•37•

5.5K 228 169
                                    

Angie estaba vuelta loca, era fin de semana y desde el miércoles no tenía noticias de Brisa.
La chica llevaba todos esos días sin ir a la escuela, cuando por fin agarró valentía para preguntarle a Barbara, se enteraron de que la castaña estaba enferma.
Al parecer había pescado un resfriado, Julián ya había vuelto a la escuela y Angie siempre intentaba evitarlo.

Pero hoy, sábado, había recibido una llamada de Zoe en que la invitaba a ir de improvisó a la casa de ellas para sorprender a Brisa y a Tini.
La ojicafe aceptó, aunque pudo notar una segunda intención en las acciones de Zoe, tuvo un mal presentimiento al salir de la casa y de alguna forma, se sentía ansiosa.
Algo iba a ocurrir hoy, o eso era lo que pensaba, mientras caminaba hasta la casa de Brisa.
Llevaba una bolsa de galletas Chips que eran las favoritas de Tini, también tenía la excusa de que la profesora de química le había enviado la tarea a la castaña junto con Angie.

La ojicafe aceptó gustosa el favor.
Se había vestido con unos jeans oscuros, una camiseta de tiras blanca y una casaca jean que siempre le había gustado y estaba cómoda como para no incomodarse con el yeso. Lucía bien, o eso pensaba, y al llegar a la puerta suspiró varias veces antes de tocar, miró extrañada los carros en la entrada y abrió los ojos con horror. Pero ya era tarde, una mujer de cabello castaño corto abrió la puerta, sus ojos extrañamente eran de color marrón claro y miraron a Angie con curiosidad.

—Hola ¿Qué desea?—preguntó con una voz suave, notó los nervios de la chica de ojos cacao.

—Buenas tardes, yo... bueno, soy compañera de Brisa y.... venía a traerle los deberes de química... y ehhhh...Zoe también... ¿Está Zoe? —preguntó muy nerviosa, ya suponía quien era la mujer por el gran parecido con las chicas o al menos en las expresiones.

—Claro, pasa querida, ya le aviso a Zoe—dijo haciéndose a un lado para que entrara y examinando a Angie con extrañeza, como si intentara reconocerla.

Angie entró y quedó en la entrada con la mujer quien seguía viéndola, era muy hermosa y enseguida que sus ojos se encontraron, ella le sonrió.

—Es un gusto mi nombre es Jimena y tú debes ser...—preguntó extendiendo una mano que Angie estrechó.

—El placer es mío me llamo...

—¡Cuñis!—gritó Zoe desde la cocina mientras la saludaba, su rostro estaba cubierto de harina.

Se escucharon unos pasos apresurados desde la sala y apareció Tini, sosteniendo el mando del Play, sus ojos brillaron al ver a la ojicafe y salió corriendo para abrazarle.

—¡Nuggets!—dijo alegre mientras Angie se inclinaba y la niña le rodeó el cuello y se abrazó a ella, la peliazul intento cargarla con un sólo brazo.

Luego más ruidos desde el cuarto de arriba y al inicio de la escalera apareció una muy desarreglada Brisa, que parecía haber pegado una carrera, llevaba el pijama con su cabello revuelto y las mejillas rojas del cansancio.

—¡Angie!—dijo sorprendida y sus ojos se abrieron al verla junto a su mamá, no dijo nada.

—Wow, parece que ya todos te conocen menos yo—dijo Jimena alegremente mientras veía divertida a sus tres hijas, luego quedó seria, procesando lo que acababa de escuchar, hasta que abrió los ojos y sonrió abiertamente

—¿Tú eres Angie?

—Eh... sí, es un gusto—dijo sonriendo tímidamente, parecía saber de ella—Oh querida, al fin...

—¡MAMÁ!—reclamó Brisa alterada y la mujer mayor la miró con reproche.

—Nada de mamá, ve a darte una ducha y a tomar una pastilla si quieres bajar. Estas muy enferma, no deberías salir de la cama—la miró con los brazos cruzados y la ojicafe estaba sorprendida, todas eran muy parecidas.

¿i hate you? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora