mirando con reproche a Mica, le había dado un golpe en el hombro —Sólo le aviso de una vez.

—Descuida, vamos a ir a ver la película, An—le sonrió a su amiga ignorando a Barb, la ojicafe río.

—Qué bueno que no fuimos expulsadas del baile de invierno—comentó Barbara casualmente, Angie la miró confundida.

—¿Qué baile?

—El de invierno, es dentro de dos semanas Angie ¿No recuerdas?— preguntó Mica, la chica negó.

—Nunca me entero de estas cosas—se encogió de hombros.

—¿Pero vas a ir?—la animadora alzó las cejas de forma sugerente, Angie ladeó la cabeza.

—No tengo pareja, además nunca fui buena bailando—se encogió de hombros —¿Tú ya tienes con quien ir?

Barbara se quedó quieta mientras a su lado Mica fingía jugar con la pajilla, pero en realidad le daba miradas de reojo tímidamente, logrando que la castaña se sonrojara.

—Eh... bueno, en realidad aún no—río un poco nerviosa y con el cuerpo tieso, se volvió hacia Mica, que de inmediato captó su atención —Mmm B.... ya sé que aún no hemos tenido nuestra primera cita, pero.... mmmm tu.... Mmm... quisieras....

Mica parecía desesperada con la vacilación de Barbara, extendió la mano y capturó la de la castaña, acariciándola, para darle ánimos.

—¿Quieres.... quieres ser.... quieres ir al baile de invierno conmigo?— preguntó con las mejillas rojas, soltó un suspiro cuando dijo lo último y Angie empezó a reír—No veo lo divertido, rarita.

—Yo sí, ya la has besado muchas veces, pero, te da vergüenza pedirle que se a tu pareja, es gracioso—le contó mientras observaba ahora con más diversión el rostro rojo y enojado de la animadora.

Mica también lucía un lindo rubor y le sonría con adoración a la chica de ojos miel, se acercó a ella tomando su rostro, para que Barbara la mirara a los ojos.

—Claro que quiero ser tu cita. Te amo, B—le dijo con los ojos brillantes y Barbara  formó una tonta sonrisa en sus labios.

—Yo... yo también te amo—le dijo colocando sus manos sobre las de ella en su rostro, se acercaron y se dieron un dulce y casto beso en los labios.

—Eww—se quejó Angie mientras las dos chicas se separaban, riendo.

Ya no se estaban besando, pero sobre la mesa estaban sus manos entrelazadas, mientras las dos sonreían. El amor era bello, pero claro, no para la ojicafe.

—Descuida, también te puedo dar un beso a ti—dijo la animadora, dándole un guiño, la chica hizo una mueca.

—No, gracias, prefiero a las bajitas—dijo sonriendo, logrando que su mejor amiga empezara a reír.

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¿i hate you? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora